Cuando el aita de Josu y Garikoitz decidió abrir la sastrería en Eibar, allá por la década de los 60, "vestir elegante" era sinónimo de llevar traje
eibar– Cada vez quedan menos sastres. Animado por una tía costurera, Esteban Azpiri comenzó a aprender el oficio con tan solo 14 años. Sería en la década de los 60 cuando abriría las puertas de su propia sastrería, en la calle Arragueta de Eibar. En aquel entonces, los días de fiesta eran para vestir "elegante", y Esteban recuerda que en aquella época se vendían al menos dos trajes por hora, que muchos pagaban a plazos. Hoy en día, se dedican casi en exclusiva a confeccionar moda para novios. Con Esteban ya jubilado, ahora son sus hijos, Josu y Garikoitz quienes llevan el negocio.
¿Cómo ha cambiado el negocio desde que el aita abriera la sastrería en los años 60?
–En la época del aita, todo el mundo vestía de traje en las ocasiones especiales. Venían desde muchos sitios a nuestra sastrería y el proceso era mucho más rápido que hoy en día: elegían la tela y se tomaban medidas. Mi aita recuerda que en aquel entonces hacían una media de dos trajes por hora. Ahora, por el contrario, al haber mucha más variedad de telas y cortes, el proceso es más lento.
¿Qué servicios ofrecen?
–Trabajamos pantalones y trajes a medida, y también hacemos ropa personalizada para empresas: funerarias, bandas de música, etc. También, cómo no, hacemos arreglos como estrechar camisas, acortar mangas, bajos, etc. Por otra parte, estamos especializados en trajes para novios. Si hay un día en el que tienes que ir bien vestido ese es el día de tu boda, por lo que es importante que el traje quede perfecto y al gusto del novio.
¿Los clientes llegan con una idea o se dejan aconsejar?
–El cliente que viene a nuestra tienda busca un trabajo personalizado, por lo que nuestro objetivo es escucharle para saber exactamente qué quiere. Por otra parte, teniendo en cuenta que la moda es algo cambiante, nuestro trabajo consiste en adaptar las ideas del cliente a las tendencias actuales de la moda. Queremos que el cliente quede contento y que su traje sea único.
Una vez pasado lo peor de la pandemia, se vuelven a celebrar eventos. ¿Han notado un aumento de la demanda?
–Con la pandemia, al dejar de celebrarse eventos sociales, el negocio ha estado muy parado, pero poco a poco se está retomando la actividad. Ahora se nota que hay ganas de celebrar, y, afortunadamente, vuelve a haber bodas, bautizos y comuniones.
"Nuestro objetivo es escuchar al cliente y adaptar sus gustos a la moda; queremos que su traje sea único"