Por primera vez en la historia del Encierro, este año el Ayuntamiento de Pamplona va a tratar con antideslizante también un tramo del recorrido que cada noche realizan los astados: la salida de los Corrales del Gas. ¿Por qué? La medida se debe a que cada noche en el encierrillo los toros enfilan la carrera nocturna con gran fuerza, con el consiguiente riesgo de caídas de los astados, que tienen que estar en perfecto estado para la mañana siguiente. El Ayuntamiento atiende así una petición formulada por los pastores del encierro. Miguel Reta, pastor de la carrera desde hace casi 30 años, explicó que “cuando salen a mucha velocidad del pasillo central de los corrales, los toros tienen que hacer un giro de casi 90 grados, y, al llegar al hormigón, algunos se resbalaban” y, por eso, “por el bienestar del animal y para que no haya ningún accidente y que se lastime el toro, propusimos que lo aplicaran”. Aunque no recuerda toros lesionados, “en el encierrillo ha habido bastantes accidentes. Rastrojo se cayó encima de un toro y yo el año pasado, también. Se resbalan los toros y, al ir detrás, te vas encima”, dice Reta.
El uso de antideslizante en el recorrido del encierro cumple este 2023 su mayoría de edad. Hace 18 años que el Ayuntamiento de Pamplona comenzó su aplicación para evitar la caída de los morlacos, y su uso ha continuado hasta hoy. Esta noche pasada, 9 técnicos especializados han aplicado con métodos tradicionales 1.500 litros de la solución química antideslizante desde el final de la cuesta de Santo Domingo, hasta el arranque de Estafeta. Con ellos se cubre alrededor de 1.700 m2 de pavimento, a razón de aproximadamente un litro (0,8 l.) por metro cuadrado tratado. El último tramo, aplicado en torno a las 6.00, fue esta madrugada el de los Corrales de Gas hasta la carretera.
Esta pasada noche, a las 23 horas, comenzó el esparcido, una operación que concluye 9 horas después, en torno a las 8.00 de la mañana. El líquido antideslizante produce una reacción que libera en la parte silícea del pavimento los microporos que a lo largo del año se ven embozados por la suciedad o el pulido de las máquinas de limpieza. Esos poros, una vez libres, son los que producen el llamado “efecto ventosa” que permite el mejor agarre de las pezuñas del animal y que funciona especialmente bien en el caso de que el pavimento esté mojado. Eso contribuye a evitar la caída de las reses y la fragmentación de las toradas, incrementando la velocidad de la carrera para minimizar su peligrosidad. Estudios del Encierro indican que por eso los encierros son más rápidos que antaño, y duran unos 40 segundos menos.
EN EL GUGGENHEIM, TAMBIÉN
Pavitec, la empresa que se encarga de esta tarea, este año ha intervenido entre otros trabajos en calles de Barcelona ciudad o, también con vinculación a ferias taurinas, en la plaza de la Catedral de Cuenca y próximamente iniciará labores en el Museo Arqueológico Nacional. Pero además trabajan directamente evitando los resbalones en el Museo Guggenheim de Bilbao, el Alcázar de Toledo y las Torres Kio. Entre los países en los que trabaja, se encuentran, también, Portugal Chequia, Bélgica, o Hungría.