Pedro Sánchez reconoció ayer miércoles que la convocatoria electoral en pleno verano, un 23 de julio, coge a la ciudadanía “cansada” y que la gente quiere desconectar e irse de vacaciones, “las primeras completamente normales tras haber superado la pandemia”. “Me hago cargo”, matizó. Pero subrayó que la decisión de adelantar las generales, que adoptó el mismo domingo por la noche, la tomó “a conciencia”, pensando en los compañeros y compañeras de su partido: “Ningún líder que merezca serlo puede mirar para otro lado cuando los suyos sufren castigo tan inmerecido e injusto”, justificó el líder del PSOE, lamentando que la primera consecuencia de estos resultados es que “magníficos presidentes autonómicos y alcaldes se van a ver desplazados a pesar de que muchos de ellos han visto incrementado su apoyo electoral”. Dicho esto, admitió que le gusta ganar y le duele perder: “Faltaría mas”. Pero asegura que no le costó entender que debía dar un paso al frente y asumir unos resultados tan adversos sin esconderse. “No podía desentenderme de su suerte, no podía seguir como si tal cosa, como si no hubiera ocurrido nada”, recalcó.
“Tenemos que dar la batalla”, sostuvo Sánchez, muy lejos de tirar la toalla y con la intención de que para los próximos cuatro años necesita “contar con un respaldo fuerte y rotundo”. “Necesito contar con el mayor respaldo social para continuar con la senda de avances sociales y transformaciones que el país necesita y que hagan una mejor España”. Un propósito que esconde la llamada al voto útil de toda la izquierda, sin querer mencionar a otras fuerzas. Así, insistió en que no está dispuesto a que el PP y Vox conviertan la presidencia española de turno de la UE, que arranca el próximo 1 de julio, “en un barrizal que arrastre una vez más la imagen de España ante Europa y dañe los intereses de nuestro país”. Según el líder del PSOE, la decisión de las urnas el 23-J “va a ser decisiva para España, porque el resultado va a tener efectos sobre las vidas de la mayoría social del país durante la próxima década”. Por todo ello, cree Sánchez que “las elecciones del domingo pasado no son un punto de llegada, son el punto de partida”.