Sanidad incorporará la enfermedad renal a la estrategia de cronicidad

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El Ministerio de Sanidad incorporará a la futura estrategia de cronicidad la enfermedad renal crónica (ERC) para reducir la carga en el sistema sanitario de este problema que aqueja al 15 % de la población adulta, con lo que se dará un impulso a su prevención y diagnóstico precoz.

Así lo ha trasladado la ministra de Sanidad, Mónica García, a los representantes de pacientes y organizaciones científicas reunidos en la jornada que se está desarrollando en la sede del Ministerio con motivo del Día Mundial del Riñón, que este año se celebra bajo el lema "¿Están bien tus riñones? Descúbrelo a tiempo protege tu salud renal".

La ERC afecta a un 15 % de la población adulta aunque el 20 % no lo sabe, y la prevalencia del Tratamiento Renal Sustitutivo, es decir, el número de personas que están en diálisis o trasplante para sustituir la función de sus riñones, ha aumentado más de un 30 % en la última década.

Cada año ingresan en los programas de diálisis y trasplante una media de 7.000 personas, un 25 % por diabetes. Solo en 2023, 7.280 pacientes comenzaron una terapia de reemplazo, con lo que se alcanzó un total de 67.625, según los datos del registro español de diálisis y trasplante que gestiona la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

Asimismo, en 2024 se realizaron 4.009 trasplantes renales, es decir, "4.009 pacientes que evitaron la diálisis", con lo que tasa alcanzó el récord de 132,8 trasplantes por millón de población, "lo que significa que cada día hay 17 personas que reciben un nuevo riñón".

García ha puesto en valor el robusto sistema de trasplantes que ha permitido que un 7 % de los pacientes que inician este tratamiento sustitutivo lo hacen directamente con un trasplante renal sin tener que pasar por diálisis; más de la mitad, el 56 %, de las personas que han estado en terapia renal sustitutiva viven con un trasplante renal funcionante, que es la mejor opción de tratamiento.

Sin embargo, es una de las enfermedades más desconocidas pese a su elevado impacto socio-sanitario y en la calidad de vida de los pacientes, debido en parte a que sus síntomas son poco reconocibles en los estadios iniciales. La tasa de infradiagnóstico supera el 40 %.

"El riñón es ese órgano silencioso que ayuda a todo el resto de órganos, que equilibra nuestra homeostasis, ese órgano que solo le echamos de menos cuando falla", ha ilustrado la ministra.

Su departamento aspira a reducir la carga de esta enfermedad avanzando en su prevención y en su tratamiento y, para ello, la incluirá en la futura estrategia de cronicidad.

El primero de sus elementos será la promoción de hábitos de vida saludables y la implementación de intervenciones que "permitan su identificación temprana, su diagnóstico temprano y el control de las causas más frecuentes", como hipertensión o diabetes.

También será "fundamental impulsar" desde Atención Primaria la realización anual de pruebas como el filtrado glomerular y la albuminuria o albúmina en orina en pacientes de riesgo, dos pruebas "sencillas, de bajo coste y con un impacto enorme".

Por último, abarcará la atención especializada a través de las consultas en las unidades específicas que aseguren el tratamiento a pacientes de alta complejidad.

El presidente de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), Emilio Sánchez, se ha mostrado "extremadamente" satisfecho por el compromiso del Ministerio, que va a hacer que "el futuro de la enfermedad renal sea diferente".