Ekaitz, un joven de 16 años llama contando que se siente mal, solo. Desde que su pareja y él lo dejaron, los amigos de la cuadrilla ya no quieren andar con él. Incluso la expareja, con la que mantenía buena relación, también le ha dejado de lado y ahora se encuentra solo. Está “angustiado y solo tiene ganas de llorar”. No entiende por qué le ha pasado eso, pero no le encuentra explicación. Ha perdido además mucha confianza en sí mismo y ahora no es capaz de ir a dónde nadie ya que le da vergüenza hablar con todo el mundo.
Es solo uno de los ejemplos de las llamadas que cada día reciben desde el servicio al menor Zeuk Esan del Gobierno vasco. Y no es un caso aislado. El pasado año el teléfono gratuito y anónimo 116111 recibió más de un centenar de llamadas de adolescentes que confiesan sentirse solos. Un sentimiento creciente en los últimos años a los que los expertos no logran encontrar el origen. Son las cifras del servicio de atención a la infancia y a la adolescencia del Gobierno vasco, que el pasado año recibió un total de 1.248 consultas. 697 de ellas fueron realizadas por menores, y otras 496 de adultos por problemas relacionados con menores a su cargo, así como 55 llamadas por parte de profesionales.
Así las cosas, según se desprende del informe del servicio Zeuk Esan de 2023, un total de seis de cada diez llamadas se hicieron desde Bizkaia, un 26% desde Gipuzkoa, y un 7% de las personas que contactaron con el servicio de atención a menores de Euskadi tenían como origen el territorio alavés.
Aunque el teléfono está disponible para todos los niños y adolescentes, los contactos se incrementan con la edad. Y es que la mayoría de ellos tenían entre 16 y 17 años, de hecho, más de 500 llamadas fueron realizadas por adolescentes rozando la mayoría de edad. Y en su gran mayoría las consultas se debieron a que sufrían un malestar psicológico.
Ansiedad, depresión, problemas mentales graves, comportamientos autolíticos... y soledad. De hecho, alrededor de una de cada tres llamadas corresponden a jóvenes que llaman pidiendo ayuda porque se sienten solos. Así lo asegura Kepa Torrealdea, psicólogo y coordinador del servicio de atención, que advierte que el sentimiento de soledad se está incrementando. Sin embargo, no saben identificar aún el motivo. Y es que “parecía que después del covid pudiera pasar, al haber estado tanto tiempo en casa”. A pesar de ello, han pasado años, y las cuestiones relacionadas con el malestar psicológico, como la ansiedad y la depresión volvieron a ser protagonistas de las llamadas al 116111, algo que ocurría antes del covid. Sin embargo, el pasado año fue una excepción, y “curiosamente ha aparecido la soledad como protagonista, no sabemos por qué. No sabemos si ha venido para quedarse”, sostiene el experto.
Casos de ‘bullyng’
Aunque es un servicio dirigido a la atención de la infancia y adolescencia, en muchas ocasiones son los progenitores los que se dirigen a este servicio, buscando ayuda para hacer frente a problemas relacionados con sus hijos e hijas. Como sostiene Torrealdea, la mayoría de estas llamadas de padres y madres están motivadas por situaciones de violencia, habitualmente bullying.
Y aunque no son tan habituales, también reciben consultas, o denuncias de posible maltrato familiar de adultos a menores, o situaciones relacionadas con “divorcios mal llevados”.
Y el motivo es, en su mayoría, falta de información sobre los protocolos de los centros en cuanto al acoso escolar. Así lo subraya el psicólogo Kepa Torrealdea, que sostiene que “los adultos no suelen estar informados”.
Es por eso que cuando los hijos e hijas sufren acoso “no saben cómo actuar, y muchas veces los profesores no les saben orientar”. Existe falta de información, sobre si tienen derecho a estar informados sobre las medidas que se están tomando… “muchas veces sienten indefensión por falta de información y de comunicación y coordinación con el centro escolar”, asegura.
En corto
697
Llamadas recibidas por el servicio Zeuk Esan en 2023 correspondían a menores. La mayoría relacionadas con el malestar personal “por la época en la que viven”. Y es que el porcentaje mayoritario de las personas que se dirigen al servicio de atención son adolescentes. Por ello, acuden en busca de ayuda por “cómo sienten su cuerpo, sus vivencias, las dudas sobre el futuro… y situaciones de acoso”. Sin embargo, también destaca el amplio porcentaje de llamadas realizadas por personas adultas, un 40%. Padres, madres, y familiares preocupados por una situación vivida por los menores. ‘Bullying’, maltrato, o problemas en el seno de la familia.