Llegas a casa y entras en la cocina para dejar la compra. A continuación, pasas por el salón, recorres el pasillo y llegas a tu habitación, no sin echar previamente un vistazo al cuarto de los niños. Antes de cambiarte de ropa, entras al baño y te lavas las manos, ya que, ¡claro!, todo el día fuera de casa habrán acumulado cientos de bacterias. Y haces todo el recorrido, eso sí, con los zapatos puestos.
Pues bien, el hecho de pasearnos por toda la casa con los zapatos que hemos llevado durante todo el día por la calle, el parque, el súper o el lugar de trabajo, hace que sembremos el suelo de nuestro hogar de bacterias, hongos y virus.
Un estudio realizado por Charles Gerba, profesor de Microbiología de la Universidad de Arizona, concluyó que unas zapatillas con dos semanas de uso acumulan más de 421.000 bacterias en la suela y en el exterior y 2.887 en su interior. De ellas, un 27% eran E. coli, una bacteria que vive en el intestino de humanos y animales sanos, y que podemos llevárnoslas en las suelas con solo pasear por la ciudad o caminar por el campo.
De esta forma, es evidente que el calzado es una de las principales vías de entrada de suciedad y contaminación en el hogar, algo que es especialmente peligroso en viviendas habitadas por niños pequeños o por personas con problemas de salud.
La mayoría de las bacterias no causa problemas, pero algunas de ellas sí que pueden producir enfermedades. Por todo ello, hay varias razones por las que debemos descalzarnos al llegar a casa. Estas son:
1- Por una buena salud del pie. Los pies descalzos son el estado natural de la anatomía del pie y algunos estudios apuntan a que mejoran nuestro equilibrio y circulación, nos proporcionan una mejor oxigenación de la sangre, más flexibilidad y fuerza en los músculos y ligamentos del pie, y una mejor postura al caminar. Además, descalzarnos hará que nuestros pies respiren y descansen.
Tampoco hay que abusar, ya que pasar demasiado tiempo descalzos en suelos duros nos puede causar dolor en el talón, en el metatarso y lesiones en los tendones.
2- Evitar la propagación de bacterias, productos químicos y toxinas. Quitarnos los zapatos antes de entrar en casa evitará que propaguemos por todas las superficies hasta un 90% de los microbios de las suelas, entre ellos, bacterias, productos químicos, toxinas, tierra, arena o pelos. Este gesto será esencial si hay bebés en casa que gatean y se llevan todo a la boca.
3- No contraer ciertas enfermedades. Reducir la transmisión de bacterias como E. coli, Serratia Ficaria o Klebsiella pneumonia evitará que contraigamos ciertas enfermedades como diarrea, infecciones urinarias o del aparato respiratorio.
4- Evitar propagar restos de heces. La mayoría de los zapatos contienen restos de heces y un 40% de ellos porta la bacteria Clostridium difficile cuyas esporas son difíciles de eliminar, causa diarrea y es resistente a los antibióticos. Está presente, además, en zonas del hogar como el inodoro, las encimeras y otras superficies.
5- Las suelas, un nido de bacterias. Estos microorganismos se van acumulando en la suela de los zapatos y contribuyen al crecimiento de las que ya existen.
6- Evitar malos olores por hongos. Dejar el calzado ventilando en algún lugar exterior evitará la propagación de los malos olores causados por los hongos que se pueden formar en el interior por el uso.
Pese a todo ello, los expertos señalan que, aunque la carga bacteriana que llevamos en los zapatos es grande, resulta difícil que enfermemos. Para ello necesitaríamos el contacto con miles de microbios y no todos los gérmenes son patógenos. Mientras que algunas bacterias son dañinas, otras son beneficiosas, ya que fortalecen nuestra inmunidad.
Descalzarse para entrar en casa fue una práctica que llegó a muchos hogares para quedarse durante la pandemia del coronavirus. Si eres de los que ya lo hacen, perfecto, y si nunca te lo habías planteado ¡prueba!, disfrutarás de un hogar mucho más limpio y saludable.