Serena Williams, que anunció recientemente que está lista para retirarse del tenis y que sugirió que lo haría después del Abierto de Estados Unidos, superó este lunes a la montenegrina Danka Kovinic en la primera ronda de este Grand Slam.
Ganadora de 23 'grandes', Williams, de 40 años, venció a Kovinic por un doble 6-3 en un duelo de una hora y 40 minutos que se jugó en medio de una enorme expectación en Nueva York ante la posibilidad de que fuera su último partido tras una carrera impresionante y descomunal.
Williams, que solo había disputado hasta hoy cuatro partidos en todo el año (una victoria y tres derrotas), se medirá en la segunda ronda del torneo a la estonia Anett Kontaveit, número 2 del ránking de la WTA.
Un día especial
El ambiente en Flushing Meadows era el de los días grandes, algo impropio para una primera jornada del torneo. Con las gradas a rebosar, el público se volcó de lleno con Williams desde el momento en que puso pie en el estadio Arthur Ashe, la pista central del Abierto de EE.UU.
"Gracias, Serena", "La más grande de todos los tiempos", "Reina de la pista" o "Bienvenidos al show Williams" fueron algunos de los mensajes que la tenista pudo leer en los carteles y pancartas que llevaron sus seguidores.
Entre esos fans había famosos como el expresidente de EE.UU. Bill Clinton (1993-2001), el cineasta Spike Lee o la exesquiadora Lindsey Vonn, pero también algunas personas muy especiales para Williams como su hija Olympia, que cumplirá cinco años esta semana.
Para semejante ocasión, Williams también escogió un uniforme especial: un conjunto negro diseñado por ella misma junto a Nike, que tenía una falda de seis capas (una por cada uno de sus seis títulos del Abierto de EE.UU.) y que estaba espectacularmente rematado con diamantes incrustados.
Nervios y emociones
Con tantas emociones dentro y fuera de la pista, Williams empezó su enfrentamiento contra Kovinic con algunos nervios, con problemas con las dobles faltas y teniendo que solventar sus primeras bolas de 'break' en contra. Tampoco la montenegrina parecía fina y en el arranque del primer set se intercambiaron roturas de servicio sin que ninguna tomara el mando.
Tras ir abajo 2-3, Williams se recuperó con solidez, ganó profundidad con su derecha y fiabilidad con su saque y se llevó cuatro juegos consecutivos para anotarse el primer set por 6-3. Los espectadores no escondían su pasión por Williams y explotaban de alegría con cada punto ganado por la estadounidense.
Cada vez más segura sobre la pista, Williams mantuvo esa tendencia en el segundo set e impidió cualquier reacción de su rival. Después de romper el servicio de Kovinic y ponerse con 3-2, Williams ya no miró atrás, selló el segundo set y el partido con un juego en blanco al resto y lució una enorme sonrisa ya con la victoria amarrada ante un público puesto en pie.
"Ha sido una decisión muy difícil (la retirada) porque cuando eres una apasionada de algo y amas algo tanto es siempre difícil marcharse (...). Pero creo que ahora es el momento", afirmó Williams después del partido en un homenaje especial del Abierto de EE.UU. en el que participó, por ejemplo, otra leyenda del tenis como Billie Jean King.
Ese tributo especial sobre la pista acabó con todo el público formando un mosaico con cartulinas azules y blancas y con un mensaje en el que se leía "We Love You, Serena" (te queremos, Serena).
Un último baile también en dobles
Al margen de su recorrido en el cuadro individual femenino, Serena también tendrá un 'último baile' en dobles, donde participará junto a su hermana Venus al haber recibido una carta de invitación del torneo, lo que marcará su regreso a las pistas como equipo por primera vez desde 2018.
La última vez en la que Serena y Venus compitieron juntas fue en Roland Garros de 2018 y en ese caso perdieron ante la española María José Martínez Sánchez y la eslovena Andreja Klepac.
Serena y Venus conquistaron juntas catorce 'grandes' en dobles, incluidos los Abiertos de EE.UU. de 1999 y de 2009.