Sangüesa: éxtasis en un sueño hecho real

Francisco Javier Expósito se convirtió ayer en la vieja Zangoza el 14ª torero de a pie de alternativa navarro y el 5º nacido en Pamplona. y lo hizo no solo con rotundo triunfo y puerta grane, Lo hizo con el inmenso honor de poner la piel de gallina en un momento memorable donde se conjugó lo más grande del mundo: un torero arrebatado, un toro embistiendo con bravura y el acompañamiento del sol, desde el principio, y de la sombra, todos, y el enmarque fusionado y augurador de un sensacional Puerta Grande. Y, encima, gana Osasuna. Muy emocionante. Y en la intimidad el hotel Yamaguchi el pequeño Yago, hijo menor del toricantano, dando pases y sintiendo los mismos olés que su padre cobró convirtiéndose en torero para hacer un sueño hecho realidad. Y, ojo, sin cortarse la coleta y abriendo otro sueño antes imposible y ahora susceptible: el torear en Pamplona, la ciudad que le vio nacer. Consta que comisionados de la Meca estaban en el tendido.

El ya torero de pamplonés y vecino de Sarriguren recibió la alternativa de Eugenio de Mora y en presencia de Oliva Soto. Agradeció el doctorado vestido de estreno con un rosa y oro muy bonito. El maestro toledano le cedió, para la historia, la muerte del toro Testarudo, número 19, de la ganadería de Herederos de Antonio Ordóñez Araujo, nacido en noviembre de 2017, con guarismo 8 y, por tanto, cuatreño. El torero conjuntó una buena faena ante un toro noble y de dulce humillación. Doblones muy toreros y tandas por ambos pitones con temple y limpieza. Bien con la espada y petición de la segunda oreja. Doctorado soñado, más lo mejor, inolvidable, aconteció al final, con el sexto, un colorado mansete en los primeros tercios y que atendía a Lirón. Al toro de La Plata, número 9, se lo llevó Expósito a la contraquerencia. Solanera de genial cultura taurómaca, oleó las primeras tandas. Le siguió el resto. Expósito llegó a arrebatarse y sintió que, ni en sus sueños, el toreo eterno. El rotundo pasodoble, el encaje del arte más grande del mundo. Enhorabuena, zorionak. Y un olé de verdad a este toreo hondo, de un sueño de personalidad.