El presidente del Gobierno español y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha reconocido que tras la ruptura de los cinco diputados de Podemos con Sumar y su paso al Grupo Mixto, van a tener que "negociar un poco más" para sacar adelante iniciativas en el Congreso, sin dar más relevancia a este asunto.
"(Podemos y Sumar) son organizaciones distintas, trato de ser respetuoso siempre. Evidentemente, vamos a tener que negociar un poco más pero con una fuerza como Podemos, en este caso en el Grupo Mixto", ha comentado preguntado por esta cuestión en una entrevista en el programa Espejo Público, de Antena 3.
Por otro lado, ha criticado la postura del PP en la guerra entre Israel y Gaza, ya que ha señalado que él siempre ha denunciado el terrorismo de Hamás y ha exigido la liberación de rehenes, al tiempo que ha condenado la muerte de civiles y de miles de niños en Gaza.
"Si no quieren estar con el Gobierno de España la oposición, perfecto, pero que estén con los derechos humanos. Es inaceptable la muerte de civiles, la crisis humanitaria (en Gaza)", ha declarado.
Asimismo, ha lamentado que el PP haya vuelto a criticar un discurso de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, en este caso por el Día de la Constitución, ya que cree que tratan de encontrar críticas "hasta debajo de las piedras".
Por otro lado, no ha querido desvelar quién sustituirá al frente del Ministerio de Economía a Nadia Calviño si ésta acaba ocupando el cargo de presidenta del Banco Europeo de Inversiones, y se ha limitado a decir que "dentro y fuera del Gobierno hay potentes economistas, hombres y mujeres".
Y sobre el impuesto a las energéticas, ha dicho que se lo están replanteando no por las quejas de determinadas empresas sino por la "evolución del mercado de la energía". Sánchez ha confirmado este jueves que se está trabajando en el "rediseño" del impuesto extraordinario a las energéticas, aunque ha negado que ello se deba a las advertencias de Repsol de que este impuesto "condiciona" sus inversiones en el Estado. El presidente español ha señalado que la crisis energética llevó a las compañías energéticas a obtener beneficios "por no hacer nada", los denominados 'beneficios caídos del cielo', razón por la que el Gobierno planteó este impuesto.