El factor suerte siempre ha acompañado a Pedro Sánchez en los momentos clave de su carrera política, incluso cuando parecía defenestrado tras su expulsión de la secretaría general del PSOE en otoño de 2016. Ahora, cuando peor parecía que le iban las cosas, el presidente español ha vuelto a caer de pie y una serie de carambolas le han devuelto el viento a favor. El domingo Sánchez se arrogó dos victorias con el pinchazo de la protesta de Colón y con la estratégica victoria de Juan Espadas frente a Susana Díaz en las primarias andaluzas. Y hoy el líder socialista ha puesto el broche con su foto y paseíllo junto a Joe Biden en Bruselas, en el día en que también se ha confirmado que España acogerá la siguiente cumbre de la OTAN en 2022.
Hace tan solo unos días las cosas no pintaban nada bien para un Ejecutivo español al que se le acumulaban los frentes abiertos y que además tenía que comenzar a allanar el terreno para la concesión de los indultos a los presos independentistas, que se prevé inminente. Todo ello, con el enfado de la derecha, de algunos barones socialistas, y, sobre todo, con la presión de un PP muy crecido y con el viento a favor en todas las encuestas. Pero, contra los pronósticos que auguraban unas semanas muy duras para Moncloa, Sánchez ha logrado relajar el ambiente, apuntarse algunos tantos y rebajar la crispación entre el Estado y Catalunya.
La carta de Oriol Junqueras de la pasada semana fue el detonante del cambio en el clima político sobre la cuestión de los indultos. La autocrítica del líder de ERC y su alejamiento de la vía unilateral facilita que la medida de gracia a los presos del 1-O resulte más fácil de justificar para el Gobierno español y para un PSOE que se mostraba también dividido ante esta cuestión. Pero además, la protesta de Colón del domingo resultó totalmente contraproducente para una derecha que fue incapaz de movilizar a un gran número de asistentes en un acto que fue más bien un ensalzamiento de los postulados ultras de Vox.
Y no solo eso, sino que además el PP se embrolló sacando a colación el papel de Felipe VI en la firma de los indultos. Isabel Díaz Ayuso puso en un brete a su partido al apelar al monarca y dar a entender que es contrario a la concesión de la medida de gracia. Así, la presidenta madrileña debilita la postura de Pablo Casado, compromete la neutralidad que se le presupone a la jefatura de Estado y, en definitiva, da aire a Sánchez.
Aleja fantasmas del pasado
La otra clave del refuerzo del presidente español vino de la vida interna del PSOE, partido que, a pesar de las discrepancias de algunos barones, Pedro Sánchez está empezando a controlar incluso en las federaciones tradicionalmente más rebeldes. Así, el candidato ungido por Ferraz, el alcalde de Sevilla Juan Espadas, batió holgadamente a Susana Díaz en las primarias socialistas de cara a unas futuras elecciones andaluzas. Sánchez logra de esta manera deshacerse definitivamente de Díaz, uno de sus fantasmas del pasado y artífice del golpe de mano que le descabalgó de la secretaría general socialista hace cinco años.
La expresidenta andaluza es casi ya un cadáver político y, aunque sigue ostentando por el momento el liderazgo a nivel orgánico del PSOE andaluz, ya ha anunciado después de esta derrota que no optará a la reelección y se hará a un lado. Mientras tanto, Espadas dio ayer un primer paso en esa senda al anunciar que esta misma semana Díaz dejará de estar al frente del grupo socialista en el Parlamento autonómico, que será reformado en función de los nuevos equilibrios de poder interno en la federación tras las primarias del domingo.
Así, con estos dos frentes encarrilados y con la perspectiva de una mejora en la economía y la llegada de los fondos UE, hoy se ha visto a un Sánchez más relajado en su encuentro con el presidente de los Estados Unidos, que ha sido apenas una conversación de un minuto por los pasillos de la sede de la OTAN en Bruselas, pero le sirve para tener la foto deseada.
Además, a nivel internacional el presidente español se ha apuntado también hoy otro tanto con la confirmación de que la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará el siguiente año, tendrá lugar en Madrid.
Con todo esto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez puede ya dar carpetazo a los indultos con su tramitación y centrarse en hacer frente al ansiado escenario post covid, que podría traer consigo una remodelación de Gobierno.