Osasuna no rompe con el maleficio

Hay equipos que se meten en el ojo como grano de arena y escuecen y molestan a cada curso, fieles a la cita, firmes en su papel. El Atlético de Madrid se llevó los puntos de El Sadar en otro encuentro que le consolida como rival indeseable para los rojillos, que cuentan sus enfrentamientos de los últimos tiempos por derrotas y decepciones. La estadística no pesa en un partido, pero sí teje una molesta tela de desconfianza alrededor de ciertas citas. En un encuentro equilibrado, con protagonismo parejo por parte de los dos porteros, un desajuste defensivo resultó fatal para Osasuna. Un servicio largo a un pasillo central desguarnecido hizo que la calidad de Saúl saliera a relucir para marcar el gol decisivo.

El equipo de Arrasate, abnegado en el despliegue, estaba viviendo sus momentos mejores antes del gol del conjunto rojiblanco. Había sido hasta entonces un partido con más dominio del Atlético al que los cambios de Osasuna habían dado la vuelta. Ahí anduvo Oblak al frente de los suyos para sostener el partido en igualada, del mismo modo que Aitor Fernández, ya con el 0-1 en el marcador, mantuvo la esperanza de los suyos en un arreón final todo pundonor y poca pólvora. Osasuna, que presentó un equipo joven, con siete cambios respecto a la alineación de la Copa, notó frente al Atlético que la pugna por la zona alta de la clasificación requiere de ritmo y acierto perpetuo, algo que faltó en algunos lances, y que resultó fatal.

La primera mitad respondió a una confrontación muy equilibrada y casi sin ocasiones, con dos equipos muy parejos a quienes no les brillaron las ideas en los últimos metros. Tras un inicio de aparente dominio del Atlético, con mayor mando sobre el balón, Osasuna supo escurrirse por la banda izquierda gracias a un par de apariciones de Abde, molesto e insolente, que creó algunas preocupaciones a la zaga rival. Firme en defensa, los rojillos no hicieron nada relevante en ataque, quizás aplazando la tarea para los momentos obligatoriamente cruciales o, tan solo, resguardándose del peligro ante un rival con su maleficio de resultados casi siempre negativos en los últimos tiempos.

No hubo cambios en la dinámica tras el paso por los vestuarios porque el Atlético reingresó en el partido al galope, dominando y llegando, salvando Aitor Fernández la tarjeta de presentación colchonera en el segundo tiempo con un disparo cruzado de Griezmann, solventado en dos tiempos. Arrasate le quitó el mando a su rival a la hora de encuentro, cuando la entrada en liza de Moncayola, fundamentalmente, Darko y Budimir ofrecieron bríos al equipo. Ahí tuvo Osasuna su ilusionante tramo para la victoria con dos ocasiones claras de Moi Gómez y Diego Moreno desbaratadas por Oblak, brillante en el remate a bocajarro del primero y también en el que le llegó desde larga distancia remitido por el segundo al que envenenó el roce de un defensa.

A la media hora de la reanudación, el gol de Saúl fue una estocada. A Osasuna le pillaron por la zona más blanda cuando está sin personal al tanto, y entre De Paul, autor de un centro primoroso, y Saúl, ejecutor de la diana cruzando el campo y resolviendo con clase, liquidaron el partido.

El tramo final posibilitó que el Atlético se acercara a varios goles más, remediados por Aitor Fernández y un providencial Moncayola en un pase de la muerte, mientras que Osasuna sacó su dignidad inconmensurable para apretar e intentarlo hasta el final. El honor que no se mancha de quienes no quieren caer ante el rival que siempre ejecuta su maleficio.