En 1977, un grupo de aficionados al ciclismo y, al mismo tiempo, miembros de la comisión de fiestas del barrio de San Kristobal, en el municipio arratiano de Igorre, intentaron organizar una carrera ciclista en ruta en torno al 10 de julio, festividad del santo. La iniciativa no logró obtener, sin embargo, el necesario permiso de Tráfico debido a que el pavimento de la carretera, sobre todo en el tramo de ascensión a la ermita, se encontraba en mal estado. Lejos de desistir, los promotores de la idea, entre los que se encontraban Juan Mari Zurinaga y Ander Gorospe, buscaron una alternativa y el resultado fue la celebración del primer ciclocross de Igorre, el 11 de diciembre de ese mismo año y que se sigue disputando en la actualidad.
El barrio de San Kristobal fue escenario de la cada vez más relevante prueba hasta que, en 1993, la Copa del Mundo forzó una reconversión y el circuito bajó de la montaña para discurrir junto al río, en el barrio de Olabarri. Dos décadas después, la querida y emblemática ermita San Cristóbal de Elguezua, localizada a dos kilómetros de distancia del casco urbano de Igorre, volverá a ser testigo de excepción de la final de una carrera ciclista promovida, también, por Arratiako Ziklista Elkartea. Será el próximo sábado, 9 de julio, en la categoría cadetes y sobre un recorrido de 61 kilómetros que constará de tres vueltas por el valle de Arratia. “La salida será a las 10.00 horas desde la calle Lehendakari Agirre de Igorre, pasará dos veces por un circuito entre Igorre y Zeanuri mientras que la tercera vuelta discurrirá entre Igorre y Areatza. Y la meta estará en la plaza de San Kristobal, un escenario simbólico y muy especial para nuestro club”, precisa Leire Aurrekoetxea, actual presidenta de AZE.
La representación del club en esta carrera serán los cuatro jóvenes ciclistas de su equipo de cadetes Murias-Arratia, entrenados por Iñigo Ealo y el conocido exciclista profesional Mikel Zarrabeitia. No es la única figura de renombre ligada a la entidad arratiana puesto que también cuenta con la experiencia y el saber de José Ramón Uriarte, recordado como uno de los mejores gregarios de Miguel Indurain. “Para nosotros es un lujo tenerlos en el club. Son dos personas y dos entrenadores excepcionales”, afirma con orgullo Aurrekoetxea.
Escuela y equipos
Casi medio siglo después de su fundación, AZE sigue dando pedales y contagiando la pasión hacia esta exigente disciplina deportiva a través de dos ejes. Por un lado, la Escuela de Ciclismo para menores de 7 a 14 años que esta temporada ha alcanzado las 24 fichas, dos de ellas femeninas “aunque nos gustaría que se animarán a practicar este deporte más niñas”. Y por otro, cuenta con dos equipos en categorías superiores: cadetes con cuatro integrantes y juveniles con cinco corredores.
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