Muchos la conocen por sus monólogos, sus discursos o sus programas. Pero ahora también podemos explorar la faceta literaria de Henar Álvarez a través de su novela Ansia, un thriller que nos brinda una lúcida reflexión sobre lo que implica ser hoy una mujer “libre, errática e imperfecta, sin necesidad de ser castigada por sus excesos ni pagar caro el precio de su libertad”.
Podcaster, cómica, presentadora... Ahora escritora. ¿Cómo ha sido para usted la aventura de embarcarse ahora en esta novela?
-La verdad es que yo siempre he escrito. Empecé de guionista pero siempre he escrito... Es el segundo libro, aunque es verdad que no era una novela al uso, porque era una novela gráfica, pero siempre he sabido que quería escribir y contar historias, y eso lo he llevado siempre. De hecho, creo que se nota incluso en los guiones de los pódcasts, que hay mucha escritura, mucho trabajo de escritura detrás. Y tenía muchísimas ganas, la verdad. No lo he hecho antes, porque tenía un poco de miedo a fracasar, porque como acumulo un público considerable, me daba miedo defraudarles o algo así. Sé que lo van a apoyar, y no quiero hacer una mierda. Quiero hacer algo que sea bueno. Y la verdad es que estoy supercontenta, porque tengo la sensación de que he escrito una buena novela.
¿Por usted también pasan ese miedo a la hoja en blanco, el síndrome del impostor...?
-No. Yo creo que es algo mucho más natural. Yo valer sé que valgo. Toda esta mierda del síndrome del impostor y tal no la he tenido, porque veo toda la gente mediocre por ahí haciendo cosas sin ningún tipo de vergüenza (risas). Y entonces la verdad es que no. Esto es una cuestión de que todo el mundo quiere hacer su trabajo bien, le gusta hacer las cosas bien, y además en mi caso, que hago cultura, me juzga el público. Simplemente es como tener la seguridad de que tengo una historia interesante que contar, sé cómo hacerlo, cómo lo quiero hacer, sé que va a salir bien... Pues es el momento. Es más una cosa relacionada con lo profesional, que con el creer que no valgo.
¿Siente que esos síndromes -la hoja en blanco, el impostor...- nos acechan más a las mujeres?
-Sí, claro. Pero además eso está estudiado. Supongo que es normal, sobre todo cuando empiezas a entrar en profesiones que están muy masculinizadas, en las que te tratan como una intrusa. Es normal que en algún momento tu mente intente boicotearte, pero ya te digo que, viendo lo que hay alrededor, es muy fácil salir.
En esta historia que nos presenta ahora encontramos una novela dentro de otra, una obra que en ocasiones se acerca al thriller... ¿Cree que la vida es a veces también un poco thriller?
-Hombre, es muy thriller. La vida da mazo de miedo, pero también te diré que yo soy superfán del terror. Me encanta pasar miedo. De hecho, me da una adrenalina... El terror lo vivo como si fuera una especie de religión, porque me da tanto miedo morirme, que siento que cuando veo pelis de terror me convenzo de que hay algo después. Lo veo con ese ritual. Y cuando escribí el libro, que efectivamente tiene bastante de thriller, sí que le quería meter un poco esta atmósfera oscura del miedo que da a veces la vida de una mujer, que es una absoluta historia de terror. Lo que pasa es que te acostumbras, hay cosas que son invisibles, que no te das cuenta siquiera de que son violencia... Y cómo el día que se te abren los ojos a esto se te cae el mundo encima, y es lo que le pasa a la protagonista.
Dos adjetivos que pueden calificar a Natalia, esa protagonista, son libre e imperfecta. ¿Por qué la sociedad no nos deja ser libres e imperfectas?
-Ya, además vamos pasando un poco como de una cárcel a otra, porque siento como que primero tenías que ser una buena mujer y por ejemplo me ha hecho gracia porque recientemente he leído una crítica que habían puesto en Amazon: “Vaya mierda el contenido”, y ponía: “Si alguien piensa que esa es la manera de acabar con el machismo...”. Y yo digo: “Joe, nos exigen unas cosas a las obras hechas por mujeres...”. Porque pienso primero que no es un ensayo, sino una obra de ficción. Todo lo que nosotras hacemos tiene que ser un manual de moral y tiene que ser que todo el mundo se encuentre a gusto... Es una obra cultural. Pero eso en general. Nadie le pide eso a las obras que hacen los hombres. Es difícil ser libre a la hora de crear en ese sentido.
No será lo mismo, de todas formas, el humor que ofrece en sus espectáculos, donde ve la reacción del público en directo, que en una novela o un pódcast, donde esa misma reacción se hace esperar más.
-Claro. Me dio mucho vértigo cuando saqué la novela, porque sientes que te tiras a una piscina que no sabes si tiene o no tiene agua. Porque además, cuando hicimos la gira con Buenismo, el texto con el que arranqué la gira es otro completamente diferente al que la acabé. Porque puedes ir testeando chistes, limando, mejorando... Aquí no. Aquí puedes enseñárselo a gente, te pueden dar su opinión, pero cuando lo mandas a imprimir es alea iacta est. Sí me dio mucho vértigo, pero también mucho gusto.
Ese humor crudo, descarnado, sincero... lo vemos en los pódcasts y en los programas en los que participa. Y una de las reflexiones que plantea en la novela es el odio en redes sociales. ¿Cómo podemos conseguir que no nos afecte?
-A mí me ha dejado de afectar porque me quité Twitter y muerto el perro se acabó la rabia. No recibo odio. Puede ser que haya gente hablando de mí en foros, o que cuelguen mis vídeos en Twitter y me pongan verde, pero como no lo veo... Es que me da exactamente igual. Pero en Instagram, que tengo un número de seguidores muy amplio y podría dar pie a tal, es que no pasa. Ves los comentarios de mis vídeos, y salvo alguno que puede ser algo residual que de repente aparezcan cuatro a intentar liarla, de verdad que no. Una cosa que tengo clara es que no puede ser -y hablo en general- que si a todo el mundo le gusta algo que tú haces, le prestemos más atención a la nota discordante. Yo al principio pensaba que era una batalla perdida irme de Twitter, porque pensaba que me estaban expulsando de un sitio, pero ahora tengo la contraria, porque se ha ido tanta gente que se han quedado tres locos gritando en un desierto.
¿Qué poso o reflexión le gustaría que quedara en el lector después de leer Ansia?
-Una cosa que me ha dicho mucha gente estos días es que alguna vez habían tenido pensamientos de rabia que no habían podido mostrar, y que de alguna manera a través del personaje de Natalia les había salido y eso me ha encantado. Me ha parecido muy bonito.
Ha hecho que la gente se suelte.
-No sé si que se suelte, pero sí que se sane de alguna cosa, y eso me parece precioso.
¿Hay algún deseo que le gustaría pedir?
-Que nos dejen tranquilas.
‘Ansia’
En su novela, conoceremos a Natalia, una mujer ansiosa, que vive dominada por sus pulsiones y parece condenada a portarse mal. “El día en que su amante la deja, se encuentra perdida y atrapada en una vida matrimonial que no la satisface. Lejos de conformarse, Nat comienza a dar rienda suelta a su lujuria y sus instintos más bajos. Su irreprimible deseo sexual y una obsesión creciente por sentirse joven y atractiva acabarán por controlar su vida, pero también le servirán de inspiración para Ansia, la novela que está escribiendo”, cuentan desde Planeta de Libros.
Televisión
Conocida por sus monólogos y su participación en programas como Las que faltaban, La explosión de las cómicas o Late Xou, también podemos escucharla, entre otros, en el pódcast Buenismo bien, o El Olimpo de las diosas.