Nunca se ha mordido la lengua, menos aún cuando ha visto perjudicados los intereses del conjunto che, del que fue portero en su época más brillante, debido a la gestión que desde la lejanía realiza Peter Lim. El que fuera portero del Real Madrid compatibiliza en la actualidad su pasión por los coches con su trabajo como analista futbolístico en radio y televisión.
¿Cómo ve la semifinal?
—Espero un partido muy igualado, como ya se vio en la ida. Los equipos llevan dos trayectorias distintas en Copa. El Athletic ha ganado a Barcelona y Real Madrid y creo que por eso salió como favorito en San Mamés, pero el Valencia se agarra muy bien a la competición y por lo tanto igualó fuerzas.
¿Dónde puede estar la clave de la eliminatoria?
—La clave nunca se sabe, pero vamos a ver quién se maneja mejor en ese escenario de semifinal de Copa en el que hay mucha tensión en el aspecto psicológico y muchas expectativas puestas en el entorno de ambos equipos.
En la ida empataron a uno, pero ya no hay valor doble de los goles marcados fuera de casa. ¿Hasta qué punto puede condicionar el partido esta nueva circunstancia?
—Yo creo que el hecho de que no valgan doble los goles fuera de casa libera mucho a los equipos de tensión defensiva y eso es bueno para ambos.
¿Espera un partido igual de cerrado que en la ida?
—Espero un encuentro de mucha cautela. Ninguno de los dos equipos se va a volver loco porque es una clasificación a 90 minutos. Entonces, espero un partido en el que probablemente se esté más pendiente de defender bien que de atacar.
En Bilbao se criticaron las pérdidas de tiempo del Valencia. ¿Le parecieron excesivas?
—En Bilbao yo creo que hubo un problema. Y es que después de la eliminación de Barça y Madrid se generó un ambiente positivo, optimista, y esperaban que el Valencia iba a ser un rival menor. Ahí empezaron las críticas a Bordalás, a las pérdidas de tiempo... Cuando uno va al campo con unas expectativas que no se cumplen, en lugar de hacer autocrítica, suele mirar a otro lado.
En Valencia, por contra, las quejas fueron por las declaraciones de Dani García y su desconocimiento sobre la figura de Arias. ¿Qué le parecieron?
—En Valencia, más que las declaraciones de Dani García, yo creo que lo que se criticó mucho fue el penalti que le hicieron a Hugo Duro, que todo el mundo vio que fue clarísimo, que en cualquier escenario se hubiese pitado y que eso le hubiese dado la oportunidad al Valencia de disfrutar de un penalti. Lo de Dani García, efectivamente no sentó bien porque Arias es una leyenda, pero ya pidió perdón Dani y no tiene más trascendencia. Además, Arias se comportó muy bien, no echó más gasolina al fuego. Son profesionales que en algún momento se pueden equivocar, pero pidió perdón.
Otra cuestión que ha generado debate ha sido el de la diferencia de descanso entre un equipo y otro para preparar la semifinal. Como exfutbolista, ¿tanto se nota?
—A uno le gusta descansar el máximo tiempo posible, no tener que estar asfixiado y con las piernas cargadas o con alguna molestia de la que no acabas de recuperarte, pero el calendario es el que es y una vez que empieza a rodar la pelota yo creo que todo el mundo se olvida de estas situaciones que alimentan mucho la previa del partido y que luego se olvidan porque hay que jugar a fútbol.
El fin de semana, el Valencia puso fin a una racha de siete partidos sin ganar en liga y el Athletic cayó goleado en el Camp Nou. ¿Considera que este hecho puede tener alguna incidencia en el partido?
—Siempre es bueno llegar con buenas sensaciones cuando tienes un enfrentamiento importante. Pero también, vuelvo a repetir, empezará a rodar el balón y nadie se acordará de lo que está pasando en liga con el Athletic y el Valencia y los dos equipos tratarán de dar el cien por cien. No creo que su mente esté puesta ni en la trayectoria ni en el pasado. Ahora, eso sí, cuando un equipo viene con una buena trayectoria juega con más confianza. Eso es evidente.
Siempre se ha deshecho en elogios hacia Marcelino. ¿Le gustaría que actualmente siguiera siendo el entrenador del Valencia?
—Marcelino hizo un gran trabajo en Valencia. La gente que habla de fútbol, solo de fútbol, sabe reconocérselo. Y evidentemente fue destituido de forma absolutamente demencial. Pero porque aquí hay una dirección que no es tal. El club está desnortado, no hay gestores profesionales y puede pasar cualquier cosa. Porque después de dos clasificaciones para la Champions que te pongan en la calle en el mes de septiembre, creo que no ha habido una más gorda jamás. Pero es un gran entrenador y dejó un sello imborrable en Valencia y nadie duda de su talento. Pero también todo el mundo está muy contento con Bordalás porque consigue que el equipo compita y se deje todo. Con quien no estamos contentos, el global del valencianismo, es con la dirección y la propiedad del club, que nos está llevando a una situación de mucho desencanto.
Nunca entendió su salida. Es más, se mostró muy crítico con las formas y la decisión. ¿Le da pena todo lo que está sucediendo en torno al Valencia?
—Claro que me da pena. Yo viví en el Valencia una época dorada porque había una gran plantilla, pero también una gestión impecable. Los jugadores se sentían cómodos en el equipo, nadie se quería marchar pese a tener ofertas, o la mayoría no nos queríamos marchar, y disfrutamos de un club que era un ejemplo en Europa. Llegó a ser el primero en la estadística y un ejemplo de cómo con menos herramientas poder competir con los más grandes. Claro, yo tengo eso en la mente, veo ahora lo que sucede y soy el primero que no jugaría en el Valencia de Peter Lim por muy valencianista que sea. Porque sería sacrificar mi carrera y ponerla en manos de la ignorancia.
Siempre que ha podido ha mostrado su malestar con los actuales regidores...
—Sí, y lo vuelvo a mostrar. Es que es así. Es un despropósito absoluto a todos los niveles. Deportivo, económico, de identidad, de sentido de pertenencia... en todos los aspectos. El aficionado está siendo vilipendiado, pero aquí en Valencia hay una afición siempre fiel, que está por encima de quien mande. Deportivamente, el club no compite nunca donde debe, solo cuando derivó Peter Lim esa gestión en Mateu Alemany, que fueron esos dos años en los que con Marcelino en el banquillo se trabajó de forma profesional. El equipo volvió a Champions y fueron los dos a la calle. A ningún aficionado de España le deseo que su club lo compre Peter Lim.
¿Qué le parece Bordalás?
—Está, dentro de ese ambiente de gestión cero, tratando de sacar lo máximo que tiene de su plantilla. Es muy difícil cuando no tienes nadie profesional alrededor. No creo que dure mucho en Valencia, porque una vez que llegas aquí te das cuenta de cómo se trabaja. Ojalá me equivoque y todo cambie. Ni a Bordalás ni a ningún jugador les culpo de nada porque, repito, yo soy de la opinión de que cuando un club no tiene gestión, no tiene gestores, jefes profesionales, es difícil alcanzar el mejor rendimiento de cada uno.
¿Cree que desde el club le han prometido cosas que no le han conseguido?
—Pero esto ya sucedió con Prandelli, que le prometieron cosas y el hombre dimitió. Le pasó también a Javi Gracia. Les ha pasado a todos. No sorprende que haya pedido fichajes y le hayan traído a jugadores válidos, pero que no son de la posición que él ha pedido. Bordalás se mete en su trabajo, se aísla en todo eso, pero de promesas incumplidas por parte de la propiedad hay un largo historial.
"Marcelino hizo un gran trabajo en Valencia; la gente que habla de fútbol, únicamente de fútbol, sabe reconocérselo"
"No jugaría en el Valencia de Peter Lim por muy valencianista que sea, sería sacrificar mi carrera y ponerla en manos de la ignorancia"
"Ni a Bordalás ni a ningún jugador les culpo de nada, cuando un club no tiene gestión es difícil alcanzar el mejor rendimiento"