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El canciller de Alemania, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha asegurado que Europa ayudará en la reconstrucción de Siria tras la caída del régimen de Bashar al Assad, y ha celebrado que "después de todo el sufrimiento, todos los sirios merecen una vida libre y segura".
"Huriyah! ¡Libertad! Este grito resonó en Siria y en muchas ciudades alemanas. Después de todo el sufrimiento, todos los sirios merecen una vida libre y segura. Estamos trabajando con nuestros socios para hacer realidad su esperanza: ¡por fin la libertad para su patria!", ha sostenido el dirigente alemán en una publicación a última hora del viernes en la red social X.
En este sentido, Scholz ha sostenido que "al fin" ha llegado "la esperanza de la libertad tras 54 años de dictadura inhumana".
"¿Libertad? ¿Libertad de verdad? Esa debe haber sido la pregunta que se hicieron las decenas de miles de presos políticos que han sido liberados de las mazmorras de tortura de Assad en los últimos días", ha aseverado.
El mandatario alemán se refería así a unas imágenes difundidas durante los últimos días en medios que, según él, "se meten bajo la piel", que reflejan las condiciones que han sufrido los presos políticos en cárceles como la de Sednaya, conocida por ser uno de los centros de detención más brutales del mundo.
Asimismo, Scholz también ha insistido en el futuro del país: "También es importante que Siria conserve su soberanía e integridad territorial como Estado".
"Ningún país es el patio trasero de otro país más fuerte. Después de todo el sufrimiento, todos los sirios merecen vivir en libertad y seguridad. Garantizar esto es la tarea más importante de los nuevos gobernantes. Trabajaremos con ellos sobre esta base. Europa también ayudará a la reconstrucción", ha reiterado.
El canciller también ha enviado un mensaje a los sirios que se encuentran en Alemania, a quienes ha transmitido que "son y seguirán siendo bienvenidos" al país. "Eso es completamente evidente", ha apostillado.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib permitió a yihadistas y rebeldes tomar la capital y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 --primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.