Pedro Sánchez certificará en la cumbre con Marruecos del 1 y 2 de febrero, la nueva política que ha impulsado en las relaciones con este país, pese al frente común de críticas que mantienen sus socios de coalición, sus aliados parlamentarios y la oposición.
"Está resuelto a eliminar las aristas que han condicionado la relación bilateral, convencido de que es bueno para España y también para Marruecos", afirman fuentes del Gobierno español.
La legislatura actual en el Estado tendrá un lugar destacado en la historia de esa relación por el giro dado por Sánchez en la posición española sobre su antigua colonia del Sáhara Occidental.
Una nueva posición que se desveló en la carta que envió al rey Mohamed VI en la que consideraba la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Marruecos ante el conflicto del Sáhara como la base "más seria, creíble y realista" para resolverlo.
Fue un punto de inflexión para encauzar las relaciones tras la crisis diplomática a cuenta de la hospitalización en el Estado bajo identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
La respuesta de Marruecos fue una llegada masiva de migrantes irregulares a Ceuta, sin que las fuerzas de seguridad de este país hicieran nada.
Reapertura fronteras de Ceuta y Melilla
La Reunión de Alto Nivel de esta semana pretende sellar de forma definitiva que todo eso ya es pasado y que se consolida un nuevo camino encauzado durante el encuentro del pasado abril en Rabat entre Sánchez y Mohamed VI.
Fruto de esa cita fue el acuerdo de reabrir de forma gradual las fronteras terrestres en Ceuta y Melilla, y la puesta en marcha de sendos puestos aduaneros de mercancías. Nueve meses después, la apertura de esas aduanas comerciales se pretende concretar esta semana.
Será la primera vez que habrá una aduana comercial en Ceuta y la de Melilla se reabrirá después de que Marruecos la cerrara de forma unilateral en 2018.
Descenso de la entrada de migrantes desde Marruecos
Son "resultados tangibles y concretos" que las fuentes del Gobierno español resaltan como muestra de que se está haciendo lo correcto, como creen que lo evidencia también el descenso en el número de inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos.
La parte morada del Gobierno no participa en la cumbre
Pero los argumentos no convencen ni a la formación de izquierdas Unidas Podemos, que forma el Ejecutivo de coalición con el partido socialista (PSOE )de Sánchez, ni a los aliados que le apoyan en el Parlamento español ni tampoco a una oposición que se queja de que una cuestión que considera de Estado como la política con Marruecos haya dado un giro de 180 grados.
La parte no socialista del Gobierno ha querido plasmar su rechazo negándose a participar en la cumbre. A la espera de confirmación oficial, fuentes diplomáticas han avanzado que doce ministros viajarán junto al presidente del Gobierno.
Crisis diplomática con Argelia
Por su parte, tanto aliados parlamentarios como el principal grupo de oposición, el conservador Partido Popular, acusan al Gobierno de provocar una crisis diplomática con Argelia, que apoya a los saharauis, en un momento especialmente delicado desde el punto de vista energético por el suministro de gas.
También hay una crítica unánime a que los eurodiputados socialistas, con el respaldo expreso de Sánchez, no apoyasen una resolución adoptada recientemente por el Parlamento Europeo que pide a Marruecos respetar la libertad de expresión y liberar a periodistas condenados.
Reclama a la vez restringir el acceso a la Eurocámara de representantes marroquíes mientras se investiga el caso de corrupción "Catargate", en el que presuntamente estaría implicado el país magrebí.
Lucha contra el terrorismo
Pese a las críticas, Sánchez está decidido a mantener su posición y dar continuidad a la hoja de ruta marcada en la declaración de los dos países en su visita de abril a Rabat.
La cumbre en Rabat será la número doce entre España y Marruecos, llega casi ocho años después de la última, incluirá un foro empresarial en el que intervendrán Sánchez y su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, y en ella se firmarán una veintena de acuerdos.
Habrá un compromiso renovado en la lucha contra el terrorismo yihadista, una semana después de que un joven marroquí que tenía una orden de expulsión asesinase a un sacristán en una iglesia e hiriese a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote, en un acto que un juez vincula con el salafismo yihadista.
Sánchez explicará también que entre sus prioridades para su presidencia europea en el segundo semestre de este año pretende impulsar una cumbre de líderes europeos y de los países de la vecindad sur, en un momento de especial tensión entre Marruecos y Bruselas por la reciente resolución de la Eurocámara.