El Ministerio de Sanidad y las CCAA tienen previsto aprobar hoy la nueva estrategia para la desescalada. A la espera de la confirmación oficial esta podría tener dos puntos principales. Por un lado. la eliminación de la realización de pruebas de diagnóstico de coronavirus a nivel general entre la población. Esto quiere decir que no serían necesarias en pacientes asintomáticos. Serían los sanitarios los que determinen si es necesario o no realizar una pruebas de confirmación mediante PCR o antígeno realizado por un profesional.
Por otro, y este es el punto más destacado, se habla de la eliminación de los aislamientos domiciliarios, que hasta ahora estaban fijados en 7 días en caso de pacientes asintomáticos o desarrollar un cuadro leve de la enfermedad. Dicha medida se mantendrá con toda seguridad en dos escenarios concretos, como son las residencias de personas mayores y los hospitales.
Donde seguirán siendo más estrictas las instrucciones será en las residencias de mayores y hospitales, que son un ámbito vulnerable como pocos. En estos casos, sí seguirán siendo obligados los aislamientos ante un contagio. De cinco días siempre que el último se lleve 24 horas sin síntomas.
Según el borrador de la Ponencia, si un persona en una residencia tiene un diagnóstico positivo por PCR, deberá ser aislado del resto primero hasta que se tenga el resultado de la prueba y hasta cinco días después de confirmarse el diagnóstico. Si hay un primer resultado negativo y persisten los síntomas, se hará una segunda PCR en no menos de 48 horas. También estudiarán los contactos estrechos.
Si el positivo es alguien que trabaje en una residencia o centro sociosanitario, "no acudirá a su centro de trabajo durante los primeros cinco días". Pasado ese tiempo y siempre que ya no presente síntomas desde 24 horas antes, volverá hacerse una PCR para confirmar el negativo y poder incorporarse al trabajo.
Sin noticias sobre la mascarilla en interiores
Pese a que es otro de los asuntos que mayor debate suscita, en la reunión de ayer no se trató la eliminación de las mascarillas en interiores, aunque comunidades como Galicia, Extremadura y Castilla y León se han unido a las regiones que se han mostrado partidarias de su fin, como Madrid o Cataluña. Insisten en que la desescalada de las mascarillas debería comenzar en los centros escolares.