Si te van a ‘opar’, que sea para bien

ME llaman la atención los argumentos a favor y en contra de la fusión de BBVA y Banco Sabadell. Son razones muy bien argumentadas, pero también muy desmemoriadas. Está la de una competencia suficiente en beneficio del cliente, la oferta de oficinas a pie de calle y la de una diversidad de operadores que permitan mejores precios y productos. Yo encuentro forzado que se esgriman ahora. En el mercado financiero había hace dos décadas el triple de entidades con sede social en el Estado que ahora mismo. Los efectos de la contracción de oferta y servicio por fusión o absorción de ese proceso de casi 50 a 15 entidades no fueron óbice ni me parecen menores de los que supondría pasar de 15 a 14. Sin contar con la proliferación de operadores financieros de fuera del Estado que compiten en el marco del mercado único europeo y captan clientes de depósitos, hipotecas y cuentas sin siquiera tener oficina física.

Otro argumento es la pérdida de empleo, y es cierto que todas las fusiones se han saldado con reducción de plantilla. Pactadas con los sindicatos mediante salidas no traumáticas vía indemnizaciones/prejubilaciones. El firme rechazo sindical se ha diluido siempre a base de pasta. Tampoco me conmueve.

Luego están quienes se preocupan por perder una entidad de la tierra. El gobierno valenciano olvida que el Sabadell se trasladó a Alicante, no nació allí, como su nombre indica; el catalán y la patronal del territorio que, si ha seguido siendo un actor financiero clave en la estructura económica del país es por que resulta un buen negocio y ahí seguirá mientras lo siga siendo. Yo no sé si es peor o mejor que el pez grande mordisquee al chico –una opa amistosa– si se lo va a tragar igual –como en una hostil–. No me decanto porque veo pocas razones de auténtico interés general. Si te tienen que ‘opar’, que sea para bien.