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La alegría desborda el bar Rioja de Galdakao: "Se me han quemado hasta las patatas, ¡esto es increíble!"

Javier Blanco, propietario del bar, ha repartido 427 décimos del quinto premio de la Lotería de Navidad

"¡Esto es increíble! Se me han quemado hasta las patatas", apenas acercaba a decir un emocionado Javier Blanco, propietario del bar Rioja de Galdakao, que ha repartido entre sus clientes más de 400 décimos de un quinto premio de la Lotería de Navidad. Muchos de ellos celebran en estos momentos, regado con un champán que no deja de correr, lágrimas de emoción y sentidos abrazos, el pellizco de la suerte, dotado con 6.000 euros por décimo .

El local lleva 30 años, los que lleva abierto, abonado a este número. También Javier, cuando asumió el bar, siguió con la tradición. "Siempre jugamos al mismo número, en Navidad, entre semana, en Reyes...", admitía. "¿Cambiar ahora? Ni hablar. Han sido 6.000 euros al decimos, igual el año que viene nos toca el Gordo", bromeaba. "Es una alegría enorme porque ha sido un premio muy repartido porque se ha vendido sobre todo entre gente del barrio, clientes de toda la vida, aunque también se ha llevado a Guadalajara, Madrid, Zamora, Sevilla...", explicaba el emocionado hostelero.

En total, el bar ha venido 427 decimos de ese 43.696, un quinto premio que supone haber repartido desde su barra algo más de 2,5 millones de euros. Javier tenía puesta en la televisión la retransmisión del sorteo de Navidad cuando ha escuchado un número que se le hacía conocido. "Calla, calla, que no lo oigo bien", les ha dicho a unos clientes que le han empezado a llamar la atención. "La madre que me parió, ¡qué es esto!", le ha consumido la emoción cuando ha comprobado que era el número del bar. "Y ya me he vuelto loco, se me han quemado las patatas y se me ha quemado todo".

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A media mañana llegaba su hermano Jaime, que ha dejado su trabajo como soldador y, sin siquiera quitarse el mono de trabajo, se ha acercado al bar para fundirse en un emocionante abrazo con Javier. "Estaba trabajando y me ha avisado un amigo. He llamado al jefe y le he dicho ¡me marcho!", sonreía. La intuición le decía que este año sí tocaba. "Compré dos decimos hace un mes; uno lo cambié con un compañero de trabajo y luego compre otro. Me sonaba que este año tocaba, me he levantado está mañana con el pálpito". La alegría está más que justificada; los nueve hermanos que conforman la familia llevan algún décimo, "y también tíos, primos...".

2022-12-23T11:38:03+01:00
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