La incorporación de la figura del óptico-optometrista dentro de la Sanidad Pública es un reclamo que se viene haciendo desde hace tiempo desde los propios colegios, el Consejo General de Ópticos-Optometristas y la Sociedad Española de Optometría. En su petición reivindican el papel de estos profesionales altamente cualificados como una necesidad dentro de la salud visual en atención primaria, algo que descongestionaría las listas de espera de oftalmología y daría una mejor y más rápida atención a los pacientes.
El presidente de la Quinta Delegación Regional del Colegio Nacional de Ópticos Optometristas, Eneko Zabalo, participó el pasado lunes 28 de noviembre en el I Foro de Sanidad de Euskadi: un sector en innovación y evolución, organizado por Grupo Noticias, donde habló de la innovación en su sector. Pero, sobre todo, reivindió el importante rol que podrían llevar a cabo los ópticos-optometristas dentro de la Sanidad pública y que, finalmente, repercutiría en el paciente, que debe ser el centro de las políticas de salud.
La innovación es fundamental en cualquier ámbito de la salud, ¿también en el sector de ópticos-optometristas, verdad?
Sí, como en todos los otros sectores. Además el mundo de la óptico-optometría es un mundo cambiante y cada vez va a más, las tecnologías van evolucionando y el papel del óptico-optometrista es fundamental.
¿Cómo se aplica esa innovación en el día a día de un óptico-optometrista?
El instrumental de nuestros gabinetes está en constante modernización, desde las Topografías corneales que son unos aparatos que nos permiten adaptar correctamente lentes de contacto especiales, a las paquimetrías que miden el espesor corneal y los tonómetros de aire para saber si tenemos que dirigir a nuestros pacientes a consultas oftalmológicas. Todas estas tecnologías son muy útiles porque nos permiten sospechar de la existencia de posibles patologías. El óptico-optometrista debe remitir con el carácter que corresponda a los servicios de oftalmología, que por cierto los tenemos de alto nivel en el País Vasco. Entonces, dependiendo de qué tipo de sospecha sea, el profesional lo remite a oftalmología con carácter de urgencia e inmediatez o, simplemente, ordinario.
¿Cómo influye nuestro modo de vida en nuestra salud visual, por ejemplo con el uso que les damos a las pantallas?
El aumento del uso de las pantallas, con la consiguiente disminución de actividades al aire, libre está haciendo que la miopía crezca. Pero, también hay algunos pacientes que tienen un problema que se llama exceso de acomodación, que se confunde con una miopía y el óptico-optometrista tiene que saber diferenciar si es un problema real o es un problema acomodativo, que ahora se ven muchos. Como, además es un problema funcional es más ámbito del óptico-optometrista que de los servicios oftalmológicos porque no es una patología. Hay que dejar claro que el óptico-optometrista trata problemas funcionales, no patológicos como puede ser una miopía, un exceso de acomodación o la conocida como la insuficiencia de convergencia que es una afección ocular que afecta la forma en que los ojos trabajan juntos al mirar objetos cercanos y hay ciertos desajustes en la visión próxima.
“ El aumento del uso de las pantallas está haciendo que la miopía crezca ”
La presbicia es una pérdida de la capacidad visual habitual con la edad, pero ¿es verdad que ahora hay más por ese excesivo uso de las pantallas?
No es que ahora haya más, pero el uso de estos aparatos sí hace que nos demos más cuenta. Si nos fijamos en objetos que están lejos, o a 50 centímetros y leemos poco no nos damos cuenta de que no vemos bien; sin embargo, si estamos todo el día delante del ordenador nos vamos a dar cuenta rapidísimamente. La presbicia es algo fisiológico, nos sucede a todos.
¿Somos conscientes de que debemos cuidar nuestra salud visual y que debemos visitar al óptico-optometrista?
Hay de todo. Además, vamos a decir claramente que la mujer se preocupa más que el hombre. Hay gente que se revisa todos los años y los hay que no lo hacen anualmente. Realmente, aunque sea cada año y medio o dos, teniendo 47-48 años, es suficiente. Acude gente a nuestros gabinetes diciendo que estuvieron el año pasado cuando en realidad han pasado cuatro años. Pero creo que sí, que cada vez la gente toma más consciencia con el tema de la visión, quizá por el uso de las pantallas o del ordenador que nos causan diferentes signos o síntomas visuales.
Desde diferentes organismos de ópticos-optometristas reclaman la incorporación de su figura dentro del sistema sanitario. ¿Qué supondría para el paciente?
Con el número de compañeros ópticos-optometristas que están a pie de calle se cubre el cien por cien de la población pero lo que pasa es que esto es del ámbito privado. Un óptico-optometrista debería estar más presente en la sanidad pública, incluso, en la atención primaria sería más rápido y más eficaz todo. Si una persona va al ambulatorio y le pueden solucionar su problema antes de ir al hospital, se ahorraría unos costes importantes a nivel general. Ahora, porque necesito unas gafas para cerca, me da hora el médico de cabecera, voy al hospital, pasan seis meses… Si los ópticos-optometristas estuviéramos en la atención primaria se solucionarían las cosas antes, más rápido y con menos costes, hay que dejar claro esto. Para evitar todo este tiempo, mucha gente pasa directamente por la óptica porque piensan, además, que si les detectan alguna anomalía ya se lo van a decir. Pero todo esto es parte de la privada, no es realmente el servicio público de sanidad que está dando ese servicio a la ciudadanía. Si el óptico-optometrista estuviera en el ambulatorio se agilizaría mucho todo este proceso.
¿Y cómo se debería de implementar?
En el País Vasco somos muchos. Unos 900 ópticos-optometristas. Y todo esto se podría empezar a probar, mediante el montaje de una unidad. Todo esto se podría empezar por hacer una prueba y vemos si realmente se consigue agilizar el sistema. Así, los oftalmólogos quedan para otro tipo de funciones más específicas y cirugías ordinarias como pueden ser las cataratas que es la que más hay.