Salvavidas Mikel Urrutikoetxea

Las sensaciones del pasado fin de semana en Tolosa no fueron malas. Mikel Urrutikoetxea y Jon Ander Albisu acabaron perdiendo ante Jon Ander Peña y Jon Mariezkurrena, lanzados en el Campeonato de Parejas, pero se quedaron con lo bueno. Borrón y cuenta nueva. Es el antídoto. Este domingo, en un envite no tan brillante, sobre todo por el lado del ataundarra, que cometió demasiados errores en la primera mitad del choque –finalizó con diez yerros–, se revelaron ante los finalistas de la pasada campaña, Unai Laso y Ander Imaz.

Fue una reivindicación para Urrutikoetxea, que rayó la perfección en un encuentro a contrapelo. De hecho, el delantero de Zaratamo fue el que libró la papeleta con su olfato rematador en los cuadros alegres. Salvavidas. El vizcaino fue netamente superior en la caza a su homólogo. Y es que el campeón del Manomanista exhibió exuberantes pelotazos de brillo, pero no tuvo la efectividad de un puntillero que se encuentra en pleno ascenso.

Urrutikoetxea asomó una sonrisa en su rostro en un encuentro que le devuelve al primer plano. Asumió la responsabilidad para trazar una voltereta cuando pintaban bastos. De hecho, pese al potencial, desde las tablas de contracancha se les daba como favoritos a los colorados, que no estuvieron demasiados finos en su primera aproximación a la presente edición del Parejas pese a llevarse el punto ante Jaka-Aranguren en Barcelona.

Los fallos de Albisu

Si bien las condiciones ambientales no acompañaban a los azules, tampoco estuvo para echar cohetes Albisu en el descorche. El ataundarra, que venía de haber hecho un partido de notable alto, personificó un naufragio personal, aunque su final de envite perdona todos sus pecados. Se sacrificó para la causa en una paliza considerable, llegando incluso a poner en riesgo su integridad física en unas alcanzadas de órdago, especialmente bestial fue la del cuadro dos en el 16-19. Con todo, en la marejada, el error de Laso, poco acertado a la hora de cruzar el gancho, e Imaz, que regaló pelota en los cuadros alegres, fue dejar viva a la combinación más veterana del Parejas, con tablas suficientes para montarse en la montaña rusa y no marearse.

Y así fue porque Urrutikoetxea comandó la revolución. Fue el responsable de que el envite no se escapara como arena entre los dedos. No solo por su capacidad a la hora de enfilar el tanto, sino porque sigue teniendo un nervio especial a la hora de despejar la pelota. Rescató a Albisu de la quema.

En el 16-13, al que se llegó con tres igualadas en el luminoso (2-2, 5-5 y 8-8) y solo una ventaja azul (2-5), el pegador guipuzcoano acumulaba nueve errores y un saque de llevar. A raíz de ese instante, en cuanto enderezó el rumbo, cambiaron de pelota –el final se jugó con una de colorados que favoreció a sus rivales– y la película trocó el guion. Todo a azul.

Cambia el guion

En pleno ensamblaje, Laso e Imaz demostraron fragilidad. El 16-14 fue un gancho abajo del errotarra. Respondió inspirado Urruti con un gancho. El de Ataun limpió su conciencia con un cortadón por la pared que Imaz no respondió. Para enmarcar. Mikel clavó dos ganchos más (16-19).