El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitará durante su viaje a Israel, Palestina y Egipto de esta semana el kibutz de Beeri, uno de los atacados por Hamás el pasado 7 de octubre, así como el paso fronterizo de Rafah, que conecta Gaza con Egipto y por donde entra la ayuda humanitaria a la Franja.
Sánchez hará esta visita junto al primer ministro belga, Alexander de Croo. España preside durante el presente semestre el Consejo de la UE y Bélgica lo hará en el siguiente, a partir del 1 de enero.
Ambos se reunirán el jueves en Jerusalén con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y con el primer ministro de este país, Benjamín Netanyahu, y en Ramala lo harán con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás.
Al día siguiente, viernes, mantendrán sendos encuentros en El Cairo con el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, y con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit.
Pero más allá de esas reuniones, el presidente comprobará sobre el terreno tanto los efectos de los ataques de Hamás en Israel como la grave situación que atraviesa la población de Gaza.
Así, según han informado fuentes del Gobierno, en la primera jornada se desplazará junto a su homólogo belga al kibutz de Beeri, situado a unos cinco kilómetros de la Franja de Gaza.
Uno de los kibutz más castigados durante el ataque de Hamás
Este kibutz, donde hubo 85 muertos y 30 rehenes, fue uno de los más castigados en la masacre de Hamás en suelo israelí el pasado 7 de octubre.
Será al día siguiente y como cierre del viaje cuando se trasladará al paso fronterizo de Rafah, donde pretende dar visibilidad a la emergencia humanitaria que hay en la Franja de Gaza y expondrá toda la ayuda de refuerzo que España tiene previsto enviar
La visita del presidente del Gobierno se está preparando en un ambiente de esperanza respecto de la posibilidad de que haya en breve un acuerdo para liberar a rehenes israelíes en Gaza, tal y como ha asegurado este mismo martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Si llega ese anuncio, la previsión es que lleve aparejada una pausa de los bombardeos israelíes sobre Gaza, que sería la primera pausa sostenida de la ofensiva israelí y que facilitaría la entrada de ayuda humanitaria por el paso de Rafah