Afirma que los playmobils, la fotografía y Bilbao constituyen “sus tres grandes pasiones”. ¿A qué se debe esta adoración?
Cuando descubrí la fotografía se me abrió un mundo en el que explotar mi imaginación. Pero, a pesar de ello, a mí no me gusta retratar personas o fotografiar edificios. A mí me gusta sacar cosas. Por otro lado, desde pequeña siempre me han gustado las miniaturas. Y mi hermano jugaba con playmobils. Aunque yo no, los llevo coleccionando desde hace 10 años. Todo empezó cuando me encontré un par de ellos en la basura y me los llevé a casa. En aquel momento, estaba haciendo un curso de fotografía. Uno de los ejercicios se basaba en fotografiar un objeto. Ahí fue cuando pensé que quedaban muy bien en las fotos. ‘Vaya, ¿y si intento que parezcan personas reales?, ¿y si los saco a Bilbao, mi ciudad?, ¿y los convierto en un bilbaino o en una bilbaina más?’ Así empezó todo.
¿Y por qué decidió aunar estos tres elementos en un solo proyecto artístico?
Los junté de casualidad y di con la clave. Vi que eso era lo que realmente me gustaba. Y a la gente, al parecer, también.
Comenzó a mostrar fotografías como las que va a exponer en el Espacio Yimby en su cuenta de Instagram. ¿Qué fue lo que le impulsó a poner a un playmobil frente a la lente con Bilbao de fondo?, ¿el afán de hacer algo distinto?
Sí, a mí siempre me han gustado las cosas poco convencionales. Cuando puse el objetivo y vi el playmobil en la fotografía con Bilbao de fondo me encantó. Son tan coloridos, son tan chulos, tienen tantos accesorios… Pensé que para mi mundo de imaginación era estupendo. Descubrí que podía poner los playmobils en mil sitios, con mil objetos para, por ejemplo, convertirlos en Marijaia.
En esta cuenta también da a conocer pequeñas pinceladas de la historia de la villa. ¿Cuál es su trazo favorito?
Es imposible elegir, pero si tuviera que quedarme con el 'slow motion' de las sardineras que van desde Santurce a Bilbao. Estas mujeres fueron un icono.
¿Y el que más curiosidad le suscita?
Todo lo que tiene que ver con Don Diego López de Haro, el fundador de la villa. Aunque yo le doy más importancia a María – Díaz de Haro – que fue quien realmente tendría que haber gobernado el señorío, que se lo usurpó su tío. También tengo un vídeo basado en ella.
¿Qué implica a nivel técnico escenificar una de sus fotografías?
Implica que casi siempre esté por los suelos (ríe). También, además de la cámara, llevo una mochila llena de playmobils. Previamente, en un cuaderno apunto las ideas que me gustaría escenificar en un lugar determinado, aunque a veces surgen cosas mientras voy andando por Bilbao. Para todo el proceso es también imprescindible la ropa cómoda, para poder tirarme por el suelo tranquila, y casi siempre voy acompañada de mi mejor amiga. Pobre, a veces me ha llegado a levantar del suelo pensando que me pasaba algo, otra, sacando una foto por Bilbao, casi me caigo a la ría…
¿Casi se cae a la ría?
Sí, sí. Iba a hacer una foto con el playmobil en la ría. Miden como 7,5 centímetros y para conseguir una perspectiva en la que pareciese una persona real tuve que estar tirada en el suelo (ríe).
¿Perdió el muñeco en ese periplo en la ría o lo consiguió salvar?
Se cayó, pero lo conseguimos pescar. Dio la casualidad de que por allí pasaba un conocido, que es pescador de bonito, y conseguimos cogerlo con un colador y una cuerda. Se montó un espectáculo… (ríe).
¿ Y cuánto tiempo le lleva todo el proceso?
Hay que buscar el sitio y que el playmobil parezca una persona. En total, cada foto me lleva una media de 45 minutos como mínimo.
Por último, ¿cómo definiría en un titular la exposición que se va a encontrar el público en la sala de muestras de la Gran Vía?
‘Recorre Bilbao de forma original’. Es el título que le he puesto. Seguramente, con mi exposición verás Bilbao de otra forma.