Una terrorífica experiencia nocturna a las puertas de un cementerio, el joven del barrio de Urigoiti que se enamoró de una lamia y que se murió de tristeza al comprobar la naturaleza de su amada o la valentía de los hermanos del caserío Olabarriandikoa que ascendieron hasta el castillo de Untzueta armados de palancas de hierro para rescatar a su inocente hermana secuestrada por los gentiles que allí habitaban. O el vecino de Bengoetxe que, en forma de ánima, apareció gritando sobre un castaño, rodeado de fuego y llamas y pidiendo ayuda, o las andanzas del cura de Axpuru yendo con su criada a ver una corrida de toros a los otxomaios de Orduña o dejando de oficiar una misa para perseguir con sus perros a una liebre que, según cuentan, era en realidad el diablo.
Son algunas de las leyendas, mezcla de misticismo y realidad, relacionadas con el municipio de Orozko que siguen estando muy presentes entre la población gracias, por un lado, a la transmisión oral, pero también a trabajos de investigación y recopilación llevados a cabo por figuras como Jose Miguel de Barandiaran, Juan Manuel Etxebarria o la antropóloga Anuntxi Arana Murillo, nacida en 1947 en Luiaondo, pero residente desde hace décadas en Anglet (Lapurdi). En este último caso, es autora de una tesis doctoral en euskera, cotutelada por la Universidad de Burdeos III y la Universidad del País Vasco, con una investigación sobre mitología vasca titulada Orozko haraneko kondaira mitikoak (Leyendas Míticas del Valle de Orozko) y publicada por UPV/EHU en 1998.
Más de dos décadas después, ese exhaustivo estudio, dividido en dos tomos, sirvió como base para uno de los proyectos presentados por el orozkoarra Floren Usia Barbara mientras cursaba el Grado Superior de Diseño en Ilustración. "Siempre he tenido mucho interés por la cultura y las leyendas de esta zona y, por eso, decidí hacer un trabajo sobre el tema mitológico. Además, tenía ya unos antecedentes como ilustrador porque, hace muchos años, la asociación Berbaz Kultur Elkartea publicaba una revista, Zer Diño, que hablaba de deporte, juventud o cultura y que se repartía en el pueblo. También sacaba leyendas sobre Orozko, entre ellas algunas de Anuntxi Arana y su tesis me interesó especialmente. Un día se acercó a Orozko y nos conocimos y, después de mucho tiempo, logré conseguir su teléfono, hablé con ella para explicar mi idea para el proyecto del Grado Superior y se mostró encantada", explica.
Con el visto bueno de la acreditada antropóloga, Floren Usia exprimió todo su arte y creatividad para representar gráficamente el contenido de 6 de esos relatos: Kanposantuan gauez, Jentil bahitzaileak, Lamiñaren amorantea, Kakorrekan su eta gar, Axpuruko abadea eta kridea y Axpuruko abade kondenatua. "Es solo una pequeña selección. Podían haber sido más, pero el tiempo que tenía para hacer el trabajo era limitado y pensé que con seis podía hacer ya algo interesante y de calidad", subraya.
Poniendo en práctica toda su experiencia anterior y las técnicas digitales aprendidas cursando el Grado Superior, el ilustrador fue creando dibujos, a tinta negra sobre papel, acordes a las historias narradas en los cuentos. Lo hizo combinando escenarios reales e identificables para cualquiera que conozca la historia y el patrimonio de Orozko –como el Castillo de Untzueta, la iglesia de San Juan o la Casa Torre de Torrelanda– con su particular representación de los seres y personajes mitológicos que se mencionan en los relatos, sus vestimentas, expresiones y gestos. "Han sido producto de mi imaginación, aunque nada es nuevo. Siempre estamos influenciados por algo. Por nuestros ojos y por nuestro cerebro pasan millones de imágenes e ideas que se quedan ahí retenidas y, de alguna manera, salen cuando coges un lapicero y te pones a dibujar", indica el ilustrador.
Publicado en forma de librillo
Inicialmente, no estaba previsto, pero el atractivo y cuidado trabajo de Floren Usia ha visto la luz en forma de librillo gracias al interés mostrado por la asociación local Supelaur Kultur Elkartea a la que pertenece –y que organiza eventos culturales como Olentzero o la ruta de la castaña– y a la colaboración del Ayuntamiento de Orozko. La sencilla publicación en euskera, de 20 páginas de alto gramaje y tono crema, lleva por título Orozko haraneko kondaria mitiko ilustratuak y fue repartida en mano a las puertas del Museo Etnofráfico de la localidad el pasado 24 de diciembre, durante la recepción al entrañable carbonero. "Nos pareció una fecha adecuada para regalar el libro. Se han editado 700 ejemplares y los sobrantes se dejaron en el museo para que cualquier persona que quiera uno, pueda recogerlo allí". Para Floren Usia supone, sobre todo, un homenaje a Anuntxi Arana Murillo hasta el punto de que un retrato de la antropóloga abre la publicación junto a un pequeño texto dando las gracias por "los testimonios recogidos de los habitantes del valle de Orozko y que reflejan su rico acervo cultural".
Pasadas ya unas semanas desde que el librillo está en manos de gran parte de sus convecinos, las sensaciones son muy buenas. "La gente ha recibido esta iniciativa con mucho agrado porque, de alguna manera, lo siente como un patrimonio de su pueblo. La acogida ha sido excelente y están gustando las historias que contiene ya que están sirviendo para intercambiar opiniones y recordar las diferentes versiones que se han oído de ellas", declara con satisfacción. Y es que el objetivo no ha sido otro que "recuperar los relatos que nos han llegado generación tras generación y que describen hechos cotidianos de un mundo rural que vecinos de Orozko o sus antepasados han vivido y que, con el paso del tiempo, se nos estaban olvidando", aunque su autor también reconoce que "ahora hay un interés renovado hacia la mitología, no solo la vasca, que ayuda a mantener vivas estas leyendas".
El mimo con el que Floren y la asociación Supelaur han realizado esta sencilla publicación queda también demostrado en su particular encuadernación ya que las páginas no están unidas por grapas o pegamento "sino con dos sencillos agujeros por los que se ha pasado un cordel de cuero atado con un nudo marinero". Y el interés del autor por distintos aspectos de la cultura y las tradiciones se refleja, además, en la numeración de cada uno de los 6 relatos puesto que ha utilizado el sistema de números de molinero localizados en Dima y que motivaron un trabajo de interpretación por parte de la asociación Laratzu Taldea. Y la en última página del librillo, Floren regala a los lectores una ilustración con los signos que representan los números del 1 al 100.