La película 918 Gau (918 noches), ópera prima de Arantza Santesteban, tendrá su estreno en cines en Pamplona el viernes 10 de marzo. A partir de ese día, la cinta se podrá ver en Golem Yamaguchi. Un día antes, el jueves 9 a las 19.30 horas, Golem Baiona acogerá su preestreno en una sesión que contará con presentación y coloquio a cargo de Santesteban y de la cineasta Mercedes Álvarez, a las que acompañarán en la sesión las productoras de la película, Marina Lameiro (Hiruki Filmak) y Marian Fernández (Txintxua Films). El sábado 11 se ha programado otra sesión a las 20.00 horas con presentación y coloquio de Santesteban junto al actor Oier Zuñiga.
918 Gau llega a Pamplona tras participar en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y ser reconocida con el premio especial del público y una mención especial del Jurado en Punto de Vista 2022.
Se trata de la primera producción de Hiruki Filmak, responsable también de Los caballos mueren al amanecer, de Ione Atenea, que llegará a las pantallas de Pamplona el jueves 16 de marzo.
La presencia de Mercedes Álvarez en el preestreno es especial porque la autora de El cielo gira (2004) y Mercado de futuros (2011) ha sido referente para una generación de cineastas que comparten una forma de entender el cine, y a otras directoras navarras vinculadas a las dos productoras de esta cinta –Hiruki Filmak, Txintxua Films– como Marina Lameiro, Ione Atenea, Maddi Barber, Irati Gorostidi o Mirari Echavarri.
Memoria fragmentada
El 4 de octubre de 2007, Arantza, directora de la película, es detenida y llevada a prisión. De aquellos días conserva algunos recuerdos: las interminables vueltas por el patio, los campeonatos de natación, el periplo carcelario de Rasha… Tras pasar 918 noches encerrada, Arantza queda en libertad. A partir de ese momento, registra en una grabadora sus recuerdos y sus dudas, que se van desplegando a lo largo de la película a modo de una memoria fragmentada.
En palabras de Santesteban, “esta narración fragmentada evoca la pérdida del sentido de la colectividad y el intento de una nueva vida. Los personajes, siempre aparecen de perfil, y no es casualidad. La suya no es una mirada de frente, es más bien un mirar quebrado, un mirar ladeado, lo que genera una narración ambulante de múltiples pliegues. Para mí era importante cuestionar los relatos romantizados que sobrevuelan las historias sobre activismos políticos. La historia que he querido contar más allá de alentar un relato heroico, intenta huir de las lógicas de representación del sujeto politizado”.