La vuelta a la vida precovid parece aún una quimera. Cuando el pasado 22 de julio, la quinta ola arreciaba y el Gobierno vasco se vio obligado a endurecer las restricciones, acortando una hora el cierre de la hostelería y reduciendo el aforo de los locales, pocos podían prever que las limitaciones continuarían más de un mes después.
Y aunque a estas alturas de la pandemia, todo hacía presagiar un alivio notable de las medidas, no parece viable. El viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, ha sido hoy el encargado de dar las malas noticias. Afirma que los datos de evolución de la pandemia "ahora mismo no apuntan a una situación proclive a que se puedan tomar medidas de más relajamiento" tras la reunión del LABI de este jueves. Y señala que "todavía habrá que esperar".
NO SE HA LLEGADO A LA FRONTERA DE 300 CASOS
En una entrevista concedida a RNE, el viceconsejero ha puesto de manifiesto que la mejora de la evolución de la pandemia aún no es suficiente para aliviar las restricciones actualmente en vigor para frenar contagios en Euskadi. "No se ha llegado a esa frontera de menos de 300 (en tasa de incidencia) como para que se pueda plantear el relajamiento de las medidas que ya están puestas", considera. De hecho, asegura que la pandemia va en descenso aunque "un poquito más despacio de lo que gustaría", pero con una "tensión" de hospitalización especialmente grave en las Unidades de Críticos.
Y es que aunque la quinta ola sigue retrocediendo, prácticamente toda la comunidad está aún en riesgo extremo de transmisión. En todo caso, el "número 2" de Salud, apela a la necesidad de esperar al jueves, a que se pronuncie la comisión científico-técnica del Comité Asesor del Plan de Protección Civil (LABI). No obstante, considera que "ahora mismo, los datos de esta semana, no apuntan a que pudiéramos estar en una situación epidemiológica proclive a que se puedan empezar a tomar medidas de relajamiento".
EN PIE DE GUERRA POR LAS LIMITACIONES
Hay que recordar que en Euskadi, está decretado a la 1.00 horas el cierre de la hostelería y de todas las actividades sociales y culturales. Además se han reducido los aforos al 35% en todos los locales e instalaciones y es obligatorio el uso de la mascarilla en zonas urbanas transitadas. Siguen además prohibidos los botellones y hay un llamamiento cívico para evitar agrupaciones entre la medianoche y las seis de la mañana.
Unas medidas que mantienen en pie de guerra a algunos damnificados como hosteleros y salas de cine. Así Héctor Sánchez sostiene que los hosteleros "no desconocen la situación sanitaria", que es "complicada", pero aseguran que las limitaciones vigentes "no son eficaces" y han supuesto "mayor descontrol" porque "el cierre adelantado una hora no supone que la gente se vaya antes a su casa, y es lo que estamos viendo en las calles". Los cines son también beligerantes.
El presidente de la Asociación de Salas de Cine de Euskadi-EZAE, Alfonso Benegas, denuncia que el límite de aforo para estos establecimientos es "inexplicable" y resulta "inviable". Según explica, la media española es de un 64% y "el virus es igual en todos los sitios".
EL IMPACTO DE LAS 'NO FIESTAS'
Por otro lado, Quintas indica que, mientras las fechas en las que se deberían haber celebrado las fiestas de Gasteiz sin pandemia se tradujeron en "un repunte" de los contagios, no se ha producido lo mismo en Gipuzkoa con las no fiestas de Donostia, y en el caso de Bilbao "hay que esperar".
Asimismo, el viceconsejero de Salud señala que, a día de hoy, Osakidetza tiene 84.000 citas disponibles para vacunarse que aún no se han ocupado y hay 58.000 personas ya citadas y pendientes de inocular. Por ello, Osakidetza espera que a partir de finales de agosto y primeros de septiembre se logre agilizar el ritmo de vacunación.