Araba

"Sería un sueño poder conseguir financiación para que este equipo pueda llegar lejos"

Nagore Antepara e Iker LarrimbeResponsables del grupo inclusivo de baloncesto Ekhitarrak
"Sería un sueño poder conseguir financiación para que este equipo pueda llegar lejos"

Nagore Antepara e Iker Larrimbe, responsables del grupo inclusivo de baloncesto Ekhitarrak aseguran que día a día siguen haciendo equipo y familia con personas con autismo que forman este grupo y que planean comenzar a competir contra otros equipos. Hablan del grupo con ilusión, con mimo. Ekhitarrak Kirol Kluba nació en junio de 2012 con apenas 20 socios y dos equipos de baloncesto. En la actualidad, más de 140 socios juegan habitualmente en los siete equipos de los que dispone el club. Además de las prácticas deportivas habituales, desde Ekhitarrak tratan de realizar actividades de distinta índole que fomenten la interrelación personal. Tienen un grupo formado por autistas y pretenden comenzar poco a poco con distintas competiciones.

Visibilizan mediante el deporte el autismo. ¿Por qué está importancia?

- (Nagore Antepara): El deporte es importante para cualquier persona, tenga TEA (trastorno del espectro autista) o no, en el equipo no todos los participantes son TEA, hay alguna persona maravillosa que tiene otras dificultades o diversidad funcional por ello es un equipo INCLUSIVO. Pero creemos que es fundamental que todo el mundo tenga las mismas oportunidades, es decir, a muchas personas con autismo les gusta el baloncesto, pertenecer a un grupo etc... Nosotros damos la oportunidad de que puedan llevarlo a cabo. Creemos que es importante que hagan deporte, más concretamente uno de equipo, para trabajar muchos aspectos donde existen ciertas carencias o debilidades. Además, es importante que se muevan con ejercicio físico, que trabajen las habilidades sociales, esperas etc. pero dándoles el espacio y tiempo que ellos necesitan.

¿Qué les aporta el deporte a las personas autistas?

- (Iker Larrimbe): El deporte, como a la mayoría de las personas, hace que nos sintamos más relajados, nos ayuda a canalizar nuestra energía y nos hace sentir mejor mediante la liberación de endorfinas. Si esto no fuera poco, hace que nuestros chicos y chicas encuentren un espacio donde socializar y relacionarse con entornos diferentes a los habituales, una manera de romper con las rutinas que tanto les gustan. Además, se trabajan valores inherentes al deporte como la colaboración, el respeto, el compañerismo... que son básicos para vivir en sociedad.

¿Cuántas personas integran el grupo actualmente?

- (I. L.): Empezamos este proyecto con tan solo cinco personas en 2017, y poco a poco, hemos ido creciendo hasta llegar al número de hoy en día. En la actualidad, practicamos este deporte 25 usuarios.

¿Por qué surgió la necesidad de crear un grupo deportivo inclusivo?

- (N. A.): Existía una carencia en el deporte inclusivo, había rugby, fútbol, pero hasta que nosotros introducimos el baloncesto, no había esa oferta de baloncesto inclusivo para todas las edades. Por suerte conocí a Iker y hablamos sobre la carencia del baloncesto inclusivo. Así, su club, Ekhitarrak Kirol Kluba nos facilitó todo para poner en marcha este grupo inclusivo, un proyecto piloto que ha llegado con mucha fuerza para quedarse entre nosotros.

¿Cómo se trabaja a partir de la educación física para mejorar cualquier desarrollo o la capacidad de trabajar en equipo para las personas autistas?

- (I. L.): Un factor muy positivo en la educación física es que muchos de esos objetivos los trabajamos desde el juego, así que la predisposición de nuestros chicos y chicas siempre es positiva. De esta manera trabajamos las situaciones que se podrían dar en un hipotético partido de forma analítica, para que vayan adquiriendo esas rutinas y ese conocimiento que luego pueda ser aplicado a la vida real. No olvidemos que cada jugador y jugadora tiene unas capacidades muy diferentes respecto al resto, así que los objetivos y las dinámicas de trabajo son siempre muy individualizadas, esto es posible gracias a la inestimable ayuda de nuestros voluntarios y voluntarias.

¿Es este grupo un medio de sociabilización para estas personas?

- (N. A.): Este proyecto va mucho más allá de que hagan baloncesto, de que hagan ejercicios o que vayamos haciendo pequeños partidos o pruebas piloto. Este grupo está dirigido principalmente por nosotros dos, pero lo más bonito de este proyecto es que es inclusivo, es decir, cualquiera que quiera jugar al baloncesto, conocer el TEA, disfrutar del deporte está invitado a reunirse con nosotros. Está compuesto por voluntarios, que, aunque nos tengan de referente a nosotros, aprenden a hablar a expresarse con diferentes personas. Además, trabajamos en los entrenamientos los aspectos básicos de sociabilización y habilidades sociales, entre otros aspectos importantes.

¿Cómo evolucionan en cada partido?

- (N. A.): Si te contamos la verdad, este año hemos empezado a trabajar más los aspectos de competición. Durante este curso hemos realizado dos partidos, de los cuales, las sensaciones por parte de los usuarios y sus familias han sido muy buenas y por ello queremos seguir en ese camino. Llevamos introduciendo en los entrenamientos, ejercicios más específicos de jugar en contra, jugar en equipos y, poquito a poco, vamos consiguiendo resultados. Pero aún queda mucho camino por recorrer. Es cierto, que es nuestro proyecto futuro, conseguir que este equipo pueda ir a liga vasca y poder competir contra otros equipos, siempre que todo sea razonable y que podamos llevarlo a cabo. Pero sería un sueño poder conseguir financiación para que este equipo pueda llegar lejos.

¿Con qué objetivos nació el club?

- (I. L.): El club nace con el objetivo de crear un proyecto de club completamente diferente a los demás clubes que existían en el panorama deportivo alavés, un club con un ideal social mucho más arraigado en su ADN y como uno de los pilares fundamentales del club. Dentro de los valores de nuestro club está la colaboración, la participación y el compromiso. Por eso buscamos en nuestros equipos personas que quieran ser parte de nuestros proyectos y además practicar deporte. Nos gusta el aspecto socializador del deporte y los vínculos que se generan entre las personas que componemos cada equipo, es en esto en lo que trabajamos día a día, más que en alcanzar grandes logros deportivos.

¿Cómo habéis trabajado durante la pandemia?

- (N. A.): La pandemia supuso un gran cambio para todos los que participábamos en este proyecto. Empezando por los meses que pasamos en casa, la prioridad nuestra es que ellos y sus familias estuvieran lo mejor posible, por lo que hicimos como la mayoría de personas. Por medio del grupo de Washapp que tenemos, íbamos entreteniendo y mandando pruebas para que ellos pudieran hacerlo. Una vez que salimos a las calles, entendimos que esto no era una actividad extraescolar, si no terapéutica ya que el baloncesto era secundario, en realidad, es secundario. Por lo que empezamos a hacer dos grupos de 45 minutos donde entrenábamos en burbujas, con las medidas en las que se podía trabajar. La verdad es que nunca dejamos de hacer, por ellos, por las familias y por nosotros mismos, estos chavales son pura energía, pura vida y está claro que los voluntarios y nosotros aprendemos mucho más de ellos, nos aportan mucho más ellos, que lo que les podamos enseñar nosotros a ellos.

¿Qué supuso para el equipo el parón?

- (N. A.): Imagino que las restricciones que se impusieron para frenar la propagación del coronavirus y el propio confinamiento supuso para familia una cosa diferente, una historia diferente. Concretamente para mí, digamos la referente del grupo, supuso echarles mucho de menos. Al regresar sí nos centramos a jugar a baloncesto. Al regresar también con algunos supuso volver a empezar, volver a la rutina, volver a enseñarles cómo manejar ciertos ejercicios u objetos, entre otras circunstancias. Cada uno está pasando o ha pasado la pandemia como ha podido, en el caso del autismo, para unos cuantos estar en casa fue una salvación (no volver al colegio/instituto etc) pero para otros fue cortarles la rutina y trastocar su mundo. Por ello, nosotros teníamos una preocupación muy grande por los jóvenes, pero también en como estarían sus familias.

¿Habéis vuelto a la normalidad en cuanto a entrenamientos y partidos?

- (I. L.): Si, nosotros desde que se pudo salir de casa, empezamos a trabajar con ellos; concretamente, dos sábados al mes. Tenemos muchas ganas de conseguir recursos para poder poner en marcha el siguiente paso, que es poder competir en alguna liga inclusiva. Además, cabe mencionar también que es verdad que cuando salimos de la pandemia le dimos una vuelta al proyecto y valoramos que era muy necesario dejando los partidos y entrenamientos más en oposición a un lado, y nos centramos mucho más en mejorar las habilidades individuales que tenía cada uno de ellos. Entrenamientos mucho más individualizados, por burbujas y ejercicios sin contacto con nadie. Los partidos han empezado, como ya hemos comentado este curso y han respondido mejor de lo esperado. Así que seguiremos trabajando en esa línea.

¿Ayuda a los autistas tener un grupo para después hacer vida con ellos fuera de los entrenamientos?

- (N. A.): Es muy variada; muchos de ellos además de entrenar juntos, también hacen distintas actividades y les ha ayudado a tener un grupo de amigos o de referencia y son capaces de quedar o incluso de juntar a sus respectivas familias y se encuentren en distintos espacios fuera de los entrenamientos. Pero todo depende de las familias, de los jugadores, de la edad de cada uno, de las actividades que les gusten en su ocio€ En nuestro caso, el baloncesto, nuestro equipo, consigue reunir a diferentes personas en una cancha de baloncesto con autismo o sin autismo. Lo bonito de este equipo es la evolución del grupo, cómo se animan, cómo alcanzan los pequeños objetivos que nos proponemos, cómo se alegran cuando meten canasta y reciben un aplauso por ello. Todo suma y todo aporta para cada uno de ellos. Es lo más bonito y lo que más nos gusta a nosotros. Cabe destacar también que una vez que termina el entrenamiento, las familias vuelven a la realización de sus tareas cotidianas, pero al igual que nosotros y en casos excepcionales se juntan fuera de estos entrenamientos. Aunque quiero recalcar que tenemos dentro del equipo, un grupo de amigos. Pero no todos tienen ese grupo de amigos, o referencia más allá de sus familias. Además, me gustaría recalcar algo que me parece importante. Me gustaría hablarte y recalcar lo fantásticas que son las familias. Nos están dejando todos los fines de semana, o cuando se realiza el entrenamiento, a lo más preciado y valioso que tienen en sus vidas. Sus hijos. Son familias muy generosas, son familias que nos piden nada más que se visibilice para que sus hijos puedan tener un espacio donde poder hacer deporte, jugar o incluso estar con personas diferentes.

¿En qué se diferencia tener un equipo formado por personas con autismo o personas no autistas?

- (I. L.): Este proyecto tiene tres pilares importantísimos, y no somos nosotros dos. Empezamos por los participantes que dan sentido a la actividad y la hacen posible. Lo segundo son las familias que creen día a día en nuestro proyecto y en nuestro club. Y, la tercera, y la más importante, son los entrenamientos que salen adelante gracias a los voluntarios que vienen al club sin recibir nada a cambio más que la compañía de los jugadores del equipo Ekhitea. A lo largo de estos años, el número de personas ha aumentado relativamente en nuestra sociedad, en estos últimos años, se ha multiplicado por diez, por lo que es un tema que es importante darle visibilidad ya que seguramente muchos conozcamos alguna persona, o familia o alguien conocido que es autista. Es importante recalcar que una persona con autismo no tiene una enfermedad, es decir, no se va a curar, es un trastorno, es una condición más de esas personas, por lo que tiene unas características diferentes a la persona que no tiene autismo. Son personas que tienen rutinas, se sienten seguros y cómodos teniendo controlado lo que va a pasar en cada momento. Son personas que tienen ciertas carencias (no todos) en las habilidades sociales y hay que trabajar con ellos en este aspecto. Son muy buenos con las imágenes, son muy sinceros, y tienen muy claro lo que quieren y no quieren, pero tienen principalmente una dificultad, la cual es las relaciones sociales. Les cuesta hacer amigos, jugar en equipo, entender las emociones, saber que quiere la gente, comprender las normas sociales... Si además le añadimos la hipersensibilidad que tienen muchas personas con autismo, por ejemplo: una caricia puede doler, una imagen puede deslumbrar, un sonido puede parecer un estruendo y así muchas más cosas. Creo que es importante recalcar que cualquier persona puede encajar en cualquier grupo o actividad que realice, siempre con dos directrices muy importantes.

¿Cuáles?

- (N. A.): Es importante darles el tiempo que ellos necesitan. Cada persona tiene ritmos diferentes y hay que respetarles. Es importante darles cariño. A veces puede ser complicado entenderles y comprender que está pasando por su cabeza, pero conseguimos mejores resultados a todos los niveles si trabajamos con cariño e implicación.

06/06/2022