No hubo campanada en el Palau Blaugrana (88-78) y el Surne Bilbao Basket no será uno de los ocho equipos que disputarán la Copa de la Liga Endesa. Sin embargo, los de Jaume Ponsarnau cayeron en el feudo azulgrana con las botas puestas, sobreponiéndose a una primera mitad de cita que fue totalmente aciaga para sus intereses y a una desventaja que llegó a ser de 22 puntos (51-29) para obligar al todopoderoso Barça a no bajar los brazos hasta el final. A base de dureza mental, esfuerzo y tirones de anotación, aprovechando las escasas alegrías que permitía la intensa retaguardia rival, el conjunto vizcaino llegó a fabricar un esperanzador 82-78 a un minuto del final, pero los de Jasikevicius hicieron valer su mayor riqueza de recursos fiables para llevarse el gato al agua, poniendo candado al choque con un triple de Rokas Jokubaitis.
Los hombres de negro tuvieron que lidiar durante gran parte de la matinal con los enormes problemas que les generó la defensa rival a la hora de anotar en las distancias cortas e intermedias, impidiendo cualquier equilibrio en su ofensiva. Con un 44% final en tiros de dos puntos que se limitó a un pírrico 21% hasta el descanso y 18 pérdidas de balón, la gran mayoría a la hora de intentar conectar con los superadísimos Jeff Withey y Michale Kyser, además de la enorme presión sobre Ludde Hakanson, los de Ponsarnau tuvieron en el triple su principal arma y la utilizaron para no acabar desconectados antes de tiempo.
Así, brillaron por encima del resto Adam Smith (16 puntos y cuatro dianas desde la larga distancia), Álex Reyes (11 y tres) y los importantísimos impulsos finales de Francis Alonso y Emir Sulejmanovic, pero fue insuficiente ante un Barça dañino por demasiados flancos, con James Nnaji muy activo en el aro bilbaino, Jokubaitis convertido en un tormento cada vez que penetraba y, sobre todo, Nicolás Laprovittola destrozando el duelo en el arranque del segundo acto con cuatro triples seguidos para acabar con 20 puntos y 31 de valoración.
PROBLEMAS DESDE EL ARRANQUE
El poderío físico del Barça se dejó notar desde los primeros compases de la contienda. El conjunto vizcaino vio minadas las distancias cortas e intermedias, pero tuvo una tabla de salvación fugaz en el triple. Las anotaciones de Hakanson y Sulejmanovic desde la línea de 6,75 sirvieron para igualar el gran arranque de Nikola Mirotic, pero los anfitriones, sin prisa pero sin pausa, fueron imponiendo su mayor variedad de recursos. Así, la anotación del Surne Bilbao Basket, con solo una canasta de dos puntos en los diez primeros minutos, no tardó en colapsar ante la efusividad de la retaguardia rival, acumulando pérdidas y tiros muy forzados.
El 18-11 al término del primer cuarto aventuraba problemas que no tardaron en quedar certificados. Cuatro triples seguidos de Laprovittola en menos de dos minutos y medio hicieron saltar el partido por los aires (30-13). Ponsarnau llamó a capítulo a los suyos pero sirvió de muy poco. Las jugadas ofensivas del conjunto vizcaino se quedaban enredadas en la tupida tela de araña azulgrana, que cumplía a pies juntillas el mandato de obligar a Hakanson a soltar el balón apenas cruzaba el centro de la cancha y convertía en una tortura constante todo intento de activar a Withey o Kyser, demasiado fríos. Abrines y Jokubaitis pusieron candado al brutal parcial de 21-4 y el 35-15 a cinco minutos del descanso era un castigo tremendo. Trataron de revolverse los visitantes con dos triples seguidos de Smith, pero fue un espejismo porque en el juego de los bilbainos no hubo ni el más mínimo atisbo de continuidad.
Al ecuador de la contienda se llegó con un 47-29 que resumía perfectamente las constantes vitales del duelo. A esas alturas de la película, el Surne Bilbao Basket acumulaba ya diez balones perdidos mientras su porcentaje de dos puntos mostraba un horrible 21%, con solo tres aciertos. Ejercer la más mínima resistencia bajo esos baremos numéricos se antojaba harto complicado pese al 60% desde más allá de la línea de 6,75.
REACCIÓN
En la reanudación, el enérgico Nnaji quiso dar carpetazo al asunto por la vía rápida (51-29), pero el Bilbao Basket tuvo la virtud de no bajar los brazos a pesar del vendaval que sufría en contra. Los de Ponsarnau aprovecharon dos antideportivas de Mirotic y Kalinic (falta muy sucia la suya sobre Withey) para impulsar un parcial de 0-11 (51-40). Con dos pérdidas consecutivas que evitaron que pudiera bajar de la barrera sicológica de los diez puntos, Nnaji volvió a provocar destrozos en el aro bilbaino para permitir otro demarraje azulgrana (59-43), pero entre Reyes, magnífico desde la larga distancia, y Alonso, ejerciendo de microondas, no solo evitaron que la contienda quedara sentenciada, sino que dibujaron un excelente 63-58 con el último cuarto en juego.
El Barça volvió a hacer gala de su riqueza de recursos y entre Jokubaitis, imparable en las penetraciones, y Abrines, certero desde la larga distancia, amagaron con fabricar un final plácido para los suyos (78-65), pero los de Ponsarnau no estaban por la labor. Kyser asomó por fin para finalizar cerca del aro, Smith siguió a lo suyo con los triples, Hakanson pudo dejar atrás a las sombras que le persiguieron durante toda la matinal y el 82-78 a un minuto del final fue la invitación al sueño de la remontada, de la campanada de las campanadas, de mantener abierta la rendija que podía mantener vivas las posibilidades de jugar la Copa. Sin embargo, Jokubaitis, con un triple, las fundió de golpe y porrazo para certificar un 88-78 que dejó al Surne Bilbao Basket caído, pero con las botas puestas y sin ensuciar lo más mínimo su excelente primera vuelta de la Liga Endesa.