Gipuzkoa

Salegi: tres generaciones reparando los coches de Urola Garaia

Comenzaron en Labeaga, siguieron en Etxeberri y ahora están en Mugitegi
Salegi, con una reproducción a escala de la grúa de su abuelo.

En Urretxu y Zumarraga, hablar de reparación de automóviles es hablar de la familia Salegi. Hace más de 80 años, Felipe Salegi (Urretxu, 1911) abrió un taller en el que montaba camiones y arreglaba automóviles. Le siguieron sus hijos José Mari y Roberto y en la actualidad es el hijo de este último, Javi, el que se dedica a reparar vehículos. En su taller del polígono Mugitegi de Urretxu, Mugi Auto, son especialistas en reparar turbos y están preparados para la era del coche eléctrico.

Javi Salegi no conoció a su abuelo y desconoce cuándo abrió su taller, pero ha encontrado una factura de 1941. Por lo tanto, su familia lleva más de 80 años dedicándose a la venta y reparación de vehículos a motor. “Abrió el taller en Urretxu, en el lugar donde ahora está la oficina de Euskaltel. Al principio, montaba camiones y reparaba automóviles. En aquellos tiempos había muy pocos coches en el pueblo”.

Poco a poco, el parque automovilístico fue creciendo y Salegi y su esposa fundaron la empresa de transportes Goierri. “Los primeros camiones de la empresa los hizo mi abuelo. Uno de ellos chocó con el tren del Urola en Kalebarren. Tengo fotos de aquel accidente”, comenta Javi Salegi.

El testigo lo cogieron sus hijos José Mari y Roberto. A mediados de los años 70 trasladaron el negocio familiar al barrio Etxeberri de Zumarraga. “Abrieron una agencia Seat, en el pabellón en el que actualmente se ubica el taller de motos y bicicletas Zatika. Era un local muy grande y trabajaron mucho. Tuvieron varios mecánicos. Yo iba todos los días. Recuerdo cómo mi padre le explicó a un cliente que el motor de su coche se había roto. Yo tendría unos 10 años”.

Él también lleva gasolina en las venas y siguió el camino abierto por su abuelo, su tío y su padre. “Estudié Formación Profesional y cuando volví de la mili me puse a trabajar con mi tío y mi padre. Estuve un año con ellos, hasta la crisis de 1992. Después, estuve cuatro años fuera. Volví cuando mi padre se puso enfermo”.

Hace 18 años abrió su propio taller. Tenía 32 años. “No sé ni cómo lo hice. No me pidas que vuelva a hacerlo”. Tiene claro que la clave está en la formación. “En este oficio, la formación continua es fundamental. Si ves algún sistema nuevo en una revista de coches, tienes que aprender cómo funciona. Con el tiempo, puede que ese sistema acabe implantándose en todos los coches. Y si sabes cómo funciona, puedes arreglarlo”.

20/02/2023