“La que se inicia es una legislatura de alto perfil político y debemos contar con un equipo a la altura. Un gobierno solvente y sólido para ofrecer seguridad en un país, en una Europa, en un mundo, agitados por grandes transformaciones y desafíos”. En una escueta comparecencia en la que no ha aceptado preguntas, Pedro Sánchez ha descrito de esta forma la composición de su nuevo gabinete de coalición en el que refuerza a su núcleo duro y aboga por el continuismo, un rompecabezas a su medida en el que se desprende del factor desestabilizador que, a su juicio, suponía Podemos, reemplazado ahora por un equipo de Sumar a semejanza de lo que también pretendía Yolanda Díaz. Manteniendo los 22 ministerios, omitiendo las llamadas a la austeridad desde el círculo empresarial; el líder del PSOE contará con cuatro vicepresidencias, da estabilidad a los llamados departamentos de Estado y coloca a Félix Bolaños como el elemento fuerte al aglutinar las carteras de Presidencia y Justicia –además de llevar Relaciones con las Cortes–. A su vez, entrega más poder a la ministras de la dirección del partido, María Jesús Montero y Pilar Alegría.
Escoltando a Sánchez en el segundo escalón vuelven a figurar Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera con leves cambios en sus competencias ministeriales. La primera de ellas, que está pendiente de su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) mantiene Economía, suma Comercio pero pierde Transformación Digital, que se convierte en el nuevo área de José Luis Escrivá, quién sabe si su próximo relevo a partir de enero una vez ella dé el salto. Montero suma el cargo de vicepresidenta cuarta a su puesto en Hacienda y Función Pública, mientras que Alegría pasa a ser portavoz del Ejecutivo español, retiene Educación y Formación Profesional y asume Deportes. Asimismo, José Manuel Albares prosigue en Exteriores, Luis Planas en Agricultura y Pesca, Margarita Robles en Defensa y Fernando Grande-Marlaska en Interior, a pesar de que se daba por descontada su salida tras una legislatura de mucho desgaste y los reproches no solo de la oposición sino también de los socios desde lo ocurrido en la valla de Melilla.
Premios y sorpresas
El máximo dirigente socialista tira además de perfiles reconocibles y que salieron trasquilados en los comicios del 28 de mayo, casos de Ángel Víctor Torres, expresidente de Canarias que pasa a ser ministro de Política Territorial –que añade Memoria Democrática– en un mandato donde cobrará importancia el modelo de Estado; así como el de Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, que entra como responsable de Transportes después de ejercer como portavoz socialista durante la investidura fallida del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo. Es más, para el polémico Ministerio de Igualdad que recupera el PSOE, y en detrimento de Irene Montero; Sánchez ha nombrado a la número dos en el ayuntamiento pucelano, Ana Redondo, persona poco conocida y de perfil bajo para cerrar esa vía de tensión interna. Doctora en Derecho Constitucional, se echa a las espaldas esta tarea a pocos días de la celebración del 25 de Noviembre, Día Internacional de Eliminación de la Violencia sobre la Mujer, en el que volverá a escenificarse la escisión del feminismo, fraguada a raíz de sus diferencias con la ley trans o la abolición de la prostitución. La exvicepresidenta Carmen Calvo dijo ayer ser “la segunda persona más feliz”, en un claro dardo a la ya exministra del ramo.
La cuota del PSC la encabezará el nuevo ministro de Industria Jordi Hereu, ex alcalde de Barcelona entre 2006 y 2011 y hoy en día presidente de Hispasat, operadora de satélites de telecomunicación. Isabel Rodríguez, hasta ahora en la portavocía, pasa al departamento de Vivienda y Agenda Urbana; y otra gran novedad es el fichaje de Elma Saiz, consejera de Economía y Hacienda en el Gobierno foral de María Chivite, y que se convierte en titular de la cartera de Seguridad Social, lo cual puede suponer un soplo de aire fresco para el PNV en sus intenciones de hacerse con este traspaso según lo acordado y a las que ponía freno Escrivá. Diana Morant seguirá al frente de Ciencia, pero además asumirá Universidades.
Díaz se rodea de 'los suyos'
Sin alteraciones en el área económica y dentro de un gabinete con marcado acento feminista (12 ministras y 10 ministros), Díaz, sin despegarse de Trabajo, atrapa el mismo número de carteras (5) que ostentaba Podemos, desaparecido del escenario después de que Ione Belarra rechazara la inclusión de Nacho Álvarez como ministro que le había ofrecido Sumar a cambio de que cesaran las críticas. Obtiene Cultura, en manos de Ernest Urtasun, colaborador muy cercano a la líder de este conglomerado, y Sanidad, que dirigirá la líder de Más Madrid, Mónica García, el azote de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad estos últimos años y que ayer prometió un pacto de Estado sobre salud mental y rebajar las lista de espera en un departamento donde gran parte de las competencias están transferidas a las comunidades autónomas. También reciben el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, antes abanderado por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y que recae en Pablo Bustinduy; así como el departamento de Infancia y Juventud, con Sira Rego, dirigente de Izquierda Unida. Según Díaz, son “la garantía” de que el acuerdo con el PSOE se cumpla “íntegro”.
Tras la salida de nueve ministros (Pilar Llop, Héctor Gómez, Miquel Iceta, José Manuel Miñones, Raquel Sánchez, Irene Montero, Ione Belarra, Alberto Garzón, Joan Subirats) y la remodelación señalada, Sánchez ha resaltado el “gran impulso reformista” acometido el último lustro en su acción gubernamental, subrayando el crecimiento económico, la creación de empleo, la reducción de la inflación y del precio de la energía y el aumento de la inversión extranjera en el Estado, “en un contexto muy difícil”. “España está más fuerte que hace cinco años. Pero queda mucho por hacer, no nos conformamos. La agenda de transformaciones debe ampliarse, consolidarse, culminarse”, ha recalcado el socialista, para quien “el proyecto basado en el avance social, la convivencia, la estabilidad institucional y el diálogo entre diferentes está perfectamente definido y estamos determinados en conseguirlo”. “Tenemos más ganas, determinación y entusiasmo que nunca”, ha zanjado tras escoger a “personas capaces de gestionar, pero también de llegar a acuerdos y de explicarlos públicamente”. Sobre todo, sabedor de que arranca una legislatura de alto voltaje. Frente a la derecha y la exigencia soberanista.