El santuario de San Miguel de Aralar es visible desde muchos puntos del valle, bajo la mirada de San Donato y Beriain. Este lugar de culto que esconde varias leyendas es el destino de hoy, en una ruta circular que parte de Uharte-Arakil.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 13,46 km
· Desnivel positivo: 802+
· Duración: corriendo 2:00h / Caminar - correr: 2:30h / Senderismo 3:15h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Pamplona, salimos por la A-15 hasta Irurzun para continuar por la A-10 dirección Alsasua. La abandonamos en la salida 11 directos a Uharte Arakil.
· Desde Donostia salimos por la parte oeste de la ciudad para acceder a la N-1 sentido Madrid. Continuamos hasta Alsasua donde tomamos la salida para acceder a la A-10 dirección Pamplona. En la salida 12 accedemos a Uharte Arakil.
· Desde Vitoria, saliendo por la parte oeste tomamos la N-104 la cual dejamos tras pasar Argomaniz. Ahí accedemos a la N-1 hasta Alsasua donde seguimos los pasos anteriormente citados.
· Desde Bilbao, por la A-68 llegamos a Altube donde tomamos la N-622 hasta casi llegar a Vitoria. Accedemos a la N-1 sentido Irún en la salida 5 y seguimos los pasos del punto anterior.
DESCRIPCION
Ya desde la carretera por la que vamos al punto de inicio de la ruta, la población navarra de Uharte-Arakil, podemos observarlo en las alturas, desafiante, imponente, aguardando nuestra llegada. El santuario de San Miguel de Aralar nos hace sentirnos pequeños cuando lo observamos de abajo, más aún incluso teniendo en cuenta que en el otro lado de la carretera se alza majestuoso el monte Beriain, rocoso, vertical y con la ermita de San Donato cerca de la cima. Una vez hemos dejado el vehículo bien aparcado en las calles del pueblo nos dirigimos hacia el río Arakil y lo cruzamos por un puente, tras el que se haya un precioso merendero junto a su orilla. Este primer tramo tras el puente es sencillo, ya que nos movemos por la carretera que sube hasta el santuario.
Poco más de un kilómetro hemos de recorrer hasta que a nuestra izquierda se abre un sendero señalizado con marcas horizontales de color amarillo del GR-282; no tiene perdida alguna. Ya en terreno propio de monte comenzamos a subir, y es una constante ya que hasta llegar al monasterio es lo único que haremos, a ratos más suave y en otros tramos con algo más de pendiente. A pesar de que vamos a salvar un desnivel de más de 750 metros en unos cinco kilómetros, la subida se hace muy amena y casi nada costosa, ya que el entorno nos va a ayudar, y de qué manera.
EL ÁRBOL DE PIEDRA
Este tramo inicial en la parte baja del bosque consta de enlazadas sucesivas por una pista bastante cómoda, hasta que llegamos a una señal que nos indica la senda que nos lleva al árbol de piedra. Nos salimos de la ruta para, en poco más de 200 metros, llegar hasta el llamado árbol de piedra. Se trata de un árbol prácticamente tumbado que se funde con una roca, con la que se ha integrado y que a su vez parece hacerle de contrapeso. Todo el camino vamos acompañados de mucha vegetación con robles, arces y majuelos entre otros.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación. Tanto en el inicio de la ruta como en el Santuario de San Miguel de Aralar podemos recargar nuestros depósitos de agua.
Calzado. Se trata de un trayecto sin dificultad de terreno si se encuentra seco, pero donde el barro puede ser molesto en caso de lluvia, así que una zapatilla todoterreno será lo mejor.
Dificultad. Si quitamos el desnivel, que más que fuerte, es constante, tanto al subir como al bajar, es un recorrido sencillo de seguir por lo bien balizado que se encuentra.
Existen, ya de nuevo en el camino de ascenso, multitud de senderos y pistas que se cruzan. No hay problema, ya que tan solo se trata de pequeños atajos por los que finalmente vamos a llegar al mismo destino. Entre rocas y árboles milenarios terminamos el bosque y llegamos a una cruz. Es del Arcángel San Miguel de Aralar, y está situada sobre una peana de piedra labrada en la que está inscrito en euskera “Mikel gurea zaindu Euskal Herria”.
Justo aquí el terreno cambia. Nada más atravesar un pequeño hayedo, el desnivel se hace mas suave y las enlazadas mas largas. Al terminar el bosquecito, por fin salimos a terreno abierto, donde, si tenemos la suerte de no contar con la niebla como compañera de viaje, podemos observar unas vistas espectaculares del valle de Arakil y de Beriain con San Donato.
LLEGADA AL SANTUARIO
Casi llegando nos cruzamos con un camino que no es otro que el que nos servirá de descenso, el del GR-20. Lo seguiremos hasta el santuario previo paso por la pista de servicio y par de cruces, estas desnudas, más. Tras superar el último repecho en forma de lapiaz llegamos al santuario de San Miguel de Aralar. Se puede ampliar la ruta con la subida a la cercana cima de Artxueta (1.344m.), pero en lugar de ello nos tomamos ese tiempo para disfrutar de los miradores que posee el monasterio, recargar fuerzas en la cafetería situada en la parte baja del mismo y, como no, en visitarlo.
Al entrar en el templo nos reciben unas cadenas que cuentan una leyenda: se decía que bajo el santuario existía una sima donde moraba un dragón que bajaba a los pueblos causando numerosos daños. Para paliar tal mal, los aldeanos, mediante un sorteo, mandaban a una persona para calmarlo. Al tocarle a una joven, apareció por allí el caballero navarro Teodosio de Goñi, quien estaba acusado de parricidio, pero contó con la clemencia del Papa, quien, si bien le libró de la muerte, le condenó a vivir fuera de toda población y a portar una gruesa cadena y una cruz de madera.
Sus pecados se expiarían cuando la cadena se rompiese sola. Al ocupar el lugar de la joven, el caballero se encomendó al arcángel San Miguel, quien escuchó su plegaria y posó sus pies sobre el dragón cortándole el cuello y la cadena a Teodosio. El caballero, en agradecimiento, edificó el templo en el que aún hoy pueden verse las cadenas y un hueco que comunica con la sima.
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REGRESO POR EL GR-20
Descendemos ya de San Miguel siguiendo en primer lugar el GR-20 con sus marcas rojas y blancas. En el momento de llegar al cruce de caminos con el GR-282, obviamos esta bajada y seguimos por el GR-20. El descenso esta lleno de sorpresas, como un precioso hayedo que parece envolvernos con su abrigo. La hojarasca, presente a cada paso que damos, resuena junto al sonido de la brisa que se filtra por las copas de los árboles.
Estamos en el camino de la mina, que nos llevará hasta nuestro destino. Tenemos la oportunidad, en varias ocasiones de desviarnos para contemplar varios monumentos megalíticos. En el siguiente cruce seguimos el camino de la mina para, ahora sí, con varios zigzags en los que el desnivel negativo se acusa, desembocar en una pista de servicio para varios complejos ganaderos y alguna pequeña granja de miel. Terminamos encontrando de nuevo el pequeño merendero del inicio y el puente que cruzamos para terminar la ruta en Uharte-Arakil.
PLANES ALTERNATIVOS
Proponemos dos planes para conocer más a fondo la Sakana, región donde encuentra Uharte Arakil
- Visita al nacedero del Urederra: se trata de un rincón de cuento de hadas. Escondido a los pies de los farallones de piedra caliza de la sierra de Urbasa, se trata de una auténtica maravilla de la naturaleza. El transitar buscando la cascada del nacimiento del río discurre bajo hayas, tilos, sauces, avellanos, tejos, robles y serbales, así como descubriendo bonitas pozas de agua azul turquesa; es una experiencia repleta de sensaciones sorprendentes. Es imprescindible reservar el pase de forma presencial en el concejo de Baquedano o en el siguiente enlace (https://urederra.amescoa.com). Muy recomendable visitar Ubaba, más conocido como el Balcón de Pilatos a la ida.
- Visita la cueva de Mendukilo: en el pueblo navarro de Astitz, esta visita nos adentra en las entrañas de Aralar. Está muy bien equipada con una pasarela flotante, iluminación dinámica y un sistema multimedia. En unos 50 minutos podremos observar tres salas: Artzainzulo, donde le llega luz natural y vemos las primeras y modestas formaciones geológicas; Laminosin, con una gran variedad de formaciones geológicas: estalactitas, estalagmitas, gourgs…; y Herensugearen gotorlekua, cuya sala se caracteriza por su descomunal volumen en algunos puntos de hasta 20 metros de altura.
- En Uharte Arakil tenemos la posibilidad de reponer fuerzas en cualquiera de sus bares o restaurantes.