Tiene 368 mil suscriptores en YouTube, 103 mil en Instagram, es influencer, tiene 30 años y se ha convertido en un referente a la hora de hablar de la salud mental. Es Sara Kibum. Si no suelen usar redes sociales puede que no sepan quién es pero escuchando su testimonio, la querrán conocer.
Que su juventud no nos confunda. Lleva en esto desde los 24 años y ahora se ha atrevido a escribir un libro que verá la luz la semana que viene y que pretende ser una catarsis para ella. Se titula "Siempre me querré", es autobiográfico y en él nos cuenta la historia de una adolescente que fue presa de una relación tóxica que la convirtió en víctima de la violencia machista. Es su historia pero, por desgracia, como vemos todos los días, es también la de muchas chicas. Así que en parte este libro es para ellas.
Sara Kibum ha concedido hoy la primera entrevista de su vida y lo ha hecho en Onda Vasca. Esta es su historia
Un libro que pretende ser una "ventana abierta" de su experiencia y que busca "desestigmatizar" la postura de las víctimas, afirma Sara Kibum. "Es una carta de amor propio y de reconciliación conmigo misma. Hay muchos pasos que luego te toca trabajar. Quería ser también apoyo al resto de chicas que pasan por lo mismo. Es más común de lo que nos creemos y es más difícil de identificar de lo que pensamos", señala.
"La postura de una mujer que sufre violencia de género está muy estigmatizada a la hora de pensar que es fácil salir de ahí y que la culpa es suya", lamenta.
La historia de Sara
Su historia empezó siendo, como ella misma reconoce, una niña. Apenas tenía 15 años cuando empezó su relación con quien se convirtió en su maltratador. Estuvo con él siete años y durante ese tiempo vivió su historia sin ningún apoyo porque no le contó a nadie lo que le estaba pasando. Quería proteger a su entorno. "Es un tema que no he tratado mucho ni siquiera en mis relaciones cercanas", reconoce y asegura que siempre le hacen la misma pregunta cuando se enteran: ¿Cómo aguantó siete años?
"La violencia de género es una dinámica en la que se entra poco a poco y no es tan fácil de salir ni de entender lo que uno está viviendo desde fuera. Un maltratador no es solo maltratador, es manipulador. Te lleva de una manera sutil y sigilosa. Es mucho sufrimiento, sutil y machacante que te anula como persona". resume.
En este sentido lamenta los clichés. Y es que las mujeres víctimas no siempre perdonan y aman a su pareja. "Yo fui consciente de lo que estaba pasando desde el principio pero no sabía cómo salir", apunta. "No tenía apoyo porque no se lo conté a nadie para no causarles preocupación", afirma.
“ La sociedad te tacha de tonta, de consentir. Por eso da mucho miedo decirlo en voz alta y pedir ayuda ”
Sara Kibum
Sara Kibum recuerda que el maltrato tiene varias caras con un denominador común: la manipulación lenta y constante. "Nunca hay un maltrato de primeras. Era siempre, 'me has hecho esto que me ha hecho sentirme fatal', deja de hacerlo. Y empiezas a ceder. Llegué al punto de tener que pedir permiso para salir a la calle. Y nadie de mi entorno era consciente. Empieza el maltrato psicológico y luego llega el maltrato físico", recuerda.
"Yo lo he vivido y es una mierda. Al principio es sutil. Te dice deja de hablar con estos, deja de hacer esto...entras en un punto de no retorno. Las dinámicas empiezan a ser normales", explica. Recuerda que los primeros nueve meses fueron los mejores pero que ya había matices que daban que pensar pero que ella consideraba normales como los celos. "Cuando llegan los insultos o las humillaciones públicas te sientes tan en shock que dejas de procesar lo que vives. Entraba en pánico, lo intentaba solucionar, y luego el maltrato físico va de la mano", afirma.
Hace hincapié en que ella misma se iba poniendo límites pero siempre pasaba algo. "Cuando a la gente le cuento que he sido maltratada me preguntan si me han pegado porque es lo más grave para la gente y no lo es ni de lejos. Siempre había un giro y no conseguía marcharme", insiste.
Poner fin al infierno
Esa relación de maltrato llegó a su fin cuando tenía 22 años. "Me creé una vida paralela dentro de lo que estaba en mi mano. Él me controlaba todo el rato, no tenía móvil con internet, no redes sociales, si salía a la calle le tenía que mandar una foto" recuerda y fue a través de los estudios que estaba realizando cuando comenzó a relacionarse con otras personas y ver la vida que se estaba perdiendo. "Era como que me había dado por vencida, decía me toca esto. Conocer a gente nueva y ver lo que era vivir, me hizo ser más fuerte", subraya.
Pero con el fin de la relación no llegó el fin de su peculiar infierno ni mucho menos y es uno de los aspectos que pretende destacar. "La culpa llegó después", remarca. "Cuando termino, tengo una sensación falsa de libertad. Salgo de mi casa, me voy de vacaciones pero llega un momento en que todo empieza a caerse y a aparecer en mi vida cotidiana en cómo me trato y me relaciono. No sé quién soy. No me desarrollé en la adolescencia. No sabía quien era Sara", resume.
"Con 22 años me diagnosticaron depresión y empecé con medicamentos. A día de hoy me sigue costando. Tengo que seguir con la terapia, tengo ataques de ansiedad, miedo, falta de autoestima...si no te quieres a ti misma y consideras que te has hecho el daño más grande, ¿cómo crees que te van a mirar los demás?", pregunta.
Es el duro después porque además está el miedo de que tu agresor pueda intentar hacerte daño, sobre todo, cuando ya había sido amenazada. "Me vine a vivir a Madrid desde Burgos y tenía miedo. Me da igual que no me haya amenazado, sé lo que me ha hecho. Estoy cansada de verlo en la tele. ¿Por qué no va a venir a mi casa?", se preguntaba.
“ La sociedad te dice que te quedas porque quieres. Creerte que has permitido que te hagan eso y ponerte como responsable de esa tortura es durísimo. ”
Sara Kibum
La vida de Sara hoy
Han pasado varios años y Sara Kibum sigue con la terapia que considera vital. "Después de muchos años conseguimos sanar el trauma. No se olvida. Hay días que me retuerzo como cuando he estado escribiendo el libro. Fue el punto y aparte de la culpa hacia mí misma", destaca. "Poder decir yo no tuve la culpa y si hice lo que hice fue por protegerme. Estuve siete años viviendo con miedo y con peligro", añade.
"No sé qué habría hecho sin terapia. Sí se necesita. Para muchos no es accesible y es una mierda que sea tan inaccesible. Mi psicóloga es mi salvadora. Ha sido lo mejor que me ha pasado", resume.
Sara Kibum tiene pareja actualmente y tuvo otra anteriormente una vez se separó de su agresor. "Siempre he sido honesta con ellos. Sigo con miedos e inseguridades y daños colaterales. Puede parecer fácil entender las secuelas y cuanto más trabajo, más cosas saco. Estoy siendo proactiva para curarme y no quiero que nadie pase por lo que he pasado", afirma.
"Con la primera relación supe todo lo que estaba mal en mí, actitudes tóxicas que tenía y no he querido hacer daño a nadie", señala. Sin embargo, reconoce que con su familia y amigos le ha costado mucho. "Saben lo que me ha pasado y ya está. Están avisados del libro y les he recomendado que no lean mucho", reconoce porque recuerda, "les protegí en esos años".
Su mensaje para todas las chicas en su situación es que no están solas y que siempre hay alguien que te tiende la mano. "Mis redes sociales siempre están abiertas. Somos más fuertes de lo que creemos. Sí que se puede. El que no es nuestra culpa es el título de todo. Cuando te quitas ese peso de encima es cuando puedes resurgir", remarca.
“ Muchas veces no ves la luz pero sí puedes rehacer tu vida y volverte a querer. ”
Sara Kibum
Dice que ahora se siente feliz del camino que ha recorrido y de quien es pero que no le debe nada a su agresor. "Nunca daré las gracias a esa persona sino a mí", concluye.