Comienza la cuenta atrás para la presidencia europea de Pedro Sánchez y, por ahora, las sensaciones no son demasiado positivas en Euskadi. La falta de comunicación con el lehendakari y con el PNV sobre algunas reivindicaciones estratégicas para la comunidad autónoma vasca y la navarra, como crear una macrorregión atlántica para no perder influencia, o un reparto más regionalizado de los fondos europeos, impide conocer por ahora si van a estar o no en su agenda. Este jueves, por lo pronto, no las ha mencionado entre sus prioridades.
En una comparecencia en La Moncloa, Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa las prioridades que van a guiar su presidencia del Consejo de la Unión Europea, un cargo que asumirá dentro de quince días, el 1 de julio, y que se extenderá por seis meses. Desde esa atalaya, va a tener en su mano una poderosa herramienta: la capacidad de promover consensos y elevarlos al Europarlamento y la Comisión Europea. El presidente español fijó cuatro ejes que pasan por reindustrializar Europa, combatir la emergencia climática, impulsar la justicia social y estandarizar una tributación fiscal que deban asumir como mínimo las empresas (sobre todo, habló de las digitales), y reforzar la unidad europea.
En ningún momento de su intervención mencionó la puesta en marcha del procedimiento para crear la macrorregión atlántica que le piden los territorios de cinco estados (el español, el francés, Portugal, Irlanda y Reino Unido), entre los cuales hay territorios gobernados por los socialistas como Nafarroa o Asturias. Como adelantó este periódico, el lehendakari, como presidente del Arco Atlántico, envió por carta hace unos días a Sánchez la declaración aprobada en Cardiff, que reclama al presidente español que este asunto sea prioritario y que eleve un mandato a la Comisión Europea para activar el procedimiento este año. La macrorregión es vital para estos territorios, porque les permitiría ganar visibilidad en un momento en que el eje europeo parece desplazarse hacia el este y están en juego cuestiones como el TAV o el corredor del hidrógeno y otras conexiones energéticas.
Fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico confirman que Sánchez no ha respondido a la carta, y se enteraron por la prensa de que iba a presentar sus prioridades. Tampoco conocen mucho más sobre la reunión ministerial que tendrá lugar en Bilbao (en teoría, un Consejo Informal de Competitividad; mientras que a Donostia le iba a corresponder en un principio el Coreper, la reunión de los representantes permanentes de los 27 estados miembros).
Sin documento
Desde el grupo del PNV en el Congreso, las fuentes consultadas tampoco tienen constancia de que la macrorregión u otras demandas como el reparto regionalizado de los fondos europeos estén en su agenda o vayan a estarlo. Tampoco conocen el documento de prioridades de Sánchez ni han sido informados por cortesía sobre sus contenidos. La web de la presidencia europea se puso en marcha tras su comparecencia y solo mostraba, al cierre de esta edición, un resumen de prensa. La ponencia parlamentaria que iba a redactar un informe preparatorio tampoco llegó a alumbrar ningún documento, de manera que los partidos están in albis. El presidente Sánchez se ha referido este jueves a esta ponencia para defender que ha existido un proceso de diálogo, pero ningún partido salvo el PSOE quedó satisfecho con la dinámica de trabajo. Los jeltzales no constataron demasiada voluntad de incorporar sus propuestas.
Desde el PNV solo pueden atenerse a una respuesta del presidente español al PNV en el Senado, donde aseguró estar realizando “gestiones diplomáticas” para poner en marcha la macrorregión. Pero esto no quiere decir necesariamente que sea prioritaria para él o que se comprometa a ponerla en marcha en estos seis meses. Aquí entra en juego el contexto electoral, con las generales convocadas por el propio Sánchez para el 23 de julio, que caen como una bomba y siembran de incertidumbres el cumplimiento de los objetivos marcados. Incluso está en duda la continuidad de la hoja de ruta, si hubiera un cambio de gobierno con el PP.
Las cuatro prioridades
Las prioridades que presentó Sánchez agitan algunas de sus banderas estratégicas en los últimos meses, como la fiscalidad de las empresas y su guerra contra “la tendencia a que las ganancias empresariales no siempre han servido para mejorar las oportunidades de la gente”. Dijo que abogará por el establecimiento de unos estándares mínimos y comunes de tributación empresarial en todos los estados y combatirá la evasión fiscal de las grandes multinacionales, que según sus cálculos cuesta cada año un 1,5% del PIB a la Unión Europea, “lo mismo que gasta en vivienda y protección medioambiental”.
Sobre el resto de prioridades, en cuanto a la reindustrialización, lamentó la deslocalización de empresas en sectores como la salud, y puso como ejemplo la escasez de mascarillas durante la pandemia del coronavirus, que provocó una fuerte dependencia del exterior. Apostó por promover los expedientes de desarrollo de industrias, y por diversificar las relaciones comerciales, sobre todo con América Latina. Lo bautizó como una autonomía estratégica abierta: restar dependencia impulsando la industria, y abrirse al exterior a otros mercados para ampliar el número de socios.
Sobre el cambio climático, abogó por la reforma del mercado eléctrico y agilizar el paquete del gas e hidrógeno dentro de la descarbonización Fit for 55. Para reforzar la unión, pidió mejorar los instrumentos comunes como los fondos Next, un pacto de asilo y la unión bancaria.