Sánchez acusa al PP de tener un programa dictado por la banca y grandes energéticas

La atmósfera del nuevo curso, lejos de amainar los decibelios del ruido político, ha acrecentado la pugna dialéctica entre el Gobierno español y la oposición. Bastó el regreso a las sesiones de control para comprobar la beligerancia entre las diferentes bancadas horas después de que Pedro Sánchez soltara que a su legislatura “solo le ha faltado” capear “un ataque zombi”. El líder del PSOE acusó al PP de tener un programa electoral dictado “por la banca y las grandes energéticas” pero avisándole de que, aunque el dinero tiene “mucho poder”, quien lo ejerce en una democracia es la mayoría social que su Ejecutivo defiende. La formación conservadora, por boca de su portavoz Cuca Gamarra, le espetó al socialista haberse “alejado de la España real” al estar centrado en “resistir” en Moncloa.

“Usted no puede ni pisar la calle”, le recriminó, a lo que Sánchez le respondió: “No sé por qué me riñe. Hace un batiburrillo, saca hasta la cumbre de la OTAN, simplemente para no decir por qué se opone a que debata la Cámara sobre dos gravámenes a las grandes entidades financieras y a las grandes corporaciones energéticas de este país”. Tras subrayar que su Gobierno se ha tenido que enfrentar a una pandemia y a los efectos de la guerra en Ucrania; Sánchez, ahondando en su estrategia de choque ideológico, presumió de sus medidas a favor de los colectivos más vulnerables, la subida del salario mínimo o garantizar por ley que se indexe las jubilaciones al IPC. “A todo eso ustedes han votado que no. Por tanto, la pregunta tendría que ser, ¿están ustedes realmente pensando en los ciudadanos cuando votan que no a favor de las medidas que benefician a la clase media y trabajadora?, se preguntó.

Receta de Feijóo

El PP censuró a Sánchez por dedicarse a soltar “un carnaval de rectificaciones y ocurrencias” mientras se dispara la cesta de la compra y se sufre la vuelta al colegio más cara, emplazándole a acogerse a las recetas económicas del partido de Alberto Núñez Feijóo, máxime cuando dispone de 22.000 millones más que provienen “de los bolsillos de los españoles como efecto directo de la inflación disparada”. Así, apeló a aplicar medidas como la deflactación de la tarifa del IRPF para rentas inferiores a 40.000 euros, “bajar el IVA de la carne, el pescado y otros productos de la cesta de la compra” e incentivar el ahorro energético con bonificaciones en las facturas. Gamarra puso el acento en las diferencias entre PSOE y Podemos, citando el tope de los precios de la cesta de la compra o por la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. “¿Votará todo su gobierno unido y a favor de esto? A que no. ¡Vaya imagen internacional está dando el anfitrión de la cumbre de la OTAN!”.

Sánchez, en su réplica, argumentó sobre la necesidad de hacer “un reparto justo de los efectos económicos y sociales de la guerra”, arremetiendo en este sentido contra el PP por votar en contra del impuesto temporal a las grandes energéticas y bancos sobre “los beneficios extraordinarios” cuando se están “beneficiando de la situación tan crítica que está atravesando la clase media trabajadora”. De ahí que ligara a los de Génova con el partido de la opulencia y las clases más favorecidas, señalando el líder socialista que cuando el PP estuvo en Moncloa puso las instituciones al “servicio de una minoría poderosa”. Por su parte, el PP ve con buenos ojos la nueva tasa europea a los beneficios de las eléctricas, medida que sitúa en las antípodas al impuesto temporal del Gobierno y que, según los populares, puede ser “inconstitucional” y “contrario al derecho comunitario”.

En este contexto, Esquerra, socio del Ejecutivo español, calificó como “rácanas y poco valientes” las medidas que aplica el Gobierno, aunque su grupo haya apoyado muchas de ellas, y le instó ha instado a crear un fondo de rescate para que las familias vulnerables puedan pagar las hipotecas ante la subida de tipos de interés.