El técnico de la selección española de fútbol, Luis de la Fuente, no fue consciente de la dimensión que había alcanzado el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso hasta que regresó a España desde Australia, donde estuvo presente en la final del último Mundial femenino.
"Hasta que no llego a España no fui consciente de la dimensión. Me entero en el avión, pero yo no era consciente de la dimensión que tenía esa situación", ha señalado De la Fuente en su declaración como testigo en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional y por el que Rubiales se enfrenta a 2 años y 6 meses de cárcel por los delitos de agresión sexual y coacciones. "Cuando llegué a la Federación, me dijeron que se estaba liando una gorda con el beso, pero hablamos de los temas que a mí me ocupaban", agregó el técnico.
Sobre la reunión que se celebró en el despacho de Rubiales para acordar el informe exculpatorio y en la que le situó la entonces responsable de prensa, Patricia Pérez, De la Fuente ha señalado que él estuvo en un despacho continuo y que solo fue al de Rubiales a comer. "Yo solo estaba en esa reunión, que duró unas cuatro o cinco horas, para hablar de fútbol y de la lista que estaba haciendo de la selección", apuntó.
Esta respuesta provocó la reacción de la fiscal, Marta Durántez, quien abrió la posibilidad de pedir la imputación de un delito de falso testimonio contra el seleccionador dadas las versiones contradictorias de De la Fuente y Pérez. En ese momento, el juez José Manuel Fernández-Prieto salió en defensa del entrenador asegurando que "es un testigo que lleva 10 minutos diciendo que no sabe nada. Nos hemos empeñado en decir que es un mentiroso, que no lo sé".
Este no ha sido el único de los rifirrafes vividos durante esta jornada, en la que han sido recurrentes las protestas de la fiscal Durántez y las intervenciones del magistrado, también con los testigos.
"Usted si considera alguna pregunta pertinente me lo dice y ya protestaré. Porque no creo que tengamos ganas de volver a celebrar el juicio otra vez", ha advertido la fiscal al magistrado.
Y en otro momento, el juez no la ha dejado preguntar sobre la "clara posición favorable" que mostró De la Fuente a la continuidad de Rubiales durante la Asamblea del 25 de agosto de 2023, en la que el expresidente dio su versión sobre el beso -contradictoria a la de Jenni Hermoso- y rechazó dimitir, aunque finalmente lo hizo días después.
"Muy influenciable y manipulable"
Por su parte, el que fuera director de Comunicación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Pablo García Cuervo ha asegurado este martes en el juicio a Luis Rubiales que la jugadora Jennifer Hermoso es "muy influenciable y manipulable" al tiempo que ha criticado que pidiese "su cabeza y la de otros compañeros" tras el beso que le propinó el expresidente del ente.
A preguntas de la Fiscalía, García Cuervo ha reconocido que fue el encargado de redactar unas declaraciones por boca de Hermoso "que ella tenía que aprobar para ser difundidas", sosteniendo que la jugadora accedió a hacerlo.
García Cuervo, que ha calificado a la futbolista como a una "persona muy influenciable y bastante manipulable", ha asegurado que ese comunicado lo elaboró "en función de unas declaraciones que Hermoso hizo a la Cadena COPE". "Es decir, yo transcribí lo que dijo", ha apuntado, añadiendo que la jugadora realizó las mismas a la emisora "voluntariamente y sin ningún tipo de coacciones".
El exdirectivo ha detallado que Rubiales fue el que le conminó a "sacar un comunicado con declaraciones de Hermoso". "Antes de enseñárselo a Jennifer, el presidente lo ve", ha aseverado, indicando que posteriormente le exhibió el mismo a la jugadora. Sin embargo, García Cuervo ha apuntado que se negó a mantener con Hermoso "cualquier tipo de situación al respecto del vídeo" que Rubiales quería grabar con la jugadora para suavizar la situación.
No obstante, García Cuervo ha descartado que Rubiales le diese "una orden". Lo que recibió, ha matizado, fue una "sugerencia" de que "podría ser bueno", según el entonces presidente, "sacar un comunicado donde Hermoso está destacando que todo es anecdótico y que esto no debiera" ir a más. "Y yo le digo al presidente que me parece una buena idea siempre y cuando Jennifer Hermoso esté de acuerdo con esto", ha apostillado.
A preguntas de la Fiscalía, el exdirector de Comunicación ha lamentado que las jugadoras de la Selección femenina pidiesen su "cabeza y la de otros compañeros sin explicar" las razones. "No había motivos. De hecho, a día de hoy, todavía estoy intentando que alguien me dé alguna explicación, cosa que no se ha producido", ha criticado.
En un momento de su declaración, García Cuervo ha acusado a la abogada de la acusación particular de no haberse preparado bien el juicio, lo que ha provocado el reproche del juez, José Manuel Fernández-Prieto. "Mi paciencia está llegando a un límite. Basta ya de estas contestaciones, ¿eh? Quiero saber las cosas con claridad, no con chulería", ha espetado el magistrado.
Sin la versión de Hermoso
En su declaración como testigo, el exdirector de integridad y ex vicesecretario general de la RFEF Miguel García Caba, encargado de elaborar el informe posterior al beso, ha dejado claro que, de haber contado con el testimonio de Hermoso, ese documento "hubiera sido rotundamente lo contrario a lo que dice".
García Caba, además, ha vinculado su despido de la Federación a la elaboración del informe. "Probablemente no debió de gustar en algún lugar. Es público y notorio. Probablemente lo que contenía el informe a lo mejor en ese momento no era lo políticamente adecuado o lo jurídicamente correcto. El informe era lo que se había podido extraer en ese momento", ha apuntado.
El exdirectivo de la RFEF ha sostenido que únicamente contó con un plazo de entre 36 y 48 horas para realizar el informe. En ese plazo, ha asegurado, ofreció a la jugadora la posibilidad de declarar, pero ella lo descartó.
"Respeto su derecho a no declarar y el informe era un informe de esclarecimiento de hechos que, como bien disponía en su último apartado, estaba sometido, en su caso, a ulteriores revisiones en función de si la señora Hermoso o cualquier otra de las personas que había participado, o si tenía la posibilidad y la orden de seguir esclareciendo hechos, pues obviamente las conclusiones cambiarían", ha añadido.
García Caba ha incidido en que ese informe lo realizó "en una tarde y media de agosto, en verano", y para ello contó con "unas personas que pude contactar por Internet, que eran expertos en esta materia". Ha descartado, a preguntas de la defensa de Rubiales, que recibiese alguna instrucción por parte del entonces presidente.
Ese documento, sin embargo, no tenía "eficacia jurídica" y tampoco ningún "tipo de consecuencias". Era, ha explicado, "simplemente un informe interno a efectos internos de la Federación para determinar" los siguientes pasos a seguir.