Aunque el PP de la comunidad autónoma vasca cree que es una quimera esperar el apoyo del PNV en el Congreso de los Diputados, la dirección estatal insiste en buscar el respaldo de los jeltzales y de Junts a propuestas económicas concretas. Pero el matiz radica ahora en que su portavoz a nivel estatal, Borja Sémper, lo presenta como un mero intento de preservar el protagonismo del PP y evitar que quede “arrinconado” sin ninguna interlocución. Las aspiraciones se rebajan. De hecho, además de constatar otra vez una evidencia, que “hoy no dan los números” para una moción de censura, también admite que ve “muy lejos” la posibilidad de articular algún tipo de mayoría estable con estos grupos.
En una entrevista en el digital esdiario, Sémper asegura que los socios de Sánchez (incluso citó a ERC, a todos salvo a EH Bildu) quieren exprimir al PSOE con sus demandas, y que el PP no podría concederles nada que vaya más allá del ordenamiento constitucional. Este discurso recuerda al que protagonizó Alberto Núñez Feijóo en la investidura fallida, cuando vino a decir que no es presidente del Gobierno español porque no quiere, porque “no se vende”. Es una versión que, de todos modos, no cuadra con las informaciones sobre las ofertas a Junts en aquellos días. Lo que es un hecho es que no fue presidente porque el PNV ni se planteó dar sus votos a una mayoría que dependa de la ultraderecha de Vox, y mantiene ese criterio.
Exprimir a Sánchez
El citado medio de comunicación preguntó a Sémper por un hipotético “frente económico” en el Congreso de los Diputados tras la coincidencia de voto del PP, PNV y Junts para tumbar la prórroga del gravamen a las energéticas (el PNV lo tumbó por razones de autogobierno porque, al ser un gravamen, no se podría recaudar ni regular desde las haciendas forales). Le preguntaron por si podría desembocar en una moción de censura. El popular respondió que el “pacto fiscal” (lo llamó así) con PNV y Junts implica que “paguemos menos impuestos” y, por tanto, “es objetivamente bueno”. A partir de ahí, añadió que el PP “no va a ser un partido arrinconado”. “Que se olviden los que quieren al PP contra la pared”, zanjó.
Cuando le preguntaron si, más allá de la fiscalidad, esta imagen puede transmitir a la opinión pública que podría haber una mayoría contra Sánchez o una mayoría de PP, Junts y PNV que haga “ingobernable” al Estado, dijo que lo ve “muy lejos”. “Los socios de Gobierno de Sánchez, en tanto en cuanto puedan obtener algún tipo de rédito, van a seguir exprimiendo a Sánchez”, dijo. Añadió que los partidos saben que con el PP “no se rompen consensos constitucionales”. No dijo que sea por la dependencia del PP con respecto a Vox.