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Cultura

Amparo Larrañaga: “Seamos sinceros, mentimos muchas veces al día”

La actriz madrileña bregada en el teatro estrena ‘Laponia’ en el Palacio Euskalduna, una comedia que ahonda en la verdad y la mentira, que podrá verse hasta el día 3
Amparo Larrañaga durante un ensayo este jueves
Amparo Larrañaga durante un ensayo este jueves

Que una niña desvele a su primo que Papá Noel no existe provoca una hecatombe familiar entre dos matrimonios. En la obra que parte de esta premisa, Amparo Larrañaga interpreta a la madre que habría preferido que su hijo viviera la ilusión de la Navidad con la mayor candidez posible. Afirma que en Laponia se contraponen las dos maneras de educar en Finlandia y España, pero también se debate sobre las tradiciones y los valores familiares. “La función tiene un fondo inteligente. Es una comedia muy desarrollada”, defiende.

Es la primera obra de teatro en la que participa tras la pandemia después de ‘El reencuentro’.

Sí, cuando se acabó el confinamiento estuve grabando Los hombres de Paco. Era arriesgado montar obras nuevas por los aforos.

Pero su hábitat natural es indudablemente el teatro.

Sí, absolutamente. Tenemos una empresa familiar y eso ha marcado mucho; es donde he invertido todo mi potencial, no solo por motivos económicos, sino también emocionales. Montar una obra de teatro también es todo la satisfacción que implica hacerlo con mis hermanos, pelearlo, lucharlo…

Y siempre lo tuvo claro.

Con 18 años estaba haciendo televisión y lo dejé para protagonizar una obra. Me dijeron: nadie deja la tele. Pues yo sí. Porque pensaba que mi carrera estaría ahí y efectivamente, no me equivoqué.

Vuelve con una obra con una ambientación nada veraniega.

No, pero es una excusa para el conflicto que se plantea al principio. Luego se desarrollan un montón de planteamientos en los que se habla de muchísimas cosas. Al final lo de menos es el detonante.

“Con 18 años estaba haciendo televisión y lo dejé para protagonizar una obra. Me dijeron: nadie deja la tele. Yo sí. Y no me equivoqué”

La obra trata de las diferencias entre la educación en Finlandia y España. ¿Con el objetivo de sacar los colores a los segundos?

Es mucho más que eso. Laponia, que se inicia con la prepotencia del finlandés dando lecciones, acaba mostrando sus contradicciones, con sus verdades y mentiras. Se generan una serie de situaciones muy divertidas propias de la comedia clásica. Habla sobre el cinismo de cómo decimos la verdad hasta que nos interesa mentir. Son esas diferencias y discusiones con las que la gente se muere de la risa.

¿Dónde está el punto intermedio entre sobreproteger a los hijos y tratarlos como a adultos?

Si a tu hijo le hablas de Papá Noel le tienes que hablar de la muerte, del sexo... ¿por qué van a ser diferentes unas cosas y otras? Los hijos acaban volando, les proteges cuando sabes que son vulnerables. Pero al final te hacen una peineta, se van y hacen la vida que quieren. La educación no la hace uno solo, la haces con el colegio, el resto de familiares, amigos... Cuando un niño va al colegio en el que todo el mundo conoce la tradición de Papá Noel se puede generar un conflicto. A lo mejor no le estás sobreprotegiendo sino que le estás destruyendo la ilusión de descubrir la magia por sí mismo. Hablamos de estas cosas porque la función tiene un fondo inteligente. Es una comedia muy desarrollada.

Afirmaba recientemente que la mentira es absolutamente necesaria. ¿Es tan transigente cuando es usted a la que mienten?

Sí. Mentimos muchas veces cuando damos una opinión sobre una cosa, cuando pensamos algo y decimos lo contrario. La mentira forma parte de la vida de las personas. A los sincericidas, a lo mejor, nadie les ha pedido su opinión. No me creo a la gente que dice que nunca miente, incluso por propia política o diplomacia. Seamos sinceros, mentimos muchas veces al día.

¿Cómo se puede determinar si una mentira está justificada?

No se trata de justificar una mentira, sino de que la gente sostiene que no es bueno mentir y que no miente. Yo lo que digo es que eso es mentira: que la gente miente constantemente. ¿Hay mentiras que se pueden justificar? Evidentemente. Fundamentalmente para no hacer daño porque muchas veces no es necesario. Esa mentira no le va a cambiar la vida a una persona. Luego hay cosas con las que hay que ser absolutamente sincero. Yo no me paso el día mintiendo. Soy de las personas más sinceras, precisamente porque admito que miento.

“La cultura es más accesible, pero eso no afecta al directo. Te tienes que levantar del sofá, tienes que irte hasta ahí y que te compense”

Sostiene que la cultura está viviendo un periodo de oscurantismo. ¿Más que en otras ocasiones?

Sí, no hay más que ver la televisión. ¿Cuántos programas culturales hay? Había una época en la que era más popular, recibía otro tipo de ayudas. Ahora está un poco perdida porque a la gente le importa menos. Y no te digo el teatro. Ha habido épocas en las que alguien que tenía dinero para ir a jugar al golf en Marbella iba a cenar con sus amigos y después a ver una obra de teatro. Cambiaban el ocio por la cultura. Entiendo que ahora a la gente le cuesta llegar a fin de mes. Si te sobran 25 euros tienes que poner en una balanza tus prioridades. La cultura es más accesible, pero eso no afecta al directo. Te tienes que levantar del sofá, tienes que irte hasta ahí y que te compense.

¿Cómo observa la sobreproducción audiovisual generado por las plataformas?

Ha habido dos cosas que he abandonado. Una es la política, me genera tal ansiedad que la dejé de lado, y otra son las plataformas. Salen series y películas como churros. Hay cosas que están bien pero para encontrar una serie que tenga voz propia te vuelves loco. Hay 40.000 cosas super imitables, hay una sobreproducción.

¿Por qué el teatro ofrece más oportunidades a las mujeres de cierta edad?

Es un nivel de exigencia muchísimo menor. Lo ha sido siempre. Estaba bien visto que una actriz mayor hiciera personajes más jóvenes porque era la calidad lo que importaba. El público tampoco es tan joven, y no ha habido un relevo generacional en los espectadores. Al final es verdad que me las veo para hacer algo, no solo una serie. Curiosamente, con todo lo que hay no hay para todas. Y cuando estás trabajando parece que das más igual, ya no te cuidan tanto como a una chica joven. Existe una sensación de invisibilidad incluso estando. Pero lo he visto en mi familia, no me ha pillado de imprevisto. Mi madre acaba de hacer una película ahora pero no sé la cantidad de años que llevan sin llamarla, ni en cine ni en televisión.

Si una mujer empieza a preocuparse por el paso del tiempo en la treintena, para cuando tiene su edad ha pasado la mitad de su vida sufriendo por algo tan inevitable como el acto de envejecer. Es terrible, ¿no?

Además no es una cuestión de cómo estés, es una cuestión psicológica. Pasas de treintañera a cuarentona. En una mujer, aunque se mantenga bien, la obsesión por estar joven aparece cada vez antes. Seguramente si trabajara en casa no tendría tanta presión. Aún así no tengo la suficiente presión, porque no me la genero yo, me la generan de fuera, como para que me haga 400 quirófanos. De momento no va a pasar.

“Caer bien con un látigo en la mano no es fácil: hacer comedia estando enfadada. Incluso con esos personajes la gente me quiere”

¿Cuál es el papel con el que lleva soñando toda la vida?

No sé qué decir. He hecho algunos personajes absolutamente maravillosos, pero no tengo una Bernarda Alba en la cabeza. Lo que tengo es la ilusión y las ganas de hacer un monólogo en el teatro. Me gustaría vivir una experiencia en soledad absoluta entre el público y yo. Me encantaría retirarme con eso.

Los papeles en los que ha destacado son de mujeres con mucho carácter. ¿Le resulta un mayor reto interpretar otros perfiles?

Los he hecho también, pero siempre me llaman para personajes más fuertes. El de El nombre era una ama de casa con un marido más brillante y he hecho de mujer maltratada en Estudio 1. Caer bien con un látigo en la mano no es fácil: hacer comedia estando enfadada. Incluso con esos personajes la gente me quiere. Cuando me llaman es para interpretar a mujeres de muchísimo carácter, de alto contraste. Siempre nos encasillan un poco. 

Es hija, nieta, sobrina y hermana de actores. ¿Ha sido objeto de críticas constructivas o destructivas en su familia?

Nos apoyamos incondicionalmente, pero no nos regalamos los oídos. Si hay algo que decir, lo decimos, siempre con cariño. Si no te apoya tu gente, ¿quién te va a apoyar? Somos sinceros pero criticamos de una manera constructiva. Además trabajamos juntos constantemente, con lo cual, con más razón.

2022-08-27T06:58:03+02:00
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