La Fundación Buesa censuró ayer domingo el tratamiento “acrítico” a los presos de ETA, personas reclusas en muchos casos por “asesinar, secuestrar, herir y extorsionar” a ciudadanos vascos durante décadas. Quiere encontrar “un rastro de humanidad, una muestra de empatía, un mensaje de rectificación, un gesto de arrepentimiento” entre los reos de la banda, si bien asegura no hallarlo. La fundación que lleva el nombre del que fuera secretario de Organización del PSE y vicelehendakari y consejero de Educación en el gobierno de coalición entre el PNV y los socialistas vascos con el lehendakari Ardanza, que falleció en un atentado con coche bomba junto a su escolta Jorge Díez Elorza en febrero del año 2000, respondió de esa forma -y a través de la red social Twitter- a la comparecencia que horas antes protagonizaron conjuntamente en Gasteiz Etxerat y la red ciudadana Sare, en la que el portavoz de estos últimos, Joseba Azkarraga, opinó que la autocrítica por la que abogan diversas formaciones vascas “no solo se debe exigir a una parte”, en referencia a los presos de ETA y el mundo de la izquierda abertzale, sino que la deben hacer “todos”.
“No sé si ha llegado el momento de que la exigencia de autocrítica se haga también a la otra parte”, se refirió Azkarraga entrando de lleno en el debate del nuevo ciclo abierto, en el que varios partidos vascos -PNV, PSE o Elkarrekin Podemos, por ejemplo- han instado a la izquierda abertzale y su entorno social a que reconozcan el daño causado por el terrorismo durante largas décadas. “Me refiero a quienes tratan de olvidar que ha habido más de 5.000 casos de tortura, vulneración de derechos y muertes por terrorismo de Estado”, profundizó un Azkarraga que tiró del hilo de una entrevista reciente efectuada al asesor en materia penintenciaria del Gobirno vasco, Jaime Tapia, en la que este último afirmó no tener “ninguna duda” de que los presos de ETA a los que se les concede el tercer grado penitenciario están arrepentidos incluso aunque no usen de manera expresa la palabra perdón. Exigir una “terminología muy determinada es un error”, puntualizó el exconsejero de Justicia y miembro del gabinete del lehendakari Ibarretxe por parte de EA.
La respuesta de la Fundación Buesa no se hizo esperar. Y en la misma, apenas una horas después del manifiesto presentado por Sare y Etxerat en Gasteiz por el fin del alejamiento, aseguraron que siempre han considerado “legítimo reivindicar el acercamiento de los presos de ETA”. Pero aseguraron que “es injusto e inadmisible tratar acríticamente a quienes asesinaron, secuestraron, hirieron y extorsionaron. Y ni una palabra habéis tenido para sus víctimas y sus familias”, se refirieron acerca de las palabras de Azkarraga. De hecho, en el hilo posterior de mensajes interpelaron acerca de los pasos que darán los presos de ETA “una vez cumplidas las penas”. “¿Qué lectura harán los presos de ETA después de todos estos años de lo que hicieron, se sentirán orgullosos? ¿Serán conscientes del daño que causaron? ¿Qué se les moverá por dentro al pensarlo?”, se cuestionaron.
“Anhelamos encontrar en los presos de ETA un rastro de humanidad, una muestra de empatía, un mensaje de rectificación, un gesto de arrepentimiento”, prosiguieron, para a continuación incidir en la necesidad de que los colectivos cercanos a la izquierda abertzale emitan de una vez por todas, y especialmente después de que se haya cumplido una década del cese definitivo de la actividad armada por parte de ETA, un gesto que vaya “más allá de las palabras impersonales y medidas, llegue desde la cercanía emocional, desde la honestidad y la sinceridad”, tal y como detallaron. No en vano, desde la Fundación Buesa se reafirmaron en que “el verdadero camino hacia la convivencia” en Euskadi, un asunto a abordar de manera definitiva estos próximos años, debe pasar “por la justicia y la verdad para las víctimas y, sin lugar a dudas, también por la deslegitimación ética, social y política de la violencia terrorista por aquellos que la ejercieron y la apoyaron”.
“A casa”
A futuro. Una vez que ha finalizado el alejamiento de presos, las demandas de Sare y Etxerat pasarán por reclamar el “proceso de regreso a casa de presos, refugiados y deportados en consonancia con el recorrido que prevé la ley”. Así lo aseguraron en el comunicado de ayer, en el que insistieron en que van a centrarse en reclamar que a los reclusos de ETA se les aplique la legislación ordinaria y en que “se sorteen los obstáculos que se pone a los presos”, como es el caso de las progresiones de grado.