El Ministerio de Defensa de Serbia ha informado en la noche del lunes de que el presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha ordenado al Ejército del país estar en 'alerta máxima' tras la escalada de las tensiones en Kosovo.
El ministro de Defensa serbio, Milos Vucevic, ha indicado que el presidente, "como comandante en jefe, ha ordenado esta noche que las Fuerzas Armadas de Serbia estén al más alto nivel de preparación para el combate".
"Es decir, preparación al nivel del uso de las Fuerza Armadas", ha agregado Vucevic, señalando el "potencial armado" del Ejército, en declaraciones a la agencia de noticias Tanjug.
Horas antes, el mandatario del país había afirmado que su Gobierno tomaría "medidas para proteger" a los serbios después de que aumentase la preparación para el combate en Pristina.
"Estamos haciendo todo lo posible para preservar la paz y la estabilidad. Desafortunadamente, ni siquiera estaban interesados en escucharlos", ha asegurado Vucic, tras criticar que las autoridades de Kosovo impidieran este lunes la entrada del patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia.
Serbia pidió a mediados de diciembre a la OTAN desplegar 1.000 efectivos de seguridad serbios en Kosovo, una solicitud sin precedentes, amparándose en una resolución de Naciones Unidas; sin embargo, Vucic afirmó que esperaba una respuesta negativa de la Alianza del Atlántico Norte.
La misión de la OTAN en Kosovo, la KFOR, sobre la que recaen estas competencias de seguridad, ya ha aumentado su presencia en la zona, especialmente en el paso de Jarinje, fronterizo con Serbia.
El último episodio de este largo conflicto comenzó en noviembre, cuando el partido Srpska Lista (Lista Serbia) de Kosovo, afín a Belgrado, declaró su renuncia total y completa a las elecciones locales, donde estaba prevista la elección de los alcaldes de cuatro municipios de mayoría serbia.
Tras varias noches de incidentes violentos que han dejaron al menos un agente de Policía de Kosovo herido por supuestos disparos serbios, la situación terminó por agravarse con la detención de un agente de Policía serbokosovar, parte de los agentes dimitidos, que provocó el levantamiento de la población de la zona con barricadas que paralizaron el tránsito por el territorio.
La Policía kosovar decidió asumir temporalmente el control de los cruces fronterizos de Jarinje y Brnjak mientras la misión de la UE en Kosovo, la EULEX, denunció haber sido víctima de un ataque con una granada aturdidora contra una de sus patrullas, afortunadamente sin víctimas que lamentar.
La última gota que terminó de colmar el vaso fue la presentación de la solicitud de Kosovo para formar parte de la Unión Europea. A día de hoy cinco Estados miembros de la UE, entre ellos España, no reconocen la independencia de la antigua provincia serbia, por lo que no está claro como se cursará la solicitud de Pristina, un paso que normalmente lleva meses en el Consejo y que en este caso podría ser un trámite más complicado.