El Ayuntamiento de Pamplona sigue empeñado en arreglar la presa de Santa Engracia en el río Arga y evitar su demolición, como estableció la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) –la entidad competente en la materia, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica– por razones medioambiantales.
Después de que la CHE rechazara en julio de 2021 el proyecto presentado por el Ayuntamiento para reparar el azud y le diera un plazo para su derribo, Navarra Suma planteó a principios de este año un segundo proyecto con el mismo objetivo.
El expediente se encuentra en fase de tramitación en la CHE, según han confirmado fuentes oficiales de la entidad hidrográfica, mientras analiza la documentación enviada por el Consistorio y a expensas de recibir un segundo informe, que debe ser elaborado por la consejería de Medio Ambiente del Gobierno foral, que en su momento abogó por demoler el azud.
Nueva documentación
Recientemente, la CHE ha solicitado documentación adicional al Ayuntamiento sobre el proyecto de reparación y ha requerido realizar modificaciones en la escala de peces planteada.
También ha reclamado los planos o croquis del cauce afectado por la intervención y del azud a restaurar, donde aparezcan los detalles de las dos márgenes y debiendo quedar patente tanto el estado actual del azud como el previsto tras la actuación.
La CHE especifica que en dichos planos deberán quedar grafiados con claridad los elementos a demoler, a conservar y a reconstruir, así como las cotas de coronación y las dimensiones definitivas del cuerpo de la presa en cada perfil.
En el oficio remitido por el Ministerio al Ayuntamiento plantea un procedimiento con dos fases.
La primera será la de demolición, que incluya todo lo relacionado con la retirada de elementos.
La segunda fase consistirá en la restauración de la obra primigenia singular y deja la puerta abierta a ser mejorada en su diseño una vez realizada la demolición de los elementos añadidos a la construcción original.
El proyecto del Ayuntamiento, según recoge la documentación a la que ha tenido acceso este medio de comunicación, apela a motivos históricos y recreativos para intentar por segunda vez el arreglo y conservación de la presa, que resultó dañada en su parte central tras unas inundaciones en 2018.
Propone reconstruirla con los mismos materiales y el sistema constructivo empleado en sus orígenes, así como eliminar el pretil de hormigón que presenta, lo que supondría una reducción de la cota actual entre 20 y 25 centímetros menos.
El proyecto municipal incluye la reposición de la piedra y la estructura de madera, la limpieza del hormigón que recubre varias zonas del azud y la reconstrucción de sillares y vigas de la compuerta de desagüe.
Además, se instalará una escala de peces para “evitar el impacto que supone para la fauna piscícola del río la presencia de un obstáculo de unos 2 metros de altura (la diferencia la lámina de agua inferior y la coronación)”.
Según recoge el informe del Ayuntamiento, el sistema de escala elegido tiene la ventaja de funcionar de forma óptima frente a los cambios en el nivel de la lámina de agua, pero obliga a un desarrollo amplio de las obras, mayores costes y una limpieza periódica.
Trabajos previos
De forma previa a la intervención en el azud, habría que proceder a la revisión de las contenciones actuales y de las condiciones de estabilidad de la ribera de la margen izquierda, así como retirar del cauce el material desprendido de los muros de la antigua muralla y otros restos.
Para ejecutar las obras previstas en la restauración de la presa, el proyecto contempla habilitar un acceso al cauce a través de uno de los caminos del parque situado en la margen derecha del Arga.
El documento enviado por el Ayuntamiento a la CHE incorpora también informes de la Federación Navarra de Remo, de la Federación de Pesca y del Club Náutico de Remo, todos a favor de la restauración de la presa.
Un largo expediente
El expediente para reparar la presa de Santa Engracia se inició en noviembre de 2020, con un primer proyecto del Ayuntamiento que garantizaba continuar con la práctica de diversas actividades aguas arriba, sobre todo de remo.
La propuesta fue rechazada. En una resolución con fecha de 6 de julio de 2021, la Confederación decidió no autorizar el proyecto con el argumento de que la eliminación de la presa suponía “una importante mejora hidráulica, ecológica, paisajística y ambiental” y que “liberará al río del obstáculo de las corrientes, recuperando lo máximo posible su continuidad longitudinal, y permitiendo el paso de peces y el transporte de sedimentos”.
La Confederación dejó una puerta abierta a la posible permanencia de los restos originales del azud, aunque con condiciones muy concretas y “siempre que no sea obstáculo para el paso de peces ni al régimen de corrientes”.
Atendiendo al valor histórico de la presa y dado que se encuentra en tramo urbano, la CHE permitiría una “demolición sólo parcial” de la presa para mantener los restos históricos que se “consideren relevantes”.
En este supuesto, será necesario un informe previo del Gobierno foral (el que está pendiente) y la CHE valorará finalmente “la declaración de la presa como Bien de Interés Cultural por la administración competente que justificara su restauración parcial, siempre que fuera compatible con los objetivos ambientales del río”.