El coro de Santa Águeda del grupo Gallartako Koadrilak saldrá hoy por las calles del barrio principal de Abanto Zierbena para cantar las coplas de la santa martirizada en el siglo III en la ciudad siciliana de Catania (Palermo) pero además su kalejira conmemorativa tendrá un componente solidario con los refugiados que habitan los centros de Martín Etxea y Kotarro Etxea ubicados en la localidad minera. “La kalejira, que partirá a las 18.00 horas de la plaza Eusko Gudariak y finalizará en el frontón Txikito de Gallarta con una chocolatada popular, tiene como objetivo recaudar fondos que irán destinados a la reconstrucción del gallinero de Martín Etxea que fue derribado por el viento”, señalan desde la asociación juvenil. Una marcha que se producirá pocos días antes de que se cumplan cuatro años del fallecimiento –el 9 de febrero de 2019– de Martín Markiegi, un cura sin sotana ni parroquia a su cargo que durante 50 años vivió en el barrio de Santa Juliana como uno más, apoyando al inicio a las familias que trabajaban en la mina y que vivían en chabolas sin ningún tipo de servicios básicos.
A su fallecimiento, Markiegi legó su propiedad y una casa contigua que le donó un matrimonio al que cuidó hasta su deceso a un grupo de personas del municipio, encabezada por Ameli Ortiz, que perpetúan el espíritu de Martín de ofrecer cobijo y apoyo a los más necesitados, en este caso a personas refugiadas procedentes de diferentes partes, idiomas y culturas. “En este momento, entre Martín Etxea y Kotarro Etxea –la antigua casa de las monjas con las que se firmó un convenio de uso de los locales– atendemos a más de una veintena de refugiados del norte de África y de Latinoamérica a los que ofrecemos cobijo y ayudamos a su inserción mediante su incorporación a la formación y en ocasiones a pequeños trabajos remunerados”, destaca Ameli Ortiz, una profesora jubilada que dirige estos dos centros de acogida muy afectados por el deterioro que provoca el tiempo y la falta de mantenimiento. “Martín era una persona encomiable al que le gustaba mucho el mundo de la madera y tuvo un taller escuela de carpintería pero la albañilería se le daba fatal”, bromea Ameli Ortiz señalando algunas de la carencias que presenta el hogar donde ondea la bandera de Ongi Errefuxiatuak y cuenta con el apoyo de la ONGD Mundu bat org.
Gallinero
Una de esas preocupaciones perentorias para Martín Etxea es la reconstrucción del gallinero construido con más fe que destreza entre 2019 y 2020 y que fue barrido por un temporal. “El gallinero no es un capricho, ya que al igual que el huerto que se ha creado en el terreno de Martín Etxea, forma parte de un programa que intenta promover un autoconsumo que es muy importante para los residentes en ambos centros. De hecho ellos son los que se encargan colectivamente de cultivar y de atender las diferentes bancadas con diferentes productos hortícolas y a las cerca de 30 aves de corral”, destaca Ortiz quien remarca que esta producción tradicional, basada en los criterios de la agricultura ecológica “supone un importante aporte nutricional para estas familias que carecen de ingresos regulares”.
De hecho en la pasada jornada frutícola organizada por el Ayuntamiento de Abanto Zierbena, desde Martín Etxea se adquirieron 15 árboles frutales –subvencionados– para plantar en el terreno de la casa. “Si conseguimos construir un gallinero en condiciones no descartamos la posibilidad de incluir en ese cobertizo la crianza de conejos”, apunta Ameli Ortiz, quien no desdeña la posibilidad de poner en marcha un proyecto que contemple la “venta de los posibles excedentes que den la huerta y el gallinero a vecinos del municipio con el que obtener fondos para los residentes. Desde luego serían productos de lo más naturales y frescos”, destaca Ortiz. Uno de lo colaboradores de este proyecto sin duda sería el periodista colombiano Fredy Morales que tiene muy buena mano con los puerros. “Hasta que no vine aquí no supe lo que eran”, confiesa este joven defensor de los derechos humanos.