El servicio de Anestesia y Reanimación del Hospital de Cruces fue reconocido recientemente con el premio de excelencia sanitaria Best In Class a la atención del paciente. Y no hablamos de cualquier cosa. Entre sus múltiples tareas, no solo está la atención al crítico, al trasplantado, y a personas en quirófano, también son líderes en atención al politraumatizado, un herido que presenta diversas lesiones, de las que, por lo menos una, puede causar la muerte.
“Este es un proceso asistencial de alta complejidad, donde se pone a prueba un sistema sanitario”, señala Alberto Martínez, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación, quien practica a diario, junto a su equipo, este mantra; “Si acortamos tiempos, salvamos vidas”. “Es una asistencia compleja, multidisciplinar, en la que un paciente tiene múltiples lesiones simultáneas y hay que priorizar. Intervienen gran número de profesionales. Y el factor fundamental es el tiempo. Tenemos que ser muy buenos a la hora de actuar, con un orden de prioridades adecuado para que sea una actuación coordinada, ágil, e inmediata”, precisa, consciente del reto que implica para Osakidetza. Cruces es hospital de referencia de alta especialización para los pacientes traumáticos más graves. “Podemos decir que nuestra mortalidad es menor de la esperada por el índice de gravedad de los pacientes al ingreso. Tenemos un dato mucho más positivo que en otras regiones. Y eso viene a refrendar que nuestro sistema funciona”, asevera.
“ Podemos decir que nuestra mortalidad es menor de la esperada por el índice de gravedad de los pacientes al ingreso". ”
Los traumatismos se han convertido en una pandemia. En menores de 45 años es la principal causa de fallecimiento y hay más de 140.000 muertos en Europa al año, dejando discapacidades muy severas.
Martínez precisa que hay un orden sistemático de actuación para lograr que todas las medidas sean muy rápidas y eficaces para evitar aquello que pueda causar la muerte. “Lo primero que puede provocarla es que el paciente tenga algo que le obstruye la vía aérea, luego hay que atajar problemas respiratorios como un neumotórax, ver que no haya hemorragias...”, y enumera todo el circuito que permite a Osakidetza salvar muchas vidas.
El doctor pone sobre la mesa una característica muy peculiar de Euskadi y es “que los pacientes politraumatizados son más añosos que en el resto de España y que en el resto del mundo” Así, en la CAV, la edad media de un herido como consecuencia de un accidente de tráfico, un accidente laboral, precipitaciones, etc... es de más de 55 años, mientras que la media a nivel estatal asciende a 47 años y en EE.UU. en torno a 30 años. Para hacer estos milagros, el hospital de Cruces tiene todo a mano. “Según entras, está la sala de estabilización donde los anestesiólogos recibimos directamente al paciente. También hay un escáner esperando, y están adyacentes, a unos cinco metros, quirófanos de urgencias. A pesar de ser un hospital muy grande, para los politraumatizados todo está en un entorno perimetral muy pequeño. Diseñado para que los procedimientos se hagan con la máxima garantía”.
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Una atención tan exquisita exige mucha gente arrimando el hombro en un trabajo multidisciplinar. Martínez matiza la importancia de conocer el origen del accidente ya que hay una serie de traumatismos que no dan la cara y presentan lesiones internas que no se ven. “Puede ser que el paciente esté aparentemente bien porque no presenta ninguna lesión anatómica, y no tiene ninguna lesión fisiológica, pero si estamos ante un atropello, ante un siniestro, ante una caída de varios metros, estamos ante un potencial trauma grave porque puede haber lesiones internas que nos pasan desapercibidas y que igual al paciente le están desangrando por dentro”. El traumatismo en Estados Unidos suele ser por apuñalamiento y hay más sangre. “Aquí se producen más caídas, o accidentes que hacen que el paciente tenga una apariencia de normalidad y, sin embargo, tenga lesiones internas muy graves. Por eso cómo ha sido el accidente nos da muchas pistas”, revela.