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Vida y estilo

Se duerme en el avión con los pies descalzos en el asiento delantero y la venganza es antológica

La pasajera afectada decide pintarle las uñas de rojo y al despertarse no se lo puede creer
La joven, viendo cómo el pasajero de atrás ha puesto sus pies descalzos sobre su asiento.
La joven, viendo cómo el pasajero de atrás ha puesto sus pies descalzos sobre su asiento. / Facebook

Los viajes en avión, sobre todo si duran bastantes horas, dan para mucho y generalmente se busca un entretenimiento, que puede ser leer, escuchar música o ver una película, pero también hay quien aprovecha para dormir un rato o unas horas para que el trayecto se pase más rápido o directamente porque lo necesita.

Bien es cierto que los asientos de los aviones no son siempre los más cómodos para conciliar el sueño y cuesta encontrar una postura cómoda para echar una cabezada. Algo que se supone que mejora cuando el pasajero viaja en primera clase, aunque parece que no lo suficiente, por lo que se ha visto en un vídeo que se está haciendo viral en las redes sociales.

Pies descalzos y fuera de sitio

En la grabación se ve a un joven dormido recostado en su asiento y abrazado a su mochila, pero que para estar más cómodo ha decidido colocar sus pies entre el reposacabezas del asiento delantero y la zona de las ventanillas. Además, lleva los pies descalzos, sin ni siquiera calcetines, provocando una situación no demasiado agradable para la joven que lleva delante.

Pero esta chica decide tomarse su propia venganza. Tras asegurarse de que duerme profundamente y consultarlo con su compañera de asiento, saca un pintauñas y procede, entre risas, a pintarle de un intenso rojo la uña del dedo gordo de su pie izquierdo, mientras los pasajeros cercanos graban la escena con su teléfono móvil.

No entiende nada al despertar

Aunque en algún momento el joven nota algo y mueve los pies, no se despierta, y la chica prosigue pintándole más uñas, también del otro pie, hasta que decide que ya es suficiente. Segundos después presiona un botón para llamar a la azafata, que llega, ve cómo tiene colocados los pies ese pasajero y decide despertarlo para que los ponga donde deben estar. Le cuesta bastantes intentos conseguir que despierte, hasta que entre pequeños golpecitos en el brazo y llamadas de atención con la voz lo hace y se recoloca en el asiento.

Eso sí, le da tiempo a darse cuenta de que tiene unas cuantas uñas pintadas de rojo y se queda impactado, mirando a su compañera de asiento, que le dice que ella no ha tenido nada que ver. Después mira a las dos jóvenes que tiene delante y se da cuenta de que todos los pasajeros de alrededor se están riendo de la situación.

“La gente en primera clase cree que puede hacer lo que quiera. Este tío aprende una buena lección”, ha titulado el vídeo la persona que lo ha subido a Facebook, donde lleva cientos de miles de reproducciones.

2024-06-22T15:00:03+02:00
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