El debate sobre los permisos menstruales parece haber llegado a su fin. El Ministerio de Igualdad ha llegado a un acuerdo con el de Inclusión y Seguridad Social para incluir finalmente la baja por menstruaciones dolorosas en la ley del aborto, que serán asumidas por la Seguridad Social desde el primer día y durarán lo que necesite la mujer. De esta forma, el Gobierno español se convierte en el primero de la Unión Europea en reconocer este derecho y uno de los pocos en hacerlo en todo el mundo.
Hasta el momento las medidas que más se acercaban a la propuesta de Igualdad eran las adoptadas por pocos ayuntamientos, como el de Girona, que permiten la ausencia laboral durante ocho horas al mes que pueden compensarse más adelante.
También el de Sabadell, donde la Junta de Portavoces aprobó por unanimidad la propuesta de ERC de crear un permiso de hasta doce días anuales para el personal que trabaja en el consistorio y en las empresas municipales.
En Europa no existe. En Italia se presentó una propuesta de ley en ese sentido en 2016 pero nunca llegó a aprobarse, en Francia no hay nada oficial pero sí es un asunto que se debate y en Alemania las mujeres pueden acudir al médico de familia para que les dé una baja por dolores menstruales, pero es a criterio del médico.
Sí está reconocido en Japón desde 1947, Corea del Sur e Indonesia y en Zambia, desde hace años, la legislación laboral recoge el denominado "Día de la madre": toda empleada tiene derechos a un día libre al mes sin necesidad de presentar certificado médico o de justificarse ante su empleador.
No banalizar
En declaraciones a Efe, el responsable del grupo de trabajo de Salud de la Mujer de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia, Lorenzo Armenteros, afirma que la menstruación dolorosa invalidante es un motivo de baja estipulado y que lo que quiere hacer la norma es dar la posibilidad de que pueda extenderse de forma habitual a la mujer que la padece.
"Los médicos damos bajas pero es poco habitual, verdaderamente son aquellas en las que el dolor es absolutamente invalidante, que no pueden moverse de la cama. Tienen que llegar a un estadio muy grave para que una mujer coja la baja, esa es la verdad", afirma Armenteros.
La regla es dolorosa, recuerda el experto, porque tiene una fase inflamatoria muy importante y se produce el desprendimiento de un tejido en el interior de un órgano.
Armenteros señala que un de los problemas es que este debate se convierta en que "todas las mujeres cuando tenga la regla y se cojan una bajita y estén tranquilamente", algo que rechazada de plano.
"La mujer tiene suficiente responsabilidad para distinguir cuando su regla es dolorosa e invalidante, y el médico tiene el suficiente criterio para poder valorar si es necesario una baja cuando corresponda. No se trata de banalizar el asunto", argumenta.
Detrás del dolor puede haber otras patologías
Detrás de reglas dolorosas puede ser que no haya ninguna causa aparente, pero también puede ser la punta del iceberg de problemas de salud como la endometriosis, los miomas uterinos, anomalías uterinas u otras patologías hormonales, entre otras, tal y como explica desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) José Eduardo Arjona, en declaraciones a Efe.
"Desde el punto de vista médico, ninguna mujer exagera su dolor con la regla", señala el experto, que reconoce que "muchas veces" los profesionales hacen "poco caso" a la dismenorrea y también las mujeres tienen asimilado el dolor como algo normal y no puede ser así.
Arjona señala que hay tratamientos como los antiinflamatorios y fármacos hormonales, pero hay casos en los que no es suficiente: "En 30 años de profesión no he visto ninguna mujer que se queje por quejarse, es más, muchas veces yo tengo incluso que regañar a las pacientes y decirles que no tengan como normal el dolor de regla".
"Dices regla y la gente se asusta"
Noemí Capuz tiene ahora 20 años, pero hace cuatro, en 2018, impulsó a través de la plataforma Change.org una iniciativa -que aún sigue activa- para reconocer la menstruación como baja laboral. Lo hizo como un proyecto de fin de curso de Bachillerato, tal y como cuenta a Efe, de hecho entonces era menor de edad y la propuesta la publicó su madre.
Y se le ocurrió porque ella desde que le vino la regla padece en esos días periodos muy dolorosos y quiso visibilizar el problema ante los profesores, alguno de los cuales incluso la había acusado de absentismo escolar cuando en realidad la chica tenía un dolor tan fuerte que no podía moverse de casa.
No sacó un diez pero los profesores lo comentaron mucho, asegura la joven, quien opina que aún en la actualidad no se puede hablar de la menstruación: "Dices regla y la gente se asusta". Ahora estudia Humanidades en la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y trabaja en un centro sanitario.
Desde la Fundación Mujeres, su directora Marisa Soleto, señala a Efe que una persona enferma no puede ir a trabajar y que, como en otros muchos casos, en esta ocasión la sociedad al tachar la menstruación de natural no le da la importancia necesaria, por lo que, a falta de conocer el texto, ha valorado que una iniciativa pública reconozca que hay determinados dolores que son incapacitantes.
"Cuestión distinta -apunta- es cómo se va a gestionar, estamos expectantes por ver el texto que se apruebe", señala.