El Athletic, sin ideas ni soluciones

Las lecturas realizadas tras el encuentro del pasado fin de semana contra el Villarreal coincidían en señalar la capacidad de Ernesto Valverde para dar con la tecla en mitad del partido y cambiar la dinámica del mismo. El conjunto rojiblanco tuvo entonces capacidad de reacción y fruto de ello fue capaz de llevarse los tres puntos tras un mal arranque de encuentro. Anoche, en Montilivi, el inicio fue parecido, pero el final bastante diferente. De película de terror. Muy plano en el juego, sin capacidad para imprimir un ritmo al balón que pudiera poner en apuros al cuadro catalán y con muchísimas facilidades en los laterales, el Athletic se estrelló ante el Girona en un partido en el que no tuvo ni ideas ni capacidad para encontrar soluciones. Las alabanzas a Valverde y al equipo de seis días atrás por su capacidad para reponerse son hoy críticas negativas.

No es para menos. Obviando la cita del Camp Nou, donde hace muchos años que marcar un uno en la quiniela en cada visita del Athletic implica acercarse al anhelado pleno al quince, el de anoche fue, de largo, el peor partido de los disputados por el conjunto rojiblanco en lo que va de campaña. Hubo amagos de presiones bien realizadas que permitieron algunas recuperaciones de peligro para el Girona, pero se contabilizaron con los dedos de una mano y por si fuera poco no se tradujeron en claras ocasiones de gol.

Esa falta de ideas en ataque, fruto de la lentitud en el juego, fue un mal menor, porque atrás el Athletic hizo aguas. Y eso que sus tres futbolistas más destacados fueron el portero Unai Simón y los dos centrales: Yeray Álvarez e Iñigo Martínez. El primero igualó su récord de paradas en un mismo encuentro con el Athletic (8), pero no pudo hacer nada para evitar los dos tantos del Girona, que le hizo trabajar a destajo. Y la pareja de zagueros se multiplicó para achicar agua ante la superioridad de los locales, que encontraron dos autopistas por las bandas y demasiadas facilidades en la zona central.

DESASTRE INEVITABLE

Fue una especie de milagro que los leones llegaran imbatidos al descanso. Claro que Simón tuvo mucho que ver con ello, pues se inventó un paradón en una acción en la que tiró de reflejos para mandar el balón a córner después de que la barrera se abriera. Esto último fue una muestra más de la falta de tensión de los rojiblancos sobre el verde.

El desastre, inevitable, llegó en la segunda mitad. Para el minuto 40 ya calentaban tres jugadores del Athletic en la banda y se intuía una revolución al descanso que no fue tal. Hombre por hombre. Balenziaga por Yuri. Los mismos problemas. O peor. Tampoco Vencedor, que entró al campo junto a De Marcos antes de la hora de juego, mejoró a Vesga. Y así es muy difícil cambiar una dinámica tan negativa. Sí estuvo fino De Marcos, como Guruzeta, que aprovechó el puñado de minutos que jugó para marcar su tercer tanto del curso. Pero resultó insuficiente para puntuar.

No le funcionaron los cambios a Valverde. Además, solo con el partido casi sentenciado se atrevió a modificar el esquema y el Athletic, sin ideas y con un ritmo muy lento, demostró una preocupante incapacidad para reponerse y darle la vuelta al partido. Así, regresó de vació de Girona, a donde llegó más tarde de lo previsto por un cohete chino que, descontrolado, invadió el espacio aéreo catalán. Control que tampoco tuvo el conjunto rojiblanco en Montilivi, donde le sacaron los colores.

La cifra

246 Son los partidos que de manera consecutiva lleva disputados Iñaki Williams en liga. Igualó a Manfred Binz, exjugador del Eintracht de Frankfurt, quien encadenó ese número de encuentros entre 1987 y 1994. Ambos son los únicos jugadores de campo con más citas seguidas en los últimos 40 años.