Ya está decidido. Se acabó la polémica y las peticiones. El consorcio Unicode, el encargado de vela por los estándares de todo lo relacionado con los emoticonos, ha tomado una decisión con respecto a las banderas que se puede encontrar y usar para mandar y crear mensajes. Solo estarán disponibles las de aquellos países reconocidos por la ONU. Así que olvídense de buscar banderas regionales, locales o de equipos de fútbol.
¿Por qué? Según la propia Unicode, por tres razones básicas, la efectividad, la geopolítica y la eficacia y uso real de las banderas como emoticones.
De entre los alrededor de 3.600 emojis existentes, unos 200 son banderas. Proporcionalmente, es uno de los temas o campos con más elementos. Y dado el aparente interés que despiertan, en teoría su uso debiera ser muy alto. Los análisis de uso dicen lo contrario. En los tradicionales listados de los más usados cada año, nunca ha aparecido ninguna bandera. Esto hace pensar que no se usan para mandar mensajes. La realidad muestra que resulta más común verlas en los perfiles personales como dato de identidad, pero tampoco es una tendencia muy generalizada.
Al poco uso relativo se unen los sentimientos que despiertan unas y otras, los problemas geopolíticos que pueden crear. No se trata tanto de que alguien proponga un boicot a esta empresa sin ánimo de lucro porque falte o sobre alguna enseña, sino más bien por el agravio que puede suponer que haya unas y otras no. Por ello, Unicode se somete de facto al amparo de facto de la ONU y solo ofrecerá las banderas de los países reconocidos por esta organización internacional.
Quizá la pregunta que habría que hacerles ahora es qué va a pasar con las banderas de Inglaterra, Escocia, Gales, Islas Feroe, Texas y otras que ya existen y que no se ajustan a la definición de reconocidas por la ONU. El agravio geopolítico que pretenden evitar por un supuesto favoritismo ya está en marcha. O con las banderas de pirata, de la comunidad LGTBI, la de cuadros de las carreras de motor,
Finalmente, Unicode también ha decidido tirar también de eficacia empresarial y valorar el coste-beneficio a la hora de crear emojis. Hacer una bandera es complicado de diseñar, por lo que si tienen poco uso y encima crean conflictos geopolíticos, la rentabilidad es muy baja para un organismo que busca la estandarización de una forma de comunicación cada vez más usada y entendida por cualquiera en cualquier lugar del mundo.
Pero lo más curioso de esta medida es que hace tiempo que los usuarios sin bandera propia que lucir tomaron la delantera. Combinando corazones de colores, presentan en sus perfiles las banderas de su gusto. Y esto es lo que recomiendan desde Unicode que se haga. Lo llaman "comunicación por bloques" y que es el objetivo final de los emojis, mezclarlos para construir mensajes.
¿Por qué nacieron los emojis de banderas?
El primer bloque de banderas que se ofreció fue en los años 90 y estaba formado por las banderas de diez países. La iniciativa fue japonesa y las enseñas elegidas fueron las de China, Italia, Alemania, España, Francia, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos. El motivo de tal selección fue de lo más sencilla a la vez que práctica: resumir en una imagen qué tipo de comida se pedía por teléfono. Nada que ver con motivos geográficos ni identitarios. Solo un "quiero comida italiana". O japonesa o española o coreana.
Consorcio Unicode, el árbitro de los estándares
El Consorcio Unicode es una organización sin ánimo de lucro que se encarga de coordinar el desarrollo de la norma Unicode. Su objetivo es reemplazar los estándares de codificación de caracteres existentes actualmente, entre los que se incluyen los emojis, por Unicode y UTF, afirmando que muchos de los sistemas existentes están limitados y son incompatibles con entornos multilíngües.
Esta iniciativa nació en enero de 1991 en California. Las decisiones del consorcio son tomadas por el Comité Técnico de Unicode. El éxito que ha tenido Unicode en la unificación de los juegos de caracteres ha llevado a su uso generalizado en la internacionalización y localización de software.