El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pretende reforzar alianzas estratégicas del Estado español con África tanto en el ámbito político como económico en un viaje inédito a Kenia y Sudáfrica, ya que es el primero de carácter oficial que realiza un jefe del Ejecutivo español a ambos países.
Sánchez iniciará este viaje, que se prolongará hasta el próximo viernes, tras presidir este martes la reunión del Consejo de Ministros, y su ausencia de España le impedirá estar presente en el pleno del Congreso que debatirá las enmiendas de totalidad a los presupuestos del Estado, aunque podrá votar de forma telemática.
El Gobierno subraya la trascendencia que el Estado otorga a sus relaciones con África y recuerda que aprobó en 2019 un plan que tiene una serie de países clave.
Dos de esos países son Kenia y Sudáfrica, que el Ejecutivo recalca que son polos de estabilidad en las respectivas regiones de África, al que se ve como un continente de oportunidades pero que a la vez presenta desafíos.
Es en ese contexto en el que la diplomacia española defiende alianzas estratégicas de España y la UE con los principales países de la región.
Sánchez se reunirá en Nairobi con el presidente de Kenia, William Ruto (que asumió el cargo hace apenas un mes y que recibe por vez primera a un jefe de Gobierno de otro país), y en Pretoria con el jefe del Estado de Sudáfrica, Ciryl Ramaphosa.
Con ambos abordará la intensificación de las relaciones políticas y económicas, así como la estabilidad del continente, la crisis alimentaria, la guerra en Ucrania, la lucha contra el terrorismo, las mafias y el crimen organizado, la situación en el Sahel y en otras zonas africanas como la región de los Grandes Lagos, Etiopía y la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado.
Con Ramaphosa tratará también la agenda de la cumbre del G20 en la que coincidirán los días 15 y 16 de noviembre en Bali (Indonesia).
El viaje tiene un destacado componente económico y comercial, ya que se considera que hay importantes oportunidades y, en concreto, en sectores como las infraestructuras, las energías renovables o la industria agroalimentaria.
Sánchez viajará desde Madrid junto a representantes de algunas empresas con intereses en la zona, y en Nairobi y Pretoria se unirán responsables de otras firmas que quieren abrir o ampliar su mercado.
Al encabezar Kenia y Sudáfrica sendos procesos de integración regionales en África, el Gobierno considera que estos países son puerta de entrada a posibles negocios con otras naciones del continente.
Un enorme potencial
Las relaciones comerciales con Kenia (unos 57 millones de euros de exportación en 2021) y la inversión española son pequeñas y, por ello, se considera que tienen un enorme potencial, mientras que con Sudáfrica el comercio anual fluctúa entre 2.000 y 2.500 millones de euros con un ligero superávit para España.
Durante la visita está previsto que el presidente del Gobierno presente una propuesta de un paquete de financiación que las fuentes del Ejecutivo se limitan a señalar que será "muy importante" y que contará con los diversos instrumentos financieros públicos puestos a disposición para el comercio y la inversión.
La agenda de Sánchez en Nairobi incluye una visita a la sede de Naciones Unidas en esta ciudad (en cuyos jardines plantará un árbol) y otra al Centro de Investigación y Desarrollo Industrial de Kenia, donde se reunirá con las beneficiarias de un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación destinado a impulsar proyectos de empoderamiento económico femenino.
En Sudáfrica, tras sus reuniones en Pretoria con Ramaphosa y con representantes de la Asociación de Científicos Españoles residentes en el país, se trasladará a Johannesburgo para visitar la antigua prisión de Constitution Hill, donde estuvo encarcelado el que fuera presidente sudafricano Nelson Mandela y que es uno de los símbolos más relevantes de la lucha contra el "apartheid".
El Gobierno llevaba tiempo preparando este viaje e incluso tenía fecha la visita a Kenia en agosto del año pasado, pero se pospuso debido a la situación provocada en ese momento por la llegada de los talibanes al poder en Afganistán y la necesidad de coordinar los trabajos de evacuación de ese país.
Retomarlo ahora tiene el añadido de que España va a asumir en menos de un año la presidencia semestral de la Unión Europea y el Ejecutivo considera de especial relevancia estos contactos con otros líderes internacionales.