Conforme se aproxima el verano somos conscientes de que los días de playa y de piscina están cada vez más cerca y sentimos la urgencia de cuidarnos para subsanar los excesos del invierno, o lo que es lo mismo, sucumbimos a la sufrida operación bikini.
Seguir dietas restrictivas, realizar prácticas deportivas intensas durante un periodo corto de tiempo e incluso someterse precipitadamente a algún tipo de operación estética para ajustarse a los estándares de belleza que imponen medios de comunicación y redes sociales pueden tener consecuencias muy negativas. Dispuestos a todo por perder peso rápidamente, es fácil caer en comportamientos peligrosos que deriven en graves perjuicios físicos y mentales.
Si hay un sector de población que sufre especialmente este tipo de presión social y mediática es el comprendido entre los 15 y los 29 años, lo que se traduce en que uno de cada cinco chicos y chicas de esta edad (un 18,9%) se somete a dietas para adelgazar, según datos del Barómetro Juvenil del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. La consecuencia: el desarrollo de problemas de salud mental como ansiedad o Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
Según los expertos, lo ideal es llevar un estilo de vida saludable, practicando deporte con regularidad y durante todo el año, lo que permitirá ir viendo los resultados poco a poco. Desde el Centro Europeo de Másteres y Postgrados (CEMP), el especialista en alimentación y deporte Manuel Lago señala que "una dieta restrictiva durante un periodo corto de tiempo solo hará que la persona se canse enseguida de ella y desista", por lo que su efectividad será cero.
¿Apariencia o salud?
De esta forma, hay varias las razones por las que la Operación bikini puede que no sea una buena idea. Al estar enfocada principalmente en la apariencia, puede generar una presión innecesaria y poco realista acerca de cómo debería lucir una persona, lo cual puede afectar negativamente a su autoestima y generar sentimientos de insatisfacción hacia su propio cuerpo.
Además, este tipo de regímenes tan restrictivos suelen implicar restricciones calóricas severas, eliminando grupos de alimentos completos o siguiendo modas dietéticas sin ningún fundamento científico. Estas prácticas pueden ser perjudiciales para la salud y causar problemas como deficiencias nutricionales, desequilibrios hormonales o trastornos alimentarios.
Bienestar integral
La Operación bikini promueve una mentalidad a corto plazo, donde el objetivo principal es lograr un cuerpo perfecto en un período de tiempo limitado y hay que recordar que este no existe. Este enfoque rápido puede conducir a resultados temporales y poco sostenibles. Además, puede fomentar una mentalidad de todo o nada, donde las personas se privan de alimentos o se exigen demasiado en el ejercicio, lo cual no es saludable ni beneficioso a largo plazo.
Hay que señalar que la salud y el bienestar van mucho más allá de la apariencia física y centrarse solo en el aspecto externo va a descuidar otros más importantes como la salud mental, la fuerza, la resistencia y la calidad de vida en general. En lugar de enfocarse únicamente en la Operación bikini, es más beneficioso adoptar un enfoque integral de bienestar que incluya una alimentación equilibrada, actividad física regular y un especial cuidado de la salud mental.
Es importante recordar que cada cuerpo es único y que la diversidad de formas y tamaños es algo natural y positivo en si mismo. En lugar de buscar una Operación bikini, es más valioso fomentar una actitud positiva hacia uno mismo y el autocuidado en todas las estaciones del año.