Hacer una parrillada familiar o entre amigos en el campo o en el jardín es una buena manera de disfrutar del buen tiempo que ofrece el verano. Lo más habitual es hacerla de carnes, con su txistorra, su morcilla, sus costillas…. También es habitual hacer verdura a las brasa, tanto como guarnición para acompañar a la carne como para los vegetarianos de la cuadrilla. Y lo cierto es que con este cocinado los vegetales pueden quedar estupendos.
Pero menos habitual suele ser hacer una parrillada de pescado. Lo delicado de este producto hace que muchos no se decidan a hacer ni unas sardinas, el más típico de los pescados del verano, o un verdel, como para meterse con otros más delicados como una lubina, un rodaballo o una ijada de bonito. El problema más habitual es que la piel del pez se pegue a la parrilla y a la hora de servirlo se rompa o se desmenuce.
Los consejos
Para prevenirlo lo esencial es una buena preparación de todos los elementos necesarios. Siguiendo estos consejos se puede conseguir que la parrilla no sea el enemigo del pescado.
Elegir una buena parrilla. Lo normal es que sea metálica y resista altas temperaturas. Por ello si además es antiadherente o cuenta con superficie cerámica ayudará a preservar la integridad del pescado.
Secar bien el pescado. Aunque ya venga de la pescadería limpio, en casa se le suele dar una última pasada por el grifo para eliminar cualquier resto que pueda quedar. Por ello es importante secarlo muy bien, con papel absorbente.
Engrasar la parrilla. Otra buen idea es preparar la parrilla aceitándola, frotando en las farillas ella papel de cocina empapado en aceite antes de poner el pescado.
Añadir sal y/o harina. Lo de la sal es obvio, por aquello de aderezar el pescado, pero además, poniendo abundante sal gruesa antes de colocarlo en la parrilla reducirá el riesgo de que la piel se peque a la parrilla. Por su parte, la harina reducirá la absorción de aceite por el pescado además de darle un toque crujiente.
Calentar bien la parrilla. Sellar bien la carne del pescado es clave para que la piel del pescado no se pegue. Esto se consigue si la parrilla, o la plancha, esta bien caliente. Para ello es importante ponerla a la brasa antes de colocar el pescado.
Colocar el pescado en la misma dirección que las barras de la parrilla. Cuanto menos metal esté en contacto con el pescado, menos posibilidades habrá de que se pegue.
Manipular con cuidado. Como hemos dicho, el pescado es muy delicado, así que usar una espátula para evitar romper la piel y la carne.
Dar la vuelta al pescado en su momento. La piel se despega mucho más fácilmente de la parrilla cuando esté bien asada y crujiente.
Limpiar bien la parrilla. Es conveniente esperar a que se enfríe la parrilla antes de ponerla bajo el grifo para enjuagarla o fregarla.