Gipuzkoa

“Se busca padrino para torno en Elgoibar”

El Museo Máquina-Herramienta de Elgoibar ha iniciado una campaña de apadrinamiento dirigida a preservar tornos, fresadoras, taladros, sierras y otras piezas centenarias que guarda.
Iker García, lubricando con la aceitera el torno paralelo Orbea de 1930 que está en la lista de máquinas que se pueden apadrinar
Iker García, lubricando con la aceitera el torno paralelo Orbea de 1930 que está en la lista de máquinas que se pueden apadrinar / Aitor Zabala

Desde que vieron la luz las campañas de apadrinamiento, uno de sus objetivos ha sido dar apoyo a niños en situaciones de pobreza en distintos países del mundo.

Se trata de una idea encomiable pero lo cierto es que, a medida que ha pasado el tiempo, el abanico de las campañas de padrinazgo se ha extendido a otros campos.

Una variada oferta de campañas

Hoy en día se puede participar en campañas de apadrinamiento de espacios naturales, monumentos e, incluso, de plantas y animales, como el olivo, en el primer caso, o el elefante africano, la tortuga marina, las abejas, los pingüinos de la Antártida o el burro, por citar unos ejemplos, en el segundo.

Máquinas centenarias

El Museo de Máquina Herramienta se ha sumado a estas iniciativas con una campaña de apadrinamiento de maquinaria.

Entre las máquinas a apadrinar hay piezas que datan del siglo XIX y comienzos del XX, que constituyen un legado industrial de enorme valor por lo que representan para el pasado y el presente de una localidad que ha crecido a la sombra de la máquina-herramienta.

Particulares y empresas

La participación en esta campaña tiene como eje una donación de 20 euros por persona o de 80 euros si la que apadrina es una empresa.

Esta donación da derecho a disfrutar de una entrada gratuita al museo (dos en el caso de las empresas), una fotografía de recuerdo, la presencia en la página web y en las redes sociales del museo y un descuento del 10% en los productos de su tienda.

“Tenemos desde camisetas y bolsas con la imagen de las mascotas del museo, Oli y Maki, a postales, libros como El grabado de Lamot y Máquinas y hombres, pasando por un lote especial de Lizagasar formado por una botella de sidra, otra de zumo y mermelada”.

Torneros por un día

A todo ello se suma la posibilidad de colaborar de manera directa en el mantenimiento de las máquinas, una labor crucial para conservarlas en perfecto estado de uso.

“Los que se sumen a la campaña tendrán la oportunidad de sentirse torneros o fresadores por un día. Aceitera en mano, engrasarán la máquina que seleccionen de entre todas las que hemos incluido en un formulario que hemos publicado en la web del museo”, explicaba Iker García, uno de los trabajadores del museo elgoibartarra.

Máquina diversas

En el listado de máquinas a elegir hay un torno revólver Brown&Sharpe (1899), un cepillo puente del siglo XIX, un taladro de columna José León Ciarán, una sierra alternativa (1925), una fresadora Jarbe (1942) y un torno paralelo Orbea (1925) “aunque se puede optar por apadrinar cualquiera de las otras que tenemos. Puede elegirla por que le gusta más o porque tiene un pasado vinculado a ella, ya sea porque trabajó con una máquina de ese tipo o porque está relacionada con la empresa en la trabajaba”.

La máquina de coser Sigma 'Bebé', mucho más que un juguete, con el que se aprendía a coser, junto a la máquina que le sirvió de referencia

La máquina de coser Sigma 'Bebé', mucho más que un juguete, con el que se aprendía a coser, junto a la máquina que le sirvió de referencia Aitor Zabala

Máquinas de coser

También se pueden apadrinar dos de las 60 máquinas de coser que el museo cuenta en su colección.

”Una de ellas es la máquina de coser Sigma Bebé, un modelo mucho más pequeño de lo habitual diseñado para que las niñas aprendieran a coser, que empezó a ser fabricada en 1958”, señaló Iker García.

La otra es la Sigma Book, una apuesta por la innovación y el diseño que vio la luz en 1993 con el objetivo de relanzar la empresa. Por desgracia, ese esfuerzo resulto baldío.

Errores de diseño y los cambios sociales que apostaban por comprar ropa a precios que hacía que no compensará recomponer la usada, fueron una barrera insalvable y la fábrica de máquinas de coser Sigma cerró en 1995, dos años después de que saliera al mercado la Sigma Book.

Preservar el pasado industrial

El Museo Máquina-Herramienta vio la luz el 16 de diciembre de 1998 fiel a la idea de convertirse en un espacio dirigido a preservar piezas representativas de un pasado industrial que se estaba viendo relegado al olvido como consecuencia de un modelo de desarrollo tecnológico basado en la electrónica y la informática.

Esa apuesta por conservar las máquinas que sirvieron de base al desarrollo industrial y económico de la comarca se sustenta por una fundación sin ánimo de lucro que cuenta con la colaboración de 80 empresas.

Sentimiento de comunidad

Con iniciativas de apadrinamiento como la que acaba de poner en marcha el museo busca fondos para preservar las máquinas y mantenerlas en funcionamiento. Sin embargo, no es el único objetivo.

“El museo quiere que los vecinos de una comarca tan vinculada a la máquina-herramienta, en la que todos han estado o están relacionados de una manera u otra con este sector, sientan el museo como algo propio, haciéndose partícipes del mantenimiento de las piezas que guarda sumándose a la campaña de apadrinamiento”, termino comentando Iker García.

2025-03-09T12:00:21+01:00
En directo
Onda Vasca En Directo